Desde el año dos mil seis he venido criticando seriamente el trabajo del Colegio de Contadores Públicos y Auditores y del Colegio de Profesionales de la Ciencias Económicas, responsables de la elección del Contralor General de Cuentas y el Directorio de la Superintendencia de Administración Tributaria. Es evidente que los partidos políticos han aprovechado la necesidad de empleo que tienen los profesionales de la Auditoría, han visto en la gran necesidad que existe, pero sobre todo la falta de oportunidades para aplicar a una plaza en donde se devengue un ingreso justo. Esto de ninguna manera quiere decir que los auditores contratados en la Contraloría no tengan las competencias requeridas, las tienen y superan por mucho en su dedicación a otros. Sin embargo el daño ocasionado al país ha sido devastador, lo que ha generado la pérdida de credibilidad en la institución.
Los actos de corrupción son investigados, luego revelados y denunciados, en su mayoría por periodistas, con el riesgo incluso de perder la vida, o ser perseguidos por el gobierno. Viene a mi mente el caso de las plazas fantasma en el Congreso, en esa ocasión el Contralor envió a los auditores luego de que se filtrara la información a la prensa.
Desafortunadamente los actores políticos que han gobernado este país aprovecharon la pobreza de los guatemaltecos para comprar votos a todo nivel, especialmente en el profesional.
El problema no es exclusivo de un solo colegio. Con la crisis institucional y los actos de corrupción que afectan a la mayoría de guatemaltecos, nunca hemos visto un comunicado de la asamblea de los presidentes de los colegios manifestando su descontento, con los efectos que este fenómeno tiene, por lo que, o son ignorantes, que no lo creo, o son cómplices del sistema corrupto que dirige los destinos de este país.
Podemos revisar las coimas que entregan las empresas constructoras en municipalidades y ministerios, lo que deriva en obras de infraestructura de baja calidad, poniendo en entredicho los conocimientos de ingenieros y arquitectos sin que los colegios se pronuncien por estos hechos.
Un sistema educativo racista, represivo, ineficiente. Un sindicato de profesores dirigido por un líder que lo vende a los presidentes de turno, esperando beneficios de todo tipo, sin que el colegio de Humanidades diga absolutamente nada, lo que lo hace cómplice.
Medicinas a precios altísimos, reguladas para beneficio de empresas farmacéuticas, que luego compra la voluntad de médicos financiando viajes al extranjero para asistir a congresos, en donde los instruyen para promover los productos que ellos comercializan, incluso financian fiestas para los agremiados del colegio de médicos, sin oposición de sus líderes.
Con esta historia, triste por cierto, no podía quedarse al margen el Colegio de Abogados. Desde hace muchos años ha sido seriamente cuestionado por el involucramiento en la elección de Magistrados. El dinero ha hecho posible que se funden universidades con el único fin de ser parte de la comisión de postulación e incidir en las elecciones. No es casualidad la cantidad de universidades que ofrecen la carrera de leyes, gradúan a un gran número de profesionales a nivel de licenciatura, maestría y doctorado. Con ello garantizan a los votantes y los puntos en la hoja de vida para los candidatos.
La elección del cuatro de enero en el Colegio de Abogados evidencio el nivel de compromiso que se tiene con los grupos de poder que han gobernado este país, no importa cómo, pero los más de cuatro mil votantes, profesionales universitarios, están dispuestos a mantener el statu quo de los delincuentes que gobiernan y sus aliados en las cámaras empresariales.
No sabemos si llegara a tomar posesión del cargo uno de los dos abogados en contienda, pues ya se han planteado recursos para evitarlo, sin embargo la credibilidad de los colegios y por ende, de nosotros los profesionales universitarios esta por los suelos. La actuación, en este proceso, es similar a la de Judas, que con un beso, entrego a Jesús para ser crucificado. La cooptación de la Corte de Constitucionalidad será la crucifixión del pueblo honesto de nuestra Nación.
Profesor universitario, académico, profesional de las Ciencias Económicas.