De acuerdo a las últimas encuestas dadas a conocer hace algunos días por las empresas CID Gallup y Mitofsky en relación a quién ocupará la presidencia del organismo ejecutivo del país, tres mujeres encabezan la preferencia del electorado. Sin embargo, da la mera casualidad que esas tres mujeres tienen y seguirán teniendo problemas judiciales para llegar al final de la carrera por alcanzar la guayaba -silla presidencial-. Digo, seguirán, si no tienen al valor de enfrentarlos de una vez por todas.
A Zury Ríos Sosa, ayer le dijeron que no puede ser candidata, hoy que sí puede, mañana seguramente le dirán que no, porque según conclusiones de constitucionalistas, existe una clara prohibición constitucional a su candidatura y sus adversarios, ni lerdos ni perezosos, interpondrán recursos.
Sandra Torres, ayer le dijeron que no, hoy que sí, pero es casi un hecho, el MP por medio del fiscal Francisco Sandoval, presentará en estos días, apelación para insistir en el despojo de su inmunidad, obviamente con ello, se viene al suelo su candidatura.
Thelma Aldana, casi, casi -a menos que exista “un milagro”- aunque esté inscrita ante el TSE no podrá participar, debido a la férrea oposición mantenida incluso, antes del inicio del proceso electoral, por sus detractores y/o adversarios, que en este caso, no es una adversidad política, ideológica, de planes de trabajo, etc., sino simplemente y sencillamente ven un peligro en la continuidad de la lucha contra la corrupción. Este grupo de detractores y/o adversarios, han caído en ilegalidades para presionar, insultar y amenazar a los magistrados del TSE para no dejarla inscribir como candidata a la Presidencia; los obstáculos y chantajes, se iniciaron desde la misma inscripción del partido político Semilla, argumentando que el logo de dicha agrupación política tenia semejanza con otro partido político. Argumentos infantiles, propios de una mente desquiciada y enferma, dispuesta a defender lo indefendible.
Sin embargo, hay que poner los pies en la tierra y ser lo más objetivo posible, por el bienestar político de la Sra. Thelma Aldana y de la institución política que la apoya, debe respirar profundo y dar el paso que la convertirá en una verdadera líder, es decir, debe venir a Guatemala, presentarse ante las autoridades judiciales y dilucidar su situación jurídica, el no hacerlo, definitiva y categóricamente le estará dando todo el capital a sus detractores quienes han dicho una y otra vez, que ella no reúne los méritos de capacidad, idoneidad y honradez, incluso, que es prófuga de la justicia. Pero, en este caso en particular, los que vociferan tal afirmación son aquellas personas que hacen su mayor y mejor esfuerzo por enriquecerse día a día a costa del incremento de la pobreza. Aquellos diputados y tristemente medios de comunicación parcializados y afines con la clase poderosa del país. Ellos, si ellos, están listos a reformar la Ley de Reconciliación Nacional y así dar el zarpazo final para que los criminales que fueron sentenciados por crímenes de lesa humanidad, abandonen felizmente sus celdas.
Parece ser que a la autoridad máxima, la que está obligada a velar por un proceso electoral transparente -Tribunal Supremo Electoral-, se le está armando un solo merequetengue dicho proceso. El TSE está cayendo –si no es que, ya cayó- en el juego de los que siempre ponen y quitan presidentes. La ciudadanía lejos de conocer los planes, programas y equipos de gobierno de cada aspirante a la máxima representación del país, lo que estamos viendo y escuchando, es un estire y encoge de interpretaciones jurídicas a la medida de cada quien. Un verdadero circo jurídico.
Reitero, el proceso electoral se volvió un solo merequetengue y el único perjudicado en todo esto, es el 65% de la población pobre, el 28% de analfabetas que aún existe en el país, la población que se hartó de tanta delincuencia, ahora hace justicia por mano propia, a plena luz del día, en céntricas calles de la ciudad capital. Y en todo esto, la señora del Ministerio Público, sigue vigilando, cumpliendo a cabalidad la consigna del Presidente.
Contador público y auditor, docente universitario y ex alcalde comunitario.