El límite de lo absurdo está cada vez más lejos de ser alcanzado. Tal como ha quedado demostrado con una noticia que en principio se asemeja más a una publicación de las páginas que se dedican a satirizar información.
En ese cometido de “corregir” las expresiones lingüísticas para que suenen cada vez menos ofensivas, sobre la búsqueda de un discurso políticamente correcto, la ONG de defensa de los animales más reconocida, PETA (Personas por el Trato Ético de los Animales), propuso cambiar los dichos populares que resulten crueles para los animales. La noticia es real, y fue publicada por el diario El País, entre otros medios, la semana reciente.
Así, en lugar de decir “ser un conejillo de indias”, habría que expresar “ser un tubo de ensayo”, para no lastimar más a los animales, según la organización. Si no era suficiente con escuchar todas y todos, las y los, para no parecer políticamente incorrecto, lo cual es innecesario de acuerdo con las reglas lingüísticas; ahora se propone decir “agarrar la flor por las espinas” en lugar de “agarrar el toro por los cuernos”, con la posibilidad de que, en un futuro, los defensores de las plantas también digan que es ofensivo.
Entiéndase que en este caso el debate no se centra en la defensa de los animales, sino en lo ridículo de la propuesta. En realidad, lo más probable (…) es que los animales en cuestión ni se den por enterados. De tal cuenta, nadie salvará a unos polluelos evitando decir “matar a dos pájaros de un tiro”, si así fuera, está claro que habría que promover el cambio. A las organizaciones, en muchos casos, les interesa lo superficial, lo que la mayoría ve o escucha, sin poner atención al problema real.
La libertad para expresarse, que se suponía ser mayor con la era de la comunicación digital, se ve reducida con propuestas de este tipo, y, sin embargo, a nadie parece importarle la violencia, intolerancia y lenguaje soez que se promueve en las redes sociales; mientras sí se escandalizan por cuestiones banales y absurdas.A este paso, habrá que decir “la curiosidad emocionó al gato”, y tener cuidado con ofender al automóvil del vecino. Y después tendremos que adecuar todo al género, y decir la luz y el luz, los carros y las carras. El lenguaje es correcto o incorrecto, y no políticamente correcto o políticamente incorrecto, lo cual puede ser peligroso, que alguien se exprese “bien”, pero no actúe en el mismo sentido, creando una falsa realidad; de esto se aprovechan justamente los políticos, y otros personajes.