El ser humano, especialmente el guatemalteco, por naturaleza es curioso, sin embargo, debemos medir las consecuencias de nuestra curiosidad, en dos años, la curiosidad se ha llevado más de cincuenta vidas humanas al cementerio, lo digo con todo respeto. Varias personas murieron por curiosos al observar cómo la lava del volcán de Fuego se desplazaba, no se imaginaron que ellos iban a pasar de curiosos a víctimas.
Desde hace varios años, los seres humanos irresponsables hemos convertido las carreteras literalmente en cementerios, en el caso específico de la ruta interamericana, existen varios puntos de máxima peligrosidad, entre ellos: Chimaltenango, Tecpán, Los Encuentros, La Cuchilla, Kilómetro 148, entradas al casco urbano de Nahualá –dos entradas-, Alaska, Cuatro Caminos, La Morería, Monumento al Migrante y Paso a Desnivel de Salcajá.
Lo suscitado en Nahualá no debe quedar en el olvido. Las víctimas estaban observando un fatal accidente vial, dónde había perdido la vida un vecino, unos minutos después un tráiler arrolla a más de cuarenta personas con un saldo oficial de dieciocho personas fallecidas, todos vecinos de Nahualá, Sololá; perdieron la vida en menos de un minuto. Una jovencita de 21 años, narra lo sucedido: “Mi hermanita de nueve años murió … mi hermano de 18 años no le pasó nada porque estaba junto a las patrullas”. Ese aspecto es lo que reprocho y con energía. ¿Cómo es posible que “las patrullas” estaban juntas? No se supone que deben estar alertando en ambos extremos del lugar donde se está suscitando el percance. ¡Otra irresponsabilidad del ser humano!
No es fácil ni correcto tomar partido o justificar la actitud del piloto del camión o la de los vecinos que estaban ocupando casi toda la cinta asfáltica viendo o solidarizándose con el atropellado y sus familiares. Desde mi particular punto de vista, lo que no se vale es llevar o permitir que niños y ancianos vayan a una escena muy peligrosa, aún más, cuando los mismos vecinos indican que, en ese sector ha habido muchos accidentes. ¡Otra irresponsabilidad del ser humano!
Sin embargo, es momento oportuno para buscar soluciones de fondo para acabar de una vez por todas con tanta irresponsabilidad, tanto de conductores de vehículos pesados como de transeúntes. Todos tenemos derechos, pero también todos tenemos obligaciones, sin embargo la autoridad que tiene y debe velar por la seguridad vial, brilla por su ausencia. Es inconcebible e inaudito, como la municipalidad, Dirección General de Caminos, Covial, PROVIAL, permiten que se construyan viviendas a escasos centímetros de la orilla de la cinta asfáltica. Reitero nuevamente, ninguna autoridad hace que se respete las leyes en este país, en este caso específico, me refiero a la distancia que debe haber entre el centro de la cinta asfáltica hasta la orilla de la misma, nadie debería construir su vivienda, tienda, cantina, gasolinera, etc., dentro del límite mínimo establecido en la ley. Pero, como no hay autoridad o si la hay se hacen de la vista gorda por la maldita corrupción, pues, he ahí las consecuencias, carreteras convertidas en cementerios. ¡Otra irresponsabilidad institucional, administrada por seres humanos!
Unas horas antes a 10 o 15 kilómetros del lugar de la tragedia, un bus extraurbano chocó en la parte trasera de un tráiler, dicen, debido a la poca visibilidad –mucha neblina- en ese sector. No, no y no, no es culpa de la neblina, la cumbre de Alaska por su altitud, siempre se mantiene con neblina eso lo sabemos desde que tenemos uso de razón, entonces la culpa es nuevamente de los pilotos irresponsables del transporte pesado, quienes han convertido la carretera en una autentica pista, sin medir las consecuencia fatales de su osadía frente al volante. El Decreto 445-2016 les viene del norte y los agentes de la PNC y PMT de la localidad no hacen nada al respecto, estoy casi seguro que se conocen por nombre y apellido, pero, a cambio de unos billetes, se hace de la vista gorda.
Entonces, ¿Quién es el responsable de tanta tragedia en las carreteras? Usted saque sus propias conclusiones y por favor todos ayudemos a evitar más tragedias viales.
Contador público y auditor, docente universitario y ex alcalde comunitario.