Es de vital importancia que en la administración pública lleguen a ocupar los puestos y cargos, -hombres y mujeres-, que llenen el perfil personal y profesional que establece la legislación laboral del país.
El perfil personal implica, -entre otros aspectos-, experiencia en el campo de acción de la institución, por ejemplo, si alguien desea dirigir el Ministerio de Salud Pública o alguna de sus unidades, debe haber trabajado en las unidades de campo o de la administración para comprender las fortalezas y aspectos por superar. Luego, para que una autoridad tenga éxito, la experiencia es una “condicio sine qua non”, de lo contrario, el funcionario, -como decimos en buen chapín-, “irá a batear”. Otra cualidad importante que deben poseer los futuros aspirantes a ocupar los puestos públicos, es haber desarrollado y demostrado cierto grado de liderazgo en los diferentes sectores de la sociedad porque una institución pública, no se dirige sólo dando órdenes. Por lo mismo, el verdadero líder es una persona, -que posee, entre otras cualidades-, las siguientes: visionaria, con conciencia social crítica, honesta, con capacidad de convencimiento, cumple su palabra, habla siempre con la verdad, respeta la dignidad de la persona humana, aplica el arte de escuchar, practica alto espíritu de responsabilidad, es humilde, manifiesta amor a la familia y amor a la patria.
Asimismo, debe llenar el perfil profesional, es decir, que su profesión universitaria o de otra formación académica, sea afín al campo de acción y de la administración que realiza la institución. Al respecto, dos organismos del Estado guatemalteco, enuncio como ejemplos, que aplican al pie de la letra este criterio: El Ministerio de la Defensa Nacional; y, la Corte Suprema de Justicia. El Ministro de la Defensa Nacional, debe ser un militar y haber demostrado liderazgo institucional, nacional e internacional. ¿Cierto? Ojalá, en el futuro sea un civil, pero, este profesional debe conocer el funcionamiento de la Institución, de lo contrario, “ira a batear”. El otro ejemplo, es la Corte Suprema de Justicia, la dirigen profesionales del derecho, con experiencia, especialización y liderazgo. Ilógico sería que nombraran a un Pedagogo, un Psicólogo, un trabador social, como Magistrado. Sin embargo, no sucede así en otros Ministerios o Secretarías del Estado, -durante la historia-, por ejemplo, en el Ministerio de Educación, hemos visto a Profesionales del Derecho, de Salud, Militares, entre otros profesionales, como Ministros de Educación; o dirigiendo algunas de las entidades del MINEDUC, ilógico ¿Verdad? Esta será, -sin duda-, una de las causas de la baja calidad educativa del país.
Entonces, practicar la meritocracia en la administración pública es fundamental para la mejora de los servicios que brindan las diferentes instituciones públicas a la sociedad guatemalteca. Obviamente, esta meritocracia debe ser observada en el otorgamiento de todas las plazas para los puestos y cargos públicos, -desde el operativo hasta el presidente de la República-. Creo, que la aplicación de la meritocracia contribuiría a sanear la administración pública de la corrupción, del amiguismo, nepotismo, compadrazgo, entre otros males. Y, usted ¿Qué opina?