Siempre he mencionado que la vida es un constante presente. El único tiempo que usted tiene para disfrutar es el “aquí y ahora”. No hay otro momento. El pasado, para bien o para mal, ya pasó, y nada se puede hacer. No tiene ningún sentido lamentarse por lo que se hizo ayer, puesto que lo hecho, hecho está.
Para que usted realmente disfrute y se feliz en este preciso momento, tiene que soltar y dejar ir lo que vivió hace años. No es justo cargar con ese gran costal de problemas y traumas, que lo único que hacen es hundirle cada día más.
El pasado no se olvida, pero se supera. Tiene que aprender el arte de ser feliz, integrando el pasado en el presente. Puede recordar todo lo que quiera, pero que ya no le haga daño. Ya no siga haciendo daño por donde le hicieron daño hace años. Estoy casi seguro, que todos hemos realizado acciones que no son coherentes con lo que muchas veces decimos. Errar es de humanos. Y me parece bien tropezar.
El error de muchos seres humanos es que tropezamos ayer, tropezamos hoy, y nos predisponemos a tropezar con la misma piedra mañana. No se encariñe con la piedra. Cuando uno se encariña con el pecado, con el error repetitivo, nos convertimos en esclavos de nuestros vicios y malos hábitos. Y lo peor es que hacemos de ese charco de agua sucia nuestro lugar para vivir.
Por otro lado, hay quienes también viven muy pendientes del mañana. El “mañana” podemos planificarlo; ésta es la razón por la cual estudiamos y trabajamos; porque queremos un mejor futuro. Y es cierto que el día precedente ayuda al día siguiente. Lo que tenemos que hacer es no vivir en el futuro. El pensar mucho en el pasado y el estar pendientes demasiado del futuro, hace que el presente no se goce y disfrute como se debería.
Por lo tanto, en lugar de estar lamentándose por lo que no hizo en el pasado; en vez de estar construyendo sueños en el aire, utilice su tiempo en disfrutar lo que está haciendo. Si tiene un problema, abórdelo con paciencia y prudencia. Si ayer terminó una relación, deje tranquilo al fulano o fulana, y disfrute a quienes tiene a su lado. Si hace algún tiempo le hicieron daño, suelte esos malos recuerdos, libérese de esa pesada carga y aproveche el tiempo para escribir, cocinar y cantar.
La vida es corta. No deje para mañana lo que puede hacer hoy. Aunque todos los restaurantes están cerrados, busque formas para compartir con los que le aman. Los que aman a uno, lo buscarán, aunque sea con señales de humo. Si quiere tomarse su bebida preferida con un amigo, una amiga, ingénieselas para hacer realidad esa idea. Cuando uno deja para mañana esa bebida, a veces ese “mañana” nunca llega.
Independientemente de los traumas que tenga, no se detenga. Dentro de usted hay un gran potencial con el cual puede hacer muchas cosas en ese contexto en donde actualmente se desenvuelve. Despídase de ese pasado y dele la bienvenida a una nueva manera de pensar, sentir y actuar en su vida.
¿Cómo le gustaría ser recordado? Piense en tres cosas que le gustaría que dijeran de usted, si hoy muriera; y esfuércese por hacer, en el presente, acciones que le ayuden a hacer realidad esos deseos. El único tiempo del que dispone para hacer realidad esos anhelos de su corazón es el momento que ahorita tiene en sus manos.
Dios es el motor principal de mi vida, me gustan los retos. Soy amigo de la verdad y enemigo de la hipocresía.