La mejor manera de lograr una buena calidad de vida en una sociedad es a través de valores cívicos, como el respeto, la tolerancia y el apego a la ley. Practicas estos valores cuando eres abierto y optas por el diálogo antes que por el conflicto”.
Decidí tomar un microbús, desde Llanos de la Cruz hasta los alrededores de la “Demo”. Mi sentido de supervivencia se activó, mientras tanto, el bólido en cuestión inició el recorrido. El piloto traía una polera como si fuera un “ciudadano particular”, el repentino “arrancón” me desequilibró, reparé en la velocidad y con asombro vi cómo rebasaba a todo cuanto auto recorría esta ruta, los súbitos frenazos se combinan con la audaz forma de superar los túmulos, quise contar cuántas paradas efectuaba, este cálculo reconozco no pude hacerlo. Observo el parabrisas roto, los asientos sucios y rasgados, además se atrevió a pasar el semáforo en rojo, circular sobre la franja divisoria de la avenida que está prohibida, bocinar de forma repentina y estridente. La velocidad de llegada superó mi expectativa, así como el malestar y la desilusión por la pobre calidad de este medio de transporte, luego del susto que traía una dama y con el ánimo de bajar la carga de adrenalina, su esposo atinó a decir, “tranquila estamos en Xela”.
En una ciudad “normal”, el piloto hubiese sido citado y hasta detenido por haber infringido la mitad de las contravenciones que este caballero causó; además, que la unidad de transporte no tendría autorización de circular bajo ninguna circunstancia.
Reflexiono y digo: -¿Cómo lograr una actitud de cambio? – aquí propongo una iniciativa, para vuestra reflexión:
Cada día debemos procurar una mejor ciudad, objetivo que solo lograremos si todos nos comprometemos en aportar un “granito de arena”, no importa lo pequeño que sea y desde dónde lo hagamos.
Si cumpliéramos con nuestras responsabilidades como: cuidar el ambiente, cultivar valores cívicos, respetar las creencias, los derechos humanos, proteger a los animales, rechazar la violencia, cumplir con nuestras obligaciones, levantar la voz para exigir, participar en el desarrollo de nuestra comunidad y valorar a los demás, de seguro que viviríamos de manera diferente.
A continuación expongo estas 10 normas generales de convivencia.
1. Cuida el ambiente
Cualquier cosa es inútil si no hay un planeta donde vivir. No basta con que no cortes un árbol, sino que debes sembrar más, ya que entre el 25 y 30 por ciento del dióxido de carbono que se emite a la atmósfera proviene de la deforestación.
Consume menos energía en tu casa, oficina y automóvil; no tires desechos en la calle y genera la menor cantidad de basura, Quetzaltenango tiene un récord inaudito, produce una cantidad de residuos muy alta, (las más alta de América Latina) esto debe terminar con acciones como esta, realizando compras bajo el principio de las cuatro erres: reducir, rehusar, reciclar y rechazar. Ya la municipalidad generó la iniciativa de separar los residuos, por tanto, debemos hacerlo.
2. Cultiva valores cívicos
La mejor manera de lograr una buena calidad de vida en una sociedad es a través de valores cívicos, como el respeto, la tolerancia y el apego a la ley.
Practicas estos valores cuando eres abierto y optas por el diálogo antes que por el conflicto. La tolerancia se logra al tener disposición para la comunicación con los demás y respeto por la libertad de pensamiento. Esta ciudad tiene demasiados colectivos ciudadanos, tantos como Cocode, unamos criterios y voluntad para tener un mismo norte.
3. Respeta las creencias
La Constitución establece que está prohibida toda discriminación a las creencias de los demás, cualesquiera que estas sean. Todas las personas tienen derecho a practicar su fe sin ser discriminadas, juzgadas o condenadas. También debemos respetar el derecho de quienes no creen en nada.
4. Derechos humanos
Procuremos que los gobiernos y autoridades respeten los Derechos Humanos que protegen, entre otras cosas, la vida, dignidad, libertad, libre movilidad e igualdad. Construye en tu entorno una cultura de paz y respeto, transformando las relaciones inmaduras y jerárquicas en maduras e igualitarias; coopera en vez de competir destructivamente y busca el bien común en lugar de solo el bien propio.
5. Protege a los animales
Las especies son parte fundamental del ecosistema. Si tienes mascotas, tu obligación va más allá de alimentarlas y darles un techo. Acciones como limpiar sus desechos, educarlas y esterilizarlas contribuyen a su protección.
6. Rechaza la violencia
La violencia genera más violencia, destruye comunidades que conviven en armonía y pone en riesgo la vida e integridad física de las personas. Si eres violento, debes buscar ayuda. Si eres testigo de violencia, debes denunciarla. Puedes hacerlo en las Unidades de Atención y Prevención de la Violencia Familiar.
7. Cumple tus Obligaciones
La ética es básica, porque con ella se establecen acuerdos para una sana convivencia y la construcción de sociedades justas a través de las normas. Cuando no cumples las reglas, se rompe el equilibrio social. Por eso hay que ser respetuoso al conducir y no invadir lugares para personas con discapacidad, por ejemplo. La inclusión de niños y adultos con capacidades especiales es básico.
8. Levanta la voz y exige
No solo se trata de elegir a las autoridades, hay que vigilarlas; si no se vigilan, se corrompen. Exígeles que cumplan las metas específicas previamente acordadas. La Ley de Libre Acceso a la Información le ha dado al ciudadano una herramienta poderosa para exigir cuentas a sus gobernantes. Parte de la obligación ciudadana es denunciar las irregularidades y, aunque a veces hay temor, también hay que alzar la voz, y La Voz de Xela será siempre un medio abierto y consecuente a la comunidad.
9. Participa
Además de ser exigente con la autoridad, debes ser copartícipe y corresponsable de lo que pasa en tu barrio. La participación ciudadana es una forma eficaz para de llegar a la democracia efectiva.
10. Valora al otro
Este es el principio del que se parte: la convicción de que cada quien tiene algo que dar y algo que hacer. Trata de interactuar con el otro, aunque sea distinto a ti, y de ver desde su ángulo. Dale su lugar al que es distinto y reconoce que también es importante, aunque no tenga relación con tu propia realidad, no importa si es de otra raza, país, clase social o edad.
Cuando logremos compromisos y avances efectivos, podremos al final del día decir: ¡tranquila, Xela ya cambió!