La autoobservación desde la autocompasión nos permite hacer un cambio de perspectiva radical. Psicóloga Fanny Libert».
Esta es la segunda etapa de la columna de opinión FLUIR, FLUIR. La primera se publicó por largos
meses en un periódico de la ciudad, y un producto tangible de este ejercicio, es el libro FLUIR,
FLUIR, cuyo lanzamiento hizo la autora, el 25 de abril del presente año, a las 17.00 en la Casa N’oj,
en la ciudad de Quetzaltenango.
Esta columna, siempre ha sido y seguirá siendo el producto de las cavilaciones y reflexiones de una
persona, que todavía no tiene el calificativo de escritora, pues su producción es muy pequeña,
pero que quiere un día ser reconocida como tal, por el impacto que produce el ejercicio de
escribir, en las mentes y en los corazones de los demás.
Para referirse al rostro de la autocompasión, es preciso aludir a su concepto, para lo cual se
recurre a Kristin Neef, autora del libro Sé amable contigo mismo. Neff dedicó su vida académica
a investigar la autocompasión. Asegura que le ayudó a lidiar con el «mayor» desafío de su vida, el
autismo de su hijo Rowan. Asegura que la idea de la autocompasión ha estado presente en el
pensamiento filosófico oriental desde hace mucho tiempo, pero en occidente es relativamente
nuevo.
Según Neff, la autocompasión, significa tratarse con amabilidad a uno mismo, reconociendo que
los seres humanos tenemos mucho en común. Implica la capacidad de reconocer las propias
debilidades y los aspectos negativos de nuestra persona, también la aceptación de las propias
limitaciones.
Neff propone tres componentes de la autocompasión:
La misma autora asegura que no es lo mismo autocompasión y victimismo, autocompasión y
autoindulgencia. Las ventajas de este ejercicio de autocompadecernos sin convertirnos en víctimas son muchas, y no es posible enumerarlas todas siguiendo el pensamiento de Neff, pero hagamos alusión a algunas:
Los propios errores se pueden reconocer serenamente, nos ayudan a vernos como parte de una
realidad más grande e interconectada, y a sentirnos valiosos, seguros y aceptados, sin necesidad de
agrandar nuestra imagen. Se contrapone al egocentrismo, aumenta nuestra sana autoestima,
incrementa la conexión social, facilita las relaciones, nos ayuda a reconocer nuestras fortalezas y
debilidades.
Hay mucha conexión entre la compasión y la autoestima. La compasión hacia uno mismo tiene
mucho que ver con la autoestima. La comparación y la autoevaluación que hacemos de nosotros
mismos, muchas veces da como resultado sentimientos de inferioridad y de superioridad, hay que
evitar ambos.
Algunos de los efectos positivos de la autocompasión son la activación de nuestro sistema de
relajación, acompañado de sentimientos de seguridad.
Si quieres comprobar que tienes compasión hacia ti mismo, puedes responder a unas preguntas
obtenidas de la www.bbc.com:
No te autocompadezcas en extremo, en el equilibrio está la clave. Aprende también a tener
compasión con los demás, sin infravalorarlos.
Por Laura Ronquillo