La finalización de un año y encontrarnos en la iniciación del año siguiente ha sido, es y será el momento oportuno para intercambiar abrazos e intercambiar también deseos entre quienes mutuamente lo hacemos. De igual manera, es también oportuno para reflexionar y auto evaluar todo cuanto hemos realizado en el año que se termina y proponernos algunos propósitos para el venidero. En este contexto, es lo tradicionalmente acostumbrado entre familiares, amistades y entre quienes compartimos la cena o el evento en que participamos en y para la despedida del viejo y dar la bienvenida al nuevo año. En política, también es oportuno y hasta cívicamente necesario y obligado, hacer un inventario de lo positivo y negativo; de los aciertos y desaciertos de quienes están en el ejercicio del poder; de medir cuanto han cumplido de su oferta electoral, los entonces candidatos y después, Presidente, Diputados, Alcaldes Municipales y sus Concejos y, en fin, hacer un balance y una evaluación para ver si esta medición, nos conduce al reconocimiento o la decepción y hasta el arrepentimiento de haber votado por quienes no merecen nuestro voto y que ya en el cargo, demuestran que les ha quedado grande el saco y defraudan a la sociedad que representan en general, y a los electores en particular.
Evaluar los dos gobiernos que anteceden al actual, sería insistir en lo ampliamente conocido y donde, de sus protagonistas, unos están encarcelados, otros huyendo dentro y fuera del país y otros más, disfrutando de la fortuna que robaron al patrimonio nacional y presumiendo de una honorabilidad que no tienen. En cuanto a la administración actual pues, no ha sido lo esperado e históricamente, no es sino una continuación de las anteriores en cuanto a incapacidad y escasos o nulos resultados al frente de la administración pública: la corrupción, la impunidad, la desobediencia a los mandatos constitucionales, los berrinches y caprichos (muchos obsesivos y hasta enfermizos) presidenciales y del Ministerio de Relaciones Extranjeras, son solo una pequeña muestra de lo que tiene cooptado al Estado guatemalteco. A esto habrá que agregar una de las peores vergüenzas que también históricamente, confronta el país frente a la sociedad y el mundo en general: el pacto de corruptos enquistado en el Congreso y que, como aprendices de políticos, para una mayor vergüenza, está encabezado por un presidente que sigue demostrando, con su improvisación e ineptitud, ser un buen y fiel heredero de su progenitor. En función de esta percepción, ya la auditoria social y la opinión mayoritaria de la sociedad guatemalteca, ha dado su veredicto: 2018 es un año más que en Guatemala, se ha perdido; los tres años transcurridos por la actual administración solo han servido para aumentar la deuda social históricamente acumulada: los desaciertos y tantos señalamientos que se podrían agregar, son un mal presagio para el último año que les queda. Transcurrido este último año, solo nos queda esperar el 2019: año por la esperanza.
En el caso del municipio de Quetzaltenango, ¿qué podemos decir que no sea el comentario mayoritario de la sociedad? Pues, ni más, ni menos: sumarnos a lo que todos opinan de la actual administración municipal: que, a un año de cumplir su período, Quetzaltenango está peor de cómo lo recibió la actual administración; sería una repetición inútil, insistir en el deterioro que han experimentado los servicios municipales. Son tantos y tantos los desaciertos y comentarios negativos que se conocen, que no los comento por prudencia y consideración inmerecidas; eso no impide una reflexión sobre las muchas que se podrían agregar; el colmo de los colmos: que un concejal, secundado por otro, pida un aumento a lo que perciben de dieta argumentando que “trabajan”; ante un abuso como tal, habría que preguntarles, ¿dónde están los resultados del trabajo que argumentan? porque la sociedad, no los ve por ninguna parte. Pedir aumento por ir a dormirse a las sesiones, es algo inaudito. Para concluir, en Xela también, 2018, es un año perdido y si el Concejo Municipal lo duda, queda la invitación para hacer una encuesta que evalúe a la actual administración del municipio. Esperamos que el 2019, sea el año por la esperanza.
Soy un profesional comprometido con la transparencia, la crítica y la propuesta, e identificado con los problemas sociales; los intereses y necesidades de los de a pie. / lufesaldy@hotmail.com