Durante el mes de noviembre se vuelve peculiar la discusión en el Congreso de la República. Comentarios van, acusaciones vienen, y finalmente el veintinueve o treinta de noviembre se aprueba el Presupuesto de la Nación. Uno de los comentarios más delicados que circulan en torno a este tema, es el publicado por el periodista Rubén Zamora en el medio impreso que dirige. Él afirma que han estado corriendo ofertas para los diputados, las que ascienden a montos que van del rango de los Q150 mil a Q400 mil, por votar a favor.
La compra de votos, así como las voluntades de los diputados no es nuevo, incluso existe un proceso judicial abierto que incluye al Diputado Galdámez como el gran orquestador en la época de la vicepresidente Roxana Baldetti. Según el Ministerio Público en aquellos días gloriosos del gobierno patriota, maletas de dinero se entregaban, con montos que iban, según el caso, y según la importancia del voto.
Pero usted se ha preguntado ¿por qué pagar tanto dinero por un voto? Hagamos números, se requieren 80 votos, si cada uno recibe Q150 mil, el monto más bajo, alguien está invirtiendo Q12 millones de quetzales, por supuesto que no es una sola persona es toda una estructura enquistada en el Estado, familias, generalmente de origen europeo (Giammattei, tiene pasaporte italiano, al igual que Baldetti. Arzú pasaporte español) que durante siglos han vivido de los negocios sucios que hacen con el gobierno.
Es por ello que se ha hecho famosa la frase. “Bolsones de la corrupción”. En las asignaciones presupuestarias se incluyen montos ya destinados para que se hagan una serie de compras o asignaciones con dedicatoria. En primer lugar el pago de una deuda de la familia Arzú, por más de Q100 millones, si ellos pagan los votos, apenas están invirtiendo un 12%, tremendo bolsón. Las Organizaciones no Gubernamentales beneficiadas con el presupuesto, cuya asignación va directa, sin mayor control, son otro bolsón.
Los diputados incluyeron 28 ONG, con una asignación de Q114 millones. Aquí radica el interés por aprobar este presupuesto, sin dejar de mencionar que Q200 millones se incrementan para la compra de equipo militar. Un país en paz, no debiera invertir en la compra de armamento militar, entre otros aviones argentinos.
Pero el problema de este presupuesto no está exclusivamente en el gasto, lo peor es el ingreso. La mayor parte del financiamiento proviene de la recaudación tributaria, la que se ha venido cayendo. Este año cerrara en 9.7% del Producto Interno Bruto, y estimo que para el 2020 estará en 9.5%, esto como efecto de los grandes índices de corrupción dejados por el gobierno de Jimmy Morales.
El presupuesto 2020 es una clara evidencia que al gobierno actual y al próximo lo que menos les interesa es abordar los grandes problemas de la población, como la desnutrición, el abandono escolar, la salud, la seguridad y la justicia.
Así que mientras usted ciudadano está preocupado por financiar el bolsón de útiles de su hijo, los señores diputados están organizando el propio desde el Congreso.
Profesor universitario, académico, profesional de las Ciencias Económicas.