Augurar una ciudad moderna y competitiva es el deseo de todos los quetzaltecos que habitamos esta bella ciudad.
Una de las características fundamentales de modernidad para una ciudad es la capacidad que tenga de generar bienestar a sus habitantes traducido en calidad de vida. Las grandes edificaciones, centros comerciales, aumento del parque vehicular, etcétera, podrían entenderse como modernidad; sin embargo, por sí solas, no necesariamente provocan el bienestar de la población.
La modernidad en una ciudad es el resultado del trabajo previo y participativo en áreas fundamentales encaminadas hacia un desarrollo sostenible, que involucra mínimamente acciones relacionadas con: (a) Organización y uso del suelo, (b) Aumento de la cobertura de servicios públicos, tales como: electricidad, agua potable, drenajes, internet, entre otros; (c) Impulso de energías limpias para uso doméstico e industrial, (d) Desarrollo de programas eficientes de reciclaje, (e) Mejoras al servicio de transporte colectivo, impulso de espacios peatonales y ciclovías, (f) Impulsar el ahorro en recursos, tales como agua y energía; principalmente.
La ciudad de Quetzaltenango, como escribí en mi columna del pasado 13 de septiembre, es una ciudad que emerge al desarrollo; es decir, se encuentra en un punto de inflexión, en donde podemos tomar decisiones importantes que auguren esa modernidad que todos deseamos, o bien, continuar con un desarrollo caracterizado por la inercia más que por la planificación.
A pesar de la falta de ordenamiento del desarrollo, el municipio de Quetzaltenango obtiene un crecimiento económico de entre 3 % y 4 % anual, situación que sin duda aumentaría con políticas municipales que favorecieran el desarrollo económico. Sin pretender ser determinista, una planificación adecuada del desarrollo económico incidiría directamente en la mejora de la calidad de vida, ya que permitiría aumentar nuestros ingresos a través del incremento del empleo que sería generado por nuevas y mejores inversiones. Recordemos que el fin último del desarrollo económico es mejorar la calidad de vida para todos.
Una pregunta imprescindible de hacernos, que seguramente ofrecerá una amplia gama de respuestas, es: ¿Qué decisiones debemos tomar hoy los quetzaltecos para alcanzar aquella ciudad moderna con calidad de vida para todos? La noche de ayer, junto a un grupo de distinguidos quetzaltecos, nos hemos reunido para conversar sobre los desafíos que afronta nuestra ciudad, tratando de responder a la interrogante anterior. Como usted imaginará, la lluvia de propuestas fue intensa, fundamentada y con sentido lógico. Es decir, los desafíos están a la luz del día y abarcan propuestas sobre el tema energético, que por cierto es de urgente atención; infraestructura vial, seguridad, calidad educativa, potencialidades económicas del municipio, atención a la economía subterránea, certeza jurídica para atracción de inversiones, equidad en el desarrollo, la construcción de un anillo periférico que mejore el tráfico vehicular en la ciudad, principalmente en tiempos futuros; el impulso de una agencia público privada que atienda el desarrollo económico de nuestra ciudad, entre otras propuestas, que persiguen mejorar al municipio. Estoy seguro, apreciado lector, que usted coincide con algunas de estas ideas, y seguramente tiene más propuestas.
Por otro lado, nuestra ciudad cuenta con un plan de acción denominado “Xelajú Sostenible”, que ha priorizado acciones encaminadas a: cuentas claras en el gobierno municipal, agua y saneamiento, residuos sólidos, territorio en orden, e inversiones para mitigar las inundaciones. Sin duda temas muy importantes.
Lo anterior nos posiciona en un ambiente rebosante de propuestas, que sin duda alguna deberán evaluarse a través de un filtro de prioridades que considere la necesidad y disponibilidad de recursos (su factibilidad). Esta tarea debe ser liderada por nuestro gobierno municipal, con participación activa de los quetzaltecos a través del potente tejido social de nuestra ciudad.
Es sumamente importante que nosotros, los quetzaltecos, nos involucremos en el desarrollo de nuestra ciudad, debemos acompañar a nuestros gobernantes haciéndoles propuestas concretas, observando su actuación, y por supuesto, cuando sea necesario, exigir acción en un marco de legalidad y respeto.
Deseo que pronto nuestra ciudad tenga claras sus prioridades.
Contador público y auditor, profesor universitario, consultor empresarial y voluntario en desarrollo económico local y competitividad.