Alegría, paz y felicidad son cosas distintas.
¿Dónde está la felicidad? Por demasiado querer ser feliz se consigue todo lo contrario. Muchos confunden la felicidad con el placer y la alegría. Observe usted, a esas personas que han planeado una gran parranda navideña queriendo ser felices. Con invitados especiales, música estridente, comidas exóticas y bebidas preparadas. Sin embargo el gozo que alcanzan se ve que cada vez es más bajo. Y terminan molestos. Entre más desean, más infelices son.
Pero ¿por qué es esto? Porque hemos confundido la felicidad. Quizás porque en esta época somos bombardeados constantemente con la frase de “Feliz Navidad”, asociada a regalos materiales, licores y luces de colores. También a carcajadas, fiestas ruidosas y reuniones del máximo de personas. Nos hemos desviado demasiado del verdadero sentido de la Navidad.
Si realmente desea ser feliz en esta Navidad, disfrute del aquí y ahora, de lo que la vida le ofrece en el momento, libre de desear algo diferente. La felicidad en Navidad tiene un carácter de compartir. Relaciónese con quienes estén presentes sin desear que llegue alguien distinto. Intente hacer felices a los demás, no con regalos, sino propiciando un beneficio duradero y se sorprenderá que acá es donde se cumple la frase de “dando es como se recibe”.
Juegue con los niños, cuénteles historias navideñas, adorne su casa, cante villancicos en familia. Y si percibirá paz, amor y que todo duerme en derredor, como un suceso único e irrepetible. Le dejo la siguiente frase de un cántico para que reflexione: “Amar es entregarse, buscando lo que al otro pueda hacerle feliz”.
Psicólogo clínico con más de 25 años de experiencia, docente universitario, escritor de temas de salud mental para la familia, la pareja y el niño. <strong>YouTube:</strong> Mil tips de Salud Mental y Escalón Infantil <strong>Facebook:</strong> Oswaldo Soto Psicólogo