La semana pasada reflexionábamos sobre la conducta humana y hacía referencia sobre lo difícil y complicado que es, no solo abordar el tema sino trabajar en nuestro proceder, en este momento tan difícil que atraviesa nuestro país se hace evidente no solo el sentimiento y pensamientos que aquejan a un buen porcentaje de la población, observando conductas inesperadas de algunos miembros de la sociedad como por ejemplo la actitud del Sacerdote que muy molesto sin decir mucho se subió a su carro y arremetió en contra de las personas que bloqueaban el paso, sin importar las consecuencias de su comportamiento; no que lo juzgue, ni criticando, no califico para hacerlo; solo es el ejemplo claro de la importancia de gestionar nuestros pensamientos y sentimientos; su actitud alimentada quizá de enojo, o cólera le trajo fuertes consecuencias y lejos de aportar algo bueno, trae otro problema, porque como dijera el refrán mexicano: «palo dado ni Dios lo quita«:
No es que este en desacuerdo de manifestar nuestro sentir y no que este de acuerdo a las injusticias en que vivimos muchos guatemaltecos; como no hacerlo si tuve la experiencia de trabajar en un caserío, de una Aldea del municipio de Sibilia y fui testigo de las condiciones deplorables en que vivían algunas familias y que gracias a Dios han mejorado porque muchos pobladores del lugar han emigrado a los Estados Unidos a trabajar para garantizar una mejor calidad de vida para sus familias, no es esto algo injusto, además de doloroso es una realidad que golpea fuertemente nuestra consciencia.
Como dice la siguiente insignia: “No hay que ser indiferentes ante la injusticia“, pero tampoco podemos actuar con insensatez.