Esta semana me encuentro con diferentes sentimientos, respecto a metas alcanzadas con mucha satisfacción y objetivos que inician con un largo camino por delante, todos involucran a personas especiales. Pero sobre todo me hace pensar en la importancia del tiempo que dedicamos a los demás.
El tiempo es una de las cosas más valiosas que una persona puede gastar. Pepe Mujica, cuadragésimo presidente de Uruguay; tuvo toda la razón cuando dijo, “cuando tú compras algo con dinero, no estás pagando con dinero, estás pagando con el tiempo de tu vida que tuviste que gastar para obtener ese dinero”. Por lo que les dejo algunas recomendaciones que pueden ayudarlos a aprovechar de mejor forma su bien más valioso.
Establece metas para el ahora. Establece metas de gran magnitud que quieres lograr algún día. Puede ser establecer un negocio que te produzca ganar cierta cantidad de dinero, bajar de peso, viajar por el mundo, escribir un libro. Cualquier cosa que has querido hacer, pero que hoy parece inalcanzable. Pregúntante cuál es ese objetivo que quieres lograr algún día. Basado en la respuesta anterior, establece un objetivo que sea alcanzable en los próximos cinco años. Y que a su vez esté en concordancia con ese objetivo mayor. De esta manera continúa desglosando tus objetivos, anuales, mensuales, semanales y diarios. Hasta que sepas cuál es la actividad que tienes que hacer ahora mismo para poder cumplir ese objetivo. Recuerda el efecto domino; una acción realizada de forma consistente te pude dar resultados que nunca has esperado. Lo importante es comenzar desde este mismo momento y realizar las acciones para cambiar tu vida.
Tener la capacidad de mirar el panorama general de tu vida. Este punto trata sobre ver más allá de los logros materiales, de establecer primero tu propósito en la vida, a veces vamos persiguiendo cosas que no sabemos ni si quiera por qué las perseguimos. Hay personas con la única obsesión de acumular más y más dinero, olvidando su verdadero propósito. Es cierto que necesitamos el dinero para subsistir, pero llegan un punto en el que más dinero no nos genera más satisfacción. Tenemos la concepción de que una casa más grande nos haría más felices, después de obtenerla queremos un mejor carro y siempre estaremos buscando esa adquisición material que nos brinde mayor felicidad. Es un juego que nunca podremos ganar, y esto se debe a la adaptación adónica: una vez saciado un deseo, otra necesidad ocupa su lugar y volvemos al nivel de satisfacción inicial.
Quiero extender mis felicitaciones a dos equipos de trabajo muy especiales; primero a todos los integrantes del equipo de La Voz de Xela por el excelente trabajo que han realizado durante este tiempo, han sido un gran ejemplo de perseverancia. Y a mi equipo de trabajo Censal por su dedicación, esfuerzo y profesionalismo al haber realizado el trabajo estadístico más vasto que un país puede realizar. Mis respetos y admiraciones.