Gracias a Dios, al cielo, al Ajaw en fin, al Dios invisible, pero no por ello inexistente, la COVID 19 en Guatemala y especialmente en nuestros territorios está menguando, según los expertos en el tema, los índices de ocupación de camas en el área de intensivo de los hospitales COVID 19 bajaron drásticamente, en el área de moderados, bajó entre un 50% a 60%, pero, lastimosamente los pacientes que han estado ingresando, casi un 100% son personas que no están vacunadas, y obviamente no han querido seguir las medidas de bioseguridad; la baja de contagios se debe a varios factores entre ellos está que, un buen porcentaje de la población económicamente activa se vacunó, jóvenes de las edades de 18 a 30 años, se han estado vacunando, es cierto que más del 50% de la población aún no se ha vacunado, uno porque no han querido hacerlo y otro, las acciones gubernamentales han sido pésimas, es decir, Giammattei ha sido un pésimo presidente y dirigente para combatir esta pandemia.
Debemos rescatar algo importantísimo que hicimos todos los que gracias a Dios estamos contando el cuento, reitero, primero Dios, luego, nos sometimos rigurosamente a las medidas de bioseguridad –lavarnos las manos, usar alcohol en gel, distanciamiento social y uso de mascarillas-, estoy casi seguro que, eso ha sido un factor importantísimo para que COVID 19 mengue drásticamente. Eso significa que obedeciendo y usando nuestro sentido común, podemos salir adelante, podemos seguir batallando y derrotando otros males que nos aquejan, otras acciones perversas que han afectado nuestro buen vivir, nuestro desarrollo integral.
La corrupción es una enfermedad, es un cáncer maligno que viene afectando al mundo entero y especialmente a nuestro país. La corrupción está en todos los estratos y clases sociales, está en todas las organizaciones, llámese sociedad civil, religiosa, filantrópica y especialmente en las organizaciones políticas. Los países de primer mundo, tuvieron ese cáncer, lo tienen aún, pero, ha menguado, como COVID 19. El éxito ha sido, el combate frontal, sin piedad, aplicación general de la ley, sea quien sea –ciudadano común, funcionario de alto rango, etc.
En nuestro país, debemos combatir frontalmente a la corrupción no permitir que se afiance cada día más y más, es absurdo que nuestros propios líderes comunitarios, gobernantes municipales, departamentales y nacionales estén involucrados en acciones deshonestas, burdas, carentes de toda ética y moral. Ya lo sabíamos, gracias a CICIG los vimos y conocimos, nombres y apellidos completos, nietos y bisnietos de criollos que lucharon por su independencia hace 200 años; pero, para desgracia nuestra, hay wachalales –hermanos, perdón si escribí mal- nuestros que en pleno siglo 21 están ayudando para que estos descendientes se afiancen cada día más y más, y lo hacen corrompiendo –en el caso de Totonicapán- la organización más antigua de Centroamérica -48 Cantones-.
Este 6 de noviembre la Asamblea General de Alcaldes Comunales de los 48 Cantones elegirá a la Junta Directiva 2022, otrora, esta actividad se realizaba con mucha ceremonia y respeto, ocupar un puesto en dicha directiva, significaba responsabilidad, honor, respeto y llevar la vara, significaba autoridad, incluso, hay una forma o manera de llevar la vara, hoy en día, las personas llevan la vara casi arrastrando, ¿será porque su responsabilidad y autoridad la llevan arrastras?
Desde hace un buen tiempo para acá –digamos 25 años, con rarísimas excepciones, entiendo que toda regla tiene su excepción-, se perdió la mística, el respeto, la honradez, el amor propio, el buen sentido del CAXCOL –otra vez, perdón si no escribí correctamente-, de las personas que han ocupado estos puestos. Si intuye, que los dirigentes que ha tenido 48 Cantones, a la postre se han convertido en peones de los malos políticos –alcaldes municipales, diputados, gobernadores- y en contubernio han comercializado con la pobreza y desnutrición de nuestras comunidades, especialmente los 4 Cantones más pobres y con altos índices de desnutrición –Maczul, Chimente, Pachoc, Tzanixnam-, eso no se vale, es imperdonable, abusar con la dignidad y necesidad de nuestros propios hermanos.
Los Alcaldes Comunales en ejercicio, deben pedir sabiduría a Dios, escuchar su conciencia, cerrar los ojos y ver cada rinconcito de su comunidad –paraje, caserío, etc.- también deben visualizar las condiciones de precariedad de los hermanos, porque los Alcaldes Comunales somos los que vemos la cruda realidad de nuestros vecinos; luego de ese examen de conciencia, deben ELEGIR –escoger personas HONORABLES, RESPONSABLES, HONRADAS, RESPETUOSAS- después deben VOTAR.
Por el amor de Dios, deben tirar a la basura –como muchos lo hicimos en su oportunidad- esa cantaleta que, si votan por fulano o mengano, les va a llegar su proyecto; escuchar eso de un político, es lo más vil y repugnante.
Ustedes ahora tienen la gran responsabilidad para que volvamos a los caminos antiguos, es decir nuestro slogan: ¡El poder del pueblo está en el servicio!
Contador público y auditor, docente universitario y ex alcalde comunitario.