Múltiples estudios tratan de explicar la situación de la educación en Guatemala, el mismo Fondo de las Naciones Unidas para la Niñez (Unicef) en su página web plantea una serie de datos, en donde refiere que el porcentaje de asistencia neta en educación primaria se estima en 80 %.
Sin embargo, la mayoría lo hace desde una serie de investigaciones basadas principalmente en técnicas cuantitativas, que si bien es cierto son importantes, no permiten hacer un análisis más profundo, como sí se puede realizar a través de estudios cualitativos. El punto fundamental radica en que los datos númericos –estadísticos– plantean un panorama general, por ello, para conocer más a fondo el problema se debe comprender todo el contexto y los aspectos que influyen, y no solo los fríos datos numéricos.
Decir que el 12 % de los matriculados abandonan cada año la escuela implica identificar las principales causas para plantear posibles soluciones, al respecto, la tesisFactores que determinan la deserción escolar en educación primaria del área rural, de Teresa Villalta Sánchez, explica que existen aspectos económicos, sociales y culturales; la pobreza determina en gran medida las condiciones culturales, las condiciones de vida y el pensamiento en las zonas en esas condiciones.
El primer indicador, entonces, es el bajo nivel de escolaridad y luego la deserción, en este caso en el nivel primario, algo que luego se ve reproducido en los siguientes niveles, por razones que van muy relacionadas, las condiciones económicas, pero también la falta de interés por la formación.
Otro aspecto del panorama son las condiciones ideológicas y sociales de las generaciones actuales, el acceso a la tecnología, la exagerada libertad y tolerancia, y el rompimiento del concepto clásico de familia, han creado una nueva generación que presenta dos problemas principales, la falta de esfuerzo y la falta de interés; en el primer ítem, en niveles básico hasta universitario se manifiesta disciplicencia en el proceso de aprendizaje, viéndolo como sencillo, pero no desde la condición de la comprensión, sino por la falta de esfuerzo para llevar a cabo las acciones de la mejor manera; se convierten en estudiantes que simplemente desean aprobar un nivel, pero la calidad se pierde por la poca exigencia para aprobarlos. En cuanto a la falta de interés, tiene que ver con una actitud pasiva, en la cual no existe el verdadero deseo de transformación que planteaba, entre otros, Juan José Arévalo en su obra Textos complementarios: ideas políticas y pedagógicas, no existe un deseo de aprender, nada sorprende ya a las generaciones actuales por el fácil acceso a la información.
Los elementos anteriores no necesariamente son cuantificables, pero repercuten luego en problemas objeto de análisis estadísticos, como la baja calidad educativa, la baja calidad de vida, el desempleo y la repitencia escolar.
Finalmente, se debe hacer notar que la educación no es una prioridad en el país, pero que también, si se pretende que sea así, debe hacerse bajo una idea integral, no olvidando los demás aspectos participantes, es decir, no se puede intentar solucionar todos los problemas a través de la educación, no puede haber vida digna con educación de calidad, pero con condiciones indignas de vida y con grandes diferencias socioeconómicas, o peor aún, con prácticas que no corresponden a la verdadera democracia.