Cada 26 de abril se celebra en Guatemala el Día de la Secretaria. A pesar de que muchas secretarias no están yendo a su institución de trabajo por la enfermedad del Coronavirus, continúan trabajando desde sus hogares. Algunas secretarias sí van a su lugar de trabajo, porque la naturaleza de su institución de trabajo se los permite.
El término “secretaria” viene del latín “secretarius” que significa “secreto”, y se refiere a aquella persona que se responsabiliza de todos los secretos de primera mano del jefe y de la empresa. Una secretaria maneja la agenda del jefe, y jamás debe revelar a nadie el paradero de su jefe, o de lo que tenga que hacer.
Para que una secretaria sea de verdad la mano derecha de su jefe tiene que poseer algunas cualidades clave que le permitan hacer un trabajo extraordinario. Una secretaria de excelencia y extraordinaria tiene que tener un buen carácter. Su temperamento puede ser fuerte, pero su carácter le hace marcar la diferencia. Un buen jinete lleva al caballo a donde quiera; un mal jinete, al nomás montarse, el caballo lo tumba.
La dulzura para atender al cliente depende mucho del carácter de la secretaria. No sé si usted se ha topado con secretarias, que con tan solo verlas, asustan, por lo malencaradas que son; otras en cambio, su fineza para atender hace que los clientes queden encantados de la empresa que representan.
Un buen carácter tiene relación con la madurez humana de una secretaria. Una secretaria tiene que estar llena de amabilidad, prudencia y coraje para atender a todos aquellos clientes malhumorados. Por experiencia les digo que hay clientes muy educados, pero también hay clientes que llevan al diablo consigo, y llegan a las empresas a insultar y gritar; a estos clientes, una secretaria tiene que responderles con una sonrisa.
Otra característica clave en las secretarias es su capacidad y habilidad para manejar emociones, es decir, deben tener una excelente inteligencia emocional. A una secretaria con un buen porcentaje de inteligencia emocional la pueden insultar y gritar, pero jamás la sacan de sus casillas. La inteligencia emocional hace que los clientes abusivos hagan el ridículo. Y es mejor que los clientes hagan el ridículo, y no la secretaria.
Una excelente secretaria también ha de estar consciente de que las cosas no siempre le salen bien. De vez en cuando se puede sentir frustrada porque no pudo hacer bien lo que su jefe le encomendó. La frustración es una oportunidad para aprender, la frustración bien canalizada conduce a la excelencia, y nunca a la mediocridad.
A través de este espacio quiero exhortar a todas las secretarias a que continúen siendo ese vínculo trascendental entre su jefe y la empresa. No siempre el jefe valora el trabajo que ustedes hacen. Ustedes, a veces, sufren en silencio, porque hacen todo lo posible por hacer un trabajo de excelencia; sin embargo, nunca faltan jefes o jefas que lo único que sí sabe hacer bien es gritar e insultar. ¡Tranquilas! En el transcurso de su vida, la vida les devolverá lo que ustedes inviertan en la empresa donde trabajan.
Mis oraciones para todas aquellas secretarias que ya no están con nosotros, pero que han dejado un buen legado en la historia de la humanidad y en nuestras vidas. Dios les recompense todo ese esfuerzo, que muchas veces, sus jefes nunca vieron y valoraron; pero que el Jefe de jefes sí vio, y por eso ahora gozan en su presencia en el cielo.
Dios es el motor principal de mi vida, me gustan los retos. Soy amigo de la verdad y enemigo de la hipocresía.