Para muchos y particularmente para amigos y familiares, el año que está por fenecer -2021- será recordado con nostalgia, quizá desde lo más profundo de nuestros corazones queramos que nunca más se repita un año así, lo digo, por la pérdida de un ser querido, por la pérdida de esa persona irremplazable en el núcleo familiar. No es para menos, esa pérdida, vino a cambiar por completo y para siempre, el modo, la forma, el sentido, la razón, etc., de la vida cotidiana como parte de la familia. Pero bueno, la paciencia, la resignación, el ahínco, la perseverancia, la confianza en el Ser Superior, hará menos complicado la cruz que por azares del destino, ha tocado vivir.
Cuenta la historia bíblica, en la antigüedad había un hombre muy temeroso quien vivía bajo las normas y principios de Dios, pero, un día Dios permitió que esta persona, perdiera bienes, incluso la vida de sus seres queridos, al extremo que quedó completamente solo. Luego de pasar vicisitudes y todo lo negativo que persona alguna pudiera imaginar, Dios le levantó y le hizo prosperar mucho más que al principio.
Quiero entender y comprender lo difícil que es transitar por este valle de sombra, de pérdida, de luto y de ansiedad, pareciera que no hay una explicación lógica y humana por tan irreparable pérdida, pero, déjeme comentarle que, Dios hace la herida y Él la cura –Job 5:18-, mmm ¿cómo así? por supuesto que, para nuestra mente humana esto no es “lógico”, es contradictorio. En circunstancias como éstas que experimentamos en nuestra corta vida acá en la tierra, solamente debemos dejarnos guiar por ese espíritu benevolente, misericordioso que viene de lo más alto, y tratar de sobre llevar las cosas, en su momento, cosecharemos lo que está preparado para nosotros. Luego exclamaremos a Dios, a ese ser invisible, omnipresente y omnipotente, Esperanza mía, y castillo mío; Mi Dios, en quien confiaré, … con sus plumas me cubrirá, y debajo de sus alas estaré seguro; escudo y adarga es su verdad. –Salmos 91:2-4. Mi solidaridad, oraciones, plegarias para los familiares que Covid-19 le arrebató a su ser querido, por cierto, hasta hoy, son más de 16 mil personas.
Como ya sabemos, muchas de estas muertes se hubieran evitado, si no fuese por tanta corrupción en el sistema de gobierno que nos han implementado. Envío también mi solidaridad y mis condolencias a todas las personas valientes, no teniendo casi nada, se dispusieron a dar todo, incluso ofrendar la vida misma con tal de ver a su familia, en mejores condiciones de vida. Para estos hermanos, migrar, es y será la única manera de salir de la situación paupérrima; en nuestro país, pasarán otros 25 años celebrando los acuerdos de paz, y no pasará absolutamente nada, sino son removidas las estructuras malévolas que nos tienen sumidos en condiciones infrahumanas.
Para la organización MigrationPolicy.org al 31 de diciembre 2019, en Estados Unidos se contabilizaron 3 millones 782 mil inmigrantes centroamericanos, de éstos, el 29.40% son guatemaltecos. Más de un millar de hermanos guatemaltecos han fallecido en el camino para llegar a los Estados Unidos, en los últimos tres años -2018/2020- fallecieron 700 personas, sin tomar en cuenta los 50 hermanos nuestros que fallecieron hace unos días en Chiapas. Para Giammattei, toda desgracia ajena lo aprovecha para su beneficio, ni lerdo ni perezoso, a petición suya se conforma el Grupo de Acción Inmediata contra la red de traficantes de personas, qué manera de desviar la verdadera causa de la migración. No son los coyotes, es la corrupción administrada por el sector privado, militar y también religioso. Las remesas familiares en 2021 ya rebasaron todas las predicciones económicas posibles, incluso, las exportaciones. Si la economía está mejorando, es gracias a los inmigrantes y también a los buenos coyotes.
¡Feliz y próspero año 2022, salud!
Contador público y auditor, docente universitario y ex alcalde comunitario.