Si tu problema tiene solución ¿de qué te preocupas?
Si no tiene solución ¿de qué te preocupas?
¿Es usted de las personas que se pre-ocupa demasiado en prevenir lo no prevenible, en hacer lo imposible, en detener lo inminente? Si es así se está amargando demasiado. Hay cosas en la vida que están fuera de sus posibilidades.
La vida es como un juego de póker. Ella nos reparte diferentes cartas a todos, a algunos les brinda una buena mano y otros… no tanto, sin embargo, la grandeza de usted está en saber jugar las cartas que le tocaron, no en protestar porque no le llegaron tres ases.
También la vida nos quita cartas, aunque nos rehusemos, a veces nosotros mismos las entregamos por voluntad o equivocación, aunque después nos arrepintamos y tenemos que seguir jugando así. A continuación tiene cinco imposibles que usted debe aceptar, si le llegan.
Uno, es la muerte, si alguien querido falleció, por más que haga no logrará que reviva, a veces la muerte es de una empresa, de un órganos de su cuerpo o de una relación. “Se murió, se murió” como dicen en nuestro medio.
Dos, algunas enfermedades que le acompañan de por vida. Por ejemplo la diabetes, que si la acepta y la controla, puede usted tener calidad de vida. O quizás un dolor crónico, que si usted lo hace su amigo, ya no lo sentirá.
Tres, la maldad humana, que a todos nos toca. Más aquella que llega por injusticia, en donde usted aportó para el bien de esa persona y ella le devuelve crueldad. Recuérdese que los seres humanos somos malagradecidos. Todos podemos hacer mucha maldad, si nos volvemos inconscientes, egoístas y miedosos.
Cuatro, el resultado de nuestros proyectos. Usted puede planificar excelentemente, invertir de la mejor manera y allanar el camino… pero el resultado está fuera de sus manos. Hay tantos factores que intervienen en el trayecto de la pelota, que lo mejor que puede hacer usted es, tirar con alegría para ver si entra en el arco.
Y cinco, la voluntad ajena. Usted puede obligar a una persona a que se acueste, pero no puede obligarle a que se duerma, puede obligar a alguien que le dé un beso, pero no puede obligarle a que le quiera, puede intentar ganarse a un amigo, pero no puede obligarle a que brinde su amistad. El mayor respeto, es la voluntad ajena.
Así es que, acepte lo que no está en su mano. Le dejo la siguiente frase para que reflexione: “Destina tu energía en hacer lo que sí se puede hacer, no en hacer lo que no se puede hacer”
Psicólogo clínico con más de 25 años de experiencia, docente universitario, escritor de temas de salud mental para la familia, la pareja y el niño. <strong>YouTube:</strong> Mil tips de Salud Mental y Escalón Infantil <strong>Facebook:</strong> Oswaldo Soto Psicólogo