Me encanta vivir en Guatemala, impresionante que la nueva primavera sigue siendo otoño. Asesinaron a un reconocido médico quetzalteco de los nuestros, el destacado chivo Miguel Ángel Campos Hoffens, por medio de moto sicarios. La Superintendencia de Administración Tributaria (SAT) jodiendo como siempre a Airbnb, Inc. una empresa estadounidense que opera un mercado en línea donde logras alquilar las propiedades localmente y no olvidemos también a los usuarios de Netflix y Spotify para seguir pagando más impuestos por el uso de estas aplicaciones (y que después todo se lo roben). Ya estamos a los 100 días, pero de solo mentiras, inseguridad, el país en llamas, tráfico 24-7, este nuevo gobierno y del actual alcalde de Xela todos son unos completos inútiles, esto ya es un abuso tras abuso y estamos viviendo la nueva primavera, se ve como todo florece requete bonito.
La generación de hoy se centra más en los placeres y en muchos consejos para el romance, porque a los humanos nos describimos principalmente como «pervertidos y deprimidos», pero al final no confíen en mi palabra. Hay algunas personas con buen corazón, pero la mayoría de las personas con colores reales pueden ser muy malas detrás de todo. Solo me queda decirles bienvenido al mundo de hoy: Donde el sexo es más fácil de conseguir y hasta posiblemente gratis y el amor es, pero muy caro. Donde perder un teléfono, Android o iPhone es más doloroso que perder la virginidad. Donde la modernización del 2024 significa desnudez, enseñar más piel, el uso de malas palabras, ser vulgar y si no bebes ni fumas, o consumes alguna droga, vos ya te estás pasando de moda o el estilo de vida está obsoleto. Donde los niños siguen siendo niños y nunca quieren convertirse en adultos y cuando deciden hacerlo resultan homosexuales y las niñas se convierten en hombres machistas y confundidas porque día a día son más de bipolares. Donde si no engañas a tu pareja es porque no eres lo suficientemente machista e inteligente. Donde los baños se han convertido en estudios de fotografía (selfis).
Donde una foto del gimnasio obtiene mucho más «Me gusta» que una foto estudiando o haciendo buenas acciones. Donde la entrega de pizza es más rápida que la respuesta de emergencia o la asistencia de la misma policía. Donde la gente teme a los ladrones y terroristas más que a Dios (Proverbios 8:13: “El temor de Dios es aborrecer el mal”). Donde los templos se convierten en grupos de citas, enriquecedores de ofrendas (Sin pagar impuestos) y futuros clavos por venir. Donde las mentiras se convierten en realidades. Donde las mujeres temen más al embarazo que al VIH (virus de la inmunodeficiencia humana), y los bebés nacen como que vinieran con un ticket de lotería sin padres. Donde las personas se vuelven tóxicas o sinceras cuando dicen la verdad o cuando te resistes a alejarte de lo que realmente es tóxico o malo para uno. Donde todos tienen una opinión y razón. Y la ropa sea de la Mega paca o Zara decide el valor de una persona. Donde el dinero es más importante que la familia, los valores y donde los padres se olvidan de reunir a la familia en la mesa para una cena armoniosa, hablando de la vida cotidiana mientras se entretienen en su trabajo o en su teléfono.
Donde los niños están dispuestos a dejar a sus familias por el amor del momento y seguir trayendo niños al mundo porque simplemente quieren ser rebeldes y puro despecho por su inmadurez. Donde el pacto matrimonial ya no es sagrado ni se toma en serio. Donde es más fácil jugar a las casitas que construir una casa con todos sus lujos. Donde saltar de pareja en pareja en busca de sexo o atención es más fácil que esperar a la pareja adecuada para toda la vida. Donde el amor es un juego y ahora donde el mal ya no existe. Donde el amor se hizo público o una obra de teatro. Donde las fotos más populares o las más seguidas con más «Me gusta» es son aquellas que parecen difundir felicidad; aquel que publica fotos en lugares fantásticos y celestiales, rodeado de «amistades vacías», con «amores incertidumbres» y «familias rotas». Donde cuesta más una liposucción para tener el cuerpo deseado del «mundo artístico» que un título universitario. ¡Siglo XXI, aquí solo sobrevives si juegas con la “razón”, “mientes”, “eres hipócrita” y te destruyen si actúas con el corazón, meritocracia, buenos valores y honradez! Les dejo la frase de Alvin Toffler “los analfabetos del siglo XXI no serán aquellos que no sepan leer y escribir, sino aquellos que no sepan aprender, desaprender y reaprender”.