Es muy difícil pensar en mejorar el nivel de vida de la población, si no la conocemos estadísticamente”.
Dentro de 32 días dará inicio el XII Censo Nacional de Población y VII Censo Nacional de Vivienda. Probablemente por la distracción que provoca el Mundial de futbol muchos ciudadanos no están ahora muy compenetrados en lo que sucede en el país, de ello, obviamente se encuentra lo relacionado con el censo.
Recientemente he platicado con varias personas de diferente sexo, ocupación, edad y escolaridad, y el factor común ha sido que la mayoría conoce muy poco sobre la información relacionada con el censo. Se desconoce desde las fechas en que se estará realizando, y más aún, sobre el contenido de la boleta y particularmente, en cuanto al tipo y cantidad de preguntas. Otro elemento común es que, al tocar el tema, más que satisfacción porque se obtendrán datos actualizados que nos permitan conocernos mejor, lo que me han manifestado y he percibido es que se tiene mucha duda y especialmente desconfianza.
Esa duda y desconfianza está en relación a si se debe o no proporcionar información que pueda poner en riesgo la seguridad del hogar. Según lo captado en esas conversaciones informales, he deducido sin mucho esfuerzo que se tiene temor a dar información, porque se piensa que puede ser aprovechada por extorsionistas, por el Gobierno para cobrar más impuestos, por los políticos para su campaña, por la municipalidad para cobrar más IUSI y más arbitrios; algunos indicaron que su mayor temor es que cuando se sepa oficialmente cuál es el tamaño de la población, aumente el número de diputados en el Congreso. Definitivamente, la situación política que atraviesa el país, la delincuencia y el clima de inseguridad ciudadana contribuyen a que la población tenga ese tipo de susceptibilidad.
Por la experiencia que he tenido en trabajos de recopilación de datos, sobre diversas problemáticas, las preguntas que siempre resultan incómodas para el entrevistado, y que en varios casos no dan la información, tienen que ver con la pertenencia cultural, ingresos, características y propiedad de la vivienda; el nombre nunca lo pedimos, porque ya no quieren responder. En la boleta de censo, las preguntas relacionadas con esta información podrían ser problema o inducir al informante a dar datos falsos. Con respecto a los ingresos, aunque no se pregunta el monto que perciben las personas, podrían relacionarlo con la información que tiene que ver con su actividad económica y si tienen parientes que emigraron y mandan remesas.
Obtener datos no es una tarea sencilla, ni para una entidad gubernamental, porque no se ha educado a la población en una cultura sobre la importancia que tiene la información estadística. Además, hay que agregar la inseguridad y delincuencia que se enfrenta a diario, y otros factores, como la baja escolaridad de muchas personas.
Por esas razones, y otras que se podrían señalar, es que los responsables del censo deben aprovechar el mes que falta para su inicio, e informar masivamente a la población sobre la actividad en sí, y su importancia en la formulación de políticas públicas. Es cierto que el Mundial de futbol y otras circunstancias están distrayendo a la población en estos días, pero deben hacer el esfuerzo para minimizar los errores o discrepancias que siempre se dan.
Como el país es multicultural y multilingüe, los censistas encargados de administrar la boleta tendrán que estar capacitados para tratar con esa diversidad y manejar con propiedad el instrumento, porque pareciera que es fácil llenar una boleta, pero cuando llega el momento, si no se han hecho previamente ejercicios de prueba, hay más riesgo de cometer errores. Hay que aprovechar que en la actualidad existen las redes sociales y mucha gente tiene teléfonos inteligentes, para informar sobre todo lo relacionado con el censo, sin olvidar los tradicionales medios como la radio, la televisión y hasta los pregoneros.
De cualquier manera, muchos ciudadanos esperamos que este censo se lleve a cabo de la mejor manera, porque es muy difícil pensar en mejorar el nivel de vida de la población si no la conocemos estadísticamente.
Administrador público, economista, politólogo, abogado y notario, y profesor universitario.