En el complicado camino de la existencia, a menudo nos encontramos sumergidos en el dulce engaño de que todo estará bien. Sin embargo, al conversar con mi hija, me di cuenta de la importancia de impartir lecciones más reales y fundamentales desde la infancia. Cuando los pequeños tropiezan, no solo deberíamos consolarlos diciendo que todo estará bien, sino también inculcarles la verdad que subyace en la caída. La vida está llena de desafíos, y enseñarles a levantarse es una destreza tan vital como cualquier otra.
Nos equivocamos al pintar un cuadro de perfección perpetua, cuando, en realidad, cada uno de nosotros enfrenta momentos en los que nos rompemos. Más que ocultar esas grietas, debemos enseñar a nuestros hijos a abrazarlas. La vulnerabilidad no es debilidad; es una muestra de nuestra autenticidad. Pero esconder nuestras heridas solo hace que no busquemos ayuda adecuada y que nuestro actuar sea motivado por las emociones emergentes y en esos momentos generar un mayor daño.
La resiliencia, esa capacidad de recuperarse tras un revés, debería ser un pilar en la educación infantil. No se trata solo de superar obstáculos, sino de aprender y crecer a través de ellos. ¿Por qué no enseñarles que en la caída también reside la oportunidad de levantarse más fuerte?
La realidad es que la vida es una amalgama de momentos alegres y tristes, victorias y derrotas. Al equipar a nuestros hijos con las herramientas emocionales adecuadas desde el principio, les damos el poder de abrazar su propia complejidad y la de los demás, somos un mundo de seres con heridas que están a flor de piel. Entonces, en lugar de asegurarles que todo estará bien, enseñémosles a crecer en la imperfección, a entender que tropezar no es una señal de fracaso, sino una invitación a levantarse y seguir adelante. En esta autenticidad, en este proceso de caer y levantarse, encontramos la verdadera riqueza de la experiencia humana.
Enseñar lecciones donde caerse sea una opción en la que se aprende, haría que no temiéramos al fracaso, a la crítica, sino darnos cuenta de que esa caída es una oportunidad para seguir creciendo, porque la opción de levantarnos o seguir caídos es de nosotros mismos y es allí donde radica el aprendizaje.
Enseñar nuevas formas de vivir.
Experta en sexualidad, derechos sexuales y reproductivos. Médica General, con especialidad en Ginecología y Obstetricia. Tiene una Maestría en Sexualidad Humana.