Según el diccionario el significado de la palabra escurridizo se define como: “lo que se escurre o desliza con facilidad “. Todos los seres humanos, lo aceptemos o no, tenemos el mismo objetivo: ser exitosos. Nadie en este mundo anda con la bandera de la ignorancia perpetua. Aunque es deseado por muchos, pocos están dispuestos a pasar el proceso, porque el éxito no es lo que hagas o logras sino en quien te conviertes, es decir, tiene relación con el carácter de la persona. Cuando trazas una meta te vas a encontrar con obstáculos que harán de ti una persona mejor. Los obstáculos son esas piedras de tropiezo que traen en sí misma la formación de tu carácter, porque al enfrentarte con cada uno de ellos te vas haciendo más fuerte. De ahí que la formación del carácter del emprendedor será el mejor premio y el mejor éxito.
Uno de los aspectos que crece durante todo este proceso es la fe. La fe es creer en que algo que no existe ya existe. Y el libro de Hebreos lo describe muy claramente cuando dice: “Sin fe es imposible agradar a Dios “. Es decir que vamos a necesitar una fe para cosas cada vez más grandes, con los obstáculos más grandes que vamos a encontrar cada vez que emprendemos. Los esfuerzos diarios y constantes son la mejor manera de fortalecer nuestra fe en Cristo. El gran apóstol Pablo lo dijo en alguna ocasión: “El justo por su fe vivirá “.
Durante este proceso también desarrollas el dominio propio, es decir la capacidad de un autocontrol, por ejemplo, para quedarse callado cuando quieres hablar, el control de la ira, el control de la ansiedad. Proverbios 16:32 dice: “Mejor es el que tarda en airarse que el poderoso, y el que se enseñorea de su espíritu que el que toma una ciudad “. También cabe resaltar que nos enfrentaremos al cambio, todo el que se lanza a una meta debe saber que el cambio será parte habitual de su vida diaria. Cada persona que lanza un emprendimiento lo hace porque quiere cambios, porque se necesita cambiar y justamente en ese cambio está el crecer.
Por último, este camino también está definido por las prioridades. La gran pregunta que uno debe hacerse es: ¿Que quiero lograr? Uno deja de hacer algo para darle prioridad a la meta propuesta, es decir sacrificamos a veces nuestros gustos personales con tal de que llegue la meta. Sin embargo, dentro de todas esas prioridades siempre debe estar Dios. A Dios no puedes sacarlo de la jugada en tu emprendimiento. Dios es una prioridad máxima en todo lo que emprendas. Mateo 6:33 dice: “Pero buscad primero su reino y su justicia, y todas estas cosas os serán añadidas “. Esta es la gran verdad de poner a Dios en una situación de prioridad máxima. Cuando alcances el éxito y has cruzado todo esto, entenderás que el orgullo no es parte del éxito.
Cardiólogo - Coach/Conferencista coachedwinibarra@gmail.com