Efectos de la resurrección en Guatemala

Tras los breves días de descanso y meditación personal, nuevamente se inician las actividades ordinarias. Hay que agradecerle a Dios la oportunidad de servirle a través del trabajo que se tiene. Comience con alegría y con pie derecho. Guatemala sigue necesitando de hombres y mujeres honestos y sensibles a las necesidades de los más vulnerables. Hay que seguir trabajando con esperanza, para reducir los índices de violencia y delincuencia en el país.

Los cristianos estamos celebrando la victoria de Cristo sobre la muerte, el paso de la muerte a la resurrección. En este contexto de resurrección, sería bueno que todos los guatemaltecos hiciéramos morir todo aquello que no nos permite disfrutar esta vida al máximo. Hay muchas personas que están muertas en vida. Habría que hacer el esfuerzo por liberarse de ideas y actitudes que no están ayudándole a ser feliz.

En Guatemala debe morir la envidia, el engaño, el orgullo, la corrupción, la mentira y la pereza. En los hospitales, por ejemplo, hay que resucitar un buen trato hacia las personas que llegan en búsqueda de salud. Pero lamentablemente, las personas se topan con médicos o practicantes insensibles, que no tienen nada de humanidad. Parece que la rutina les hace ser auténticas piedras. Otro ejemplo, en varias instituciones públicas y privadas hay personas cuyo servicio al cliente es pésimo. La cara que ponen o la manera como contestan el teléfono expresa su amargura interna.

El país de la eterna primavera merece estar mejor. Pero para que esto suceda, quienes lo habitamos debemos resucitar todos aquellos valores que la conviertan en una nación próspera en todas sus dimensiones. Este cambio integral no sucederá de la noche a la mañana; este cambio requiere que usted y yo cambiemos interiormente. Por eso siempre afirmo, que el cambio de un país depende del cambio que se geste en el interior de cada guatemalteco.

¿Qué valores necesita poner en práctica para transformar a Guatemala? Como dice la canción: Usted lo sabe. Lo único que yo le recomiendo es que disfrute lo que hace, sienta paz en su corazón y ame sin medida. Este país no cambiará si usted siempre está de mal humor, le desagrada atender a la gente, insulta, humilla, se cree más que los demás, trata de judas a los demás cuando el verdadero Judas es quien lo afirma, agrede psicológicamente y vive buscando la manera de cómo ponerle trampas a las demás personas.

¿Qué tiene que para hacer morir en su vida para resucitar y ser diferente? Recuerde que para que una semilla dé frutos, esta tiene que morir. Posiblemente hay que hacer morir la depresión, la ansiedad, el estrés, la mediocridad, el conformismo y el poco coraje para enfrentar los problemas de la vida.

Resucitar valores es apostar por la vida. A cada instante puede elegir entre la vida o la muerte, el bien o el mal. Le invito a elegir el bien y la vida. Luche por practicar valores morales y espirituales. Es difícil, pero no imposible. Está a tiempo de dar el paso del odio al perdón, del abuso de autoridad a una autoridad traducida en servicio, de mandar anónimos a hablar con la verdad, de mentir a ser transparente, de hipócrita a hablar con la verdad, de creerse un “pequeño dios” en su empresa a ser una persona más humana y humilde.