Los aspectos sociales, culturales, políticos, religiosos y económicos de un país, departamento, pueblo y aldea o Cantón, juegan un papel preponderante en su desarrollo, es así como, solventar las necesidades -no básicas- de cada región, necesita un tratamiento distinto o diferente, sin embargo, en nuestro país, las necesidades básicas o elementales aún no han sido suplidas en buena parte del territorio, de esa cuenta es que, en las estadísticas siempre leemos, incremento en pobreza, pobreza extrema, desnutrición y desnutrición aguda, etc..
Así las cosas, llevamos vividos casi un cuarto del siglo XXI y nos enfrentaremos a nuestra más cruda realidad socio política, es decir, la elección de las próximas autoridades de los dos organismos del Estado -Ejecutivo y Legislativo- y poder local -municipalidades-. Los diputados al Parlacen, al parecer, son una pérdida de recursos económicos porque sus decisiones o resoluciones -muy escasas, por cierto- no tienen ninguna trascendencia interna, menos externa.
La situación del país, es muy delicada desde cualquier ángulo que se quiera ver, y no es muy difícil concluir en ello, tenemos un TSE que de supremo no tiene casi nada, está casi al servicio de los que quitan y ponen presidentes. El padrón electoral de este proceso -2023-, nos muestra una cruda realidad social, resulta que, del total de personas aptas para emitir el voto -9 millones 372 mil 164-, el 54% lo componen mujeres -5 millones 61 mil 386-; estimado lector por favor preste atención, acá es donde se me pone la piel de gallina, resulta que, el 19% del total de electores -1 millón 746 mil 352- es gente analfabeta y lo peor es esto, el 67% de ese 19% corresponde a mujeres y el resto a hombres, hay un proverbio que dice: “Un pueblo sin educación es más fácil de manejar, pero más difícil de controlar”, esto, lo sabe perfectamente el político corrupto.
A todo esto, debemos tomar en cuenta otro aspecto muy importante que nos muestra el padrón electoral, es decir, qué edad tienen los votantes o electores en Guatemala. En ese sentido les comparto lo siguiente: Las personas de 18 a 40 años, representan el 53% del total de dicho padrón, a ese respecto el 55% del total de personas de 18 a 40 años son mujeres, dicho lo anterior, se concluye que, el político corrupto está tranquilo y seguro, seguirá otros cuatro años mamando de las arcas del Estado, toda vez que el mayor porcentaje de la población votante es la señora que cuida a los hijos, cocina los alimentos, lava la ropa, trabaja en oficios domésticos durante más de 15 horas diarias y sin recibir remuneración económica alguna, y para ponerle la tapa al pomo, es analfabeta y joven. Lamentable situación de la mujer -rural y de las áreas marginales urbanas-, es presa fácil de los politiqueros que regalan pilas, bolsas de comida chatarra, láminas y blocks, incluso, se han visto videos donde políticos que mercadean con la pobreza de la gente, reparte y ofrece dinero en efectivo, esto es inadmisible en pleno siglo XXI.
El señor Henry Brougham, estadista de profesión, nacido en Inglaterra en el año 1778, escribió esta frase que, sin ninguna duda, es el cuco de los políticos marrulleros, el cual dice así “LA EDUCACIÓN HACE A UN PUEBLO FÁCIL DE LLEVAR, PERO ES DIFÍCIL DE MANEJAR, FÁCIL DE GOBERNAR, PERO IMPOSIBLE DE ESCLAVIZAR”. Todos o casi todos los candidatos a puestos de elección -principalmente los presidenciables-, no han dicho casi nada sobre la alta tasa de analfabetismo que nos proporciona el padrón electoral, se han enfocado a decir lo que queremos y deseamos escuchar, es decir, luchar contra la corrupción, pero, no han dicho cómo, dónde y con qué van a realizar esa difícil tarea. Por supuesto que no lo van a decir, porque, jamás el corrupto va a combatir su propio modus vivendi.
Contador público y auditor, docente universitario y ex alcalde comunitario.