La inteligencia emocional, comienza a desarrollarse en la infancia.
¿Quiere que sus hijos e hijas tengan inteligencia emocional? Puede iniciar con este juego, que consiste en elaborar diez cartitas o fichas, de cada una de las emociones, ilustrándolas con un emoticón. Por ejemplo, en una carta dibuja una cara alegre y abajo escribe “alegría”, en otra una cara triste y escribe “tristeza”… y así también con ira, miedo, sorpresa, desprecio, asco, amor, vergüenza, aversión, temor, preocupación, angustia, intriga, compasión, desconcierto…
Luego coloca las fotos de los miembros de la familia en un cartel. Entonces al comenzar el día, cada uno toma una carta que describa la emoción que está sintiendo y la pega debajo de su foto. Al medio día puede llegar al cartel y observar si aún se siente igual o cambiar la carta. También en la escuela resulta muy conveniente jugar esto.
Este juego genera en los niños el conocer y reconocer las emociones en sí mismo. Luego en reconocerlas en los demás. Y así los niños aprenden a dominar las emociones y no que las emociones les dominen. Pues la inteligencia emociones consiste en usar las emociones propias y ajenas en beneficio propio y ajeno.
Observe que hay muchos adultos que, no saben lo que están sintiendo, y son víctimas de sus propias emociones. Tanto de las agradables como de las desagradables. Van al supermercado muy contentos y terminan comprando muchas cosas que no necesitan y que no van a usar. Otras veces logran ser influenciados por lástima y entonces regalan dinero gamonalmente. O están eufóricos y realizan actos altamente peligrosos.
Otros desprecian las emociones que sienten, las niega o las reprimen. Esto les provoca sufrimiento, ansiedad y enfermedades físicas y mentales. Claro, no saben gestionar el mundo emocional.
Por eso es importantísimo en este juego, que no se juzguen las emociones presentes, sino que se acepten normalmente. Si el niño dice: “tengo miedo”, entonces se les responde: “está bien, en este momento tienes miedo”. Si dice: “estoy feliz”, se le dice: “está bien, te sientas feliz”. No se aprueba o desaprueba las emociones que surjan. Tampoco se rechazan, maximizan, minimizan o justifican. Solo se aceptan, se nombran y se dejar estar. Le dejo la siguiente frase para que reflexione: “La inteligencia emocional te dará decisiones saludables y relaciones confortables ”.
Psicólogo clínico con más de 25 años de experiencia, docente universitario, escritor de temas de salud mental para la familia, la pareja y el niño. <strong>YouTube:</strong> Mil tips de Salud Mental y Escalón Infantil <strong>Facebook:</strong> Oswaldo Soto Psicólogo