Esta semana no estaba segura del artículo que escribiría, estaba esperando con ansias el fin de semana, porque sabía que sería una bomba de aprendizaje y ciertamente lo fue. No tengo la menor duda de que las próximas semanas seguirán recibiendo más de todo lo que aprendí.
Hoy quiero hablar de soltar. Dejar ir. Ver volar.
Con tantas cosas que tenemos que hacer y atender, no podemos darnos el lujo de desligarnos de todo, hay que estar pendientes, eso yo no lo refutaré. Te estoy hablando de soltar los sentimientos del corazón. Es algo que trasciende desde el pensamiento hasta nuestro estilo de vida.
Siempre he pensado que la humanidad se divide en las personas físicas, que son las que a través de un ejercicio, ellos sienten vitalidad y entre más ejercicio hagan mejor se sienten. Y las personas emocionales, que entre más profundos sean los sentimientos más los abrazan, más los atesoran y más se aferran a él. esto es algo que simplemente se disfruta, sea un sentimiento de alegría o de tristeza, pero le damos un valor especial, lo consentimos y hasta creamos una personalidad hacia ese sentimiento, pues nos acompaña y nos hace sentir de alguna manera que estamos vivos.
Como te podrás haber dado cuenta, yo soy puro sentimiento, y si tú lo eres te sentirás identificado, y si no lo eres esto puede ser de utilidad para crear una empatía con las personas que sí lo son.
Según la psicóloga Aura María Meza, las personas emocionales son más propensas a caer en depresión, por el mismo motivo que nos impulsa a atesorar cada uno de nuestros sentimientos. Hoy te invito a que abras tu corazón para soltar cualquier sentimiento que te mantenga aferrado o aferrada a una ilusión, que sabes no proporcionará ningún beneficio tanto a tu corazón como a tu productividad.
Para ello debes tener mucha fuerza, en tu alma y en tu corazón. Pero por sobre todas las cosas, solo quiero contarte que cuando respiras profundo, lloras un poco, analizas el sentimiento y exhalas, lo sueltas, lo dejar ir, te despides y lo vez partir, lo único que pasa es que ventilas tu corazón, y lo desocupas para darle espacio a nuevas emociones. Date la oportunidad de sentir felicidad buscándola desde los detalles más pequeños, la sonrisa de un niño, un hermoso atardecer, gestos de atención de personas hacia ti, realizando una actividad que te guste, en fin, será como el proceso de florecer.
La vida nunca es fácil ¿sabes? Pero lo que cuenta es la manera en la que administras el espacio en tu corazón para los sentimientos, que se convierten en una emoción que trasciende a la acción, porque se convierten al fin en lo que haces y en cómo vives.
Es fácil decir esto, pero la realidad es más complicada, hay que pasar por un proceso, pero la clave es relajarte y dejarte querer. Quiero que sepas que ninguna persona, por muy especial que sea, puede hacerte sentir mejor, nadie más que tú mismo. Porque la fuerza del corazón viene desde su centro mismo. Está dentro de ti, y cuando te des la oportunidad de sentirlo, así con la misma intensidad que las emociones que habitan en tu corazón, así es como aprenderás a abrazar el lado bueno de la vida; un sentimiento tan valioso y con el mismo peso como el otro, pero con mejores beneficios para tu mente, tu corazón, tu cuerpo y tu alma.
Diseñadora de modas y asesora de imagen personal, profesional y empresarial.