La peor piedra que actualmente se usa para apedrear a los demás es la LENGUA. Tan fácil que sería que cada uno se preocupara de su propia familia, de su propio grupo y de su propia vida. Pero no. En todas partes siempre hay algunos que son “lengua larga” y la estiran lo más que pueden, para hacer daño a su propia gente. De este tipo de serpientes las hay en todas partes. Muchas de esas serpientes viven muy cerca, y se relacionan constantemente con su víctima.
La lengua es un pequeño órgano del cuerpo con el cual elevamos oraciones a Dios y con el cual maldecimos a nuestros semejantes. Esta debilidad humana no respeta ni credo ni status social. El chismoso o chismosa está en todas partes: en el campo y en la ciudad. Es muy triste cuando este tipo de gente, “disque” profesional, se presta para mover su lengua a diestra y siniestra.
¿En dónde está la causa del chisme? Normalmente, el chisme es una consecuencia de miedos y de inseguridades personales. Algunos lo utilizan como un medio para expresar su impotencia e inseguridad; otros, lo usan como una manera de decir: quien me las debe me las paga.
En algunas personas el chisme surge como una manera de proyectar en los demás lo que él o ella está haciendo en y con su vida. Originalmente, los chismes son rumores que consisten en hablar mal acerca de una persona que está ausente en el momento en que se comenta. El chisme tiene como objetivo difamar o hablar mal de la persona aludida y que está ausente.
Dice el refrán que el que mal hace mal acaba. Por lo que al chismoso hay que desearle suerte, porque tarde o temprano la necesitará. A todo coche le llega su sábado, es decir, tarde o temprano, la misma vida le devolverá el daño que en algún momento de su vida cometió. Solo hay que tener un poco de paciencia. El tiempo se encarga de todo.
Pueblo chico, infierno grande. Si usted vive en una ciudad con muchos miles o millones de habitantes, seguramente todo el tiempo usted pasa en el anonimato, es decir, nadie se entera de su vida. Pero si usted vive en un pueblo o comunidad pequeña, sus pasos estarán contados. Parece que en un pueblo pequeño hay menos lugares de distracción y entretenimiento, y eso hace que los vecinos estén más pendientes de lo que los demás hacen.
San Benito afirmaba que la “ociosidad es enemiga del alma”. Cuando una persona no tiene mayor cosa que hacer, ocupa su tiempo en investigar los chismes de los vecinos y los chismes en las redes sociales. Un consejo sano para quienes se dedican a ventilar la vida de los demás por cualquier medio, es que se ocupen en algo. En una mente ocupada, el diablo no entra. Porque desde un punto de vista cristiano y espiritual, el chisme es una consecuencia del mal existente en quien los fabrica y los divulga.
Un consejo bíblico: “No calumnies a tu prójimo. No odies en tu corazón a tu hermano. No te vengues ni guardes rencor contra tus paisanos”, (Lv 16-18). Este es un consejo sano y sabio. No somos perfectos. De vez en cuando, caemos en la tentación de desprestigiar a nuestros hermanos, pero por favor no lo hagamos. Cuando hoy yo desprestigio con mi lengua, mañana lo hará alguien más contra mí. La vida es así.
Que Dios cuide y proteja a todos aquellos hombres y mujeres que están teniendo problemas en su hogar por la maldad de unos pocos. Y que Dios tenga piedad y misericordia de los que, con su lengua, dejan su veneno por todas partes.
Dios es el motor principal de mi vida, me gustan los retos. Soy amigo de la verdad y enemigo de la hipocresía.