Los hombres buscan, las mujeres eligen
La naturaleza se está expresando de diferentes maneras, más con estos cambios climáticos, pero mundialmente le va a parecer algo extraño para algunos y los tiempos han cambiado mucho. Ahora los hombres quienes eran los que buscaban relaciones sexuales desenfrenadas ahora están buscando cariño, amor y estabilidad. Sin embargo, ahora es muy distinto con las mujeres, ellas buscan sexo y si se puede, sin mucho compromiso. Según el último estudio del prestigioso Instituto Kinsey de la Universidad de Indiana, Estados Unidos, para las mujeres el amor pasa a un segundo plano, podríamos decir casi a tercer plano (y… De tanto que esperaban las mujeres a su príncipe azul terminaron cansadas y decepcionadas de los sapos que no se convirtieron en príncipes) y los tiempos son otros, pues, lo que más importa para ellas es ahora el sexo y nada de compromisos, ¡cómo no! Estarán exclamando, pero según la literatura popular describía el fenómeno exactamente al revés. Todos creíamos que mientras el viagra resucitaba a los maduros, las mujeres se entregaban al sosiego del ikebana y el macramé.
Pero los científicos del famoso Instituto Kinse, aseguran que esa visión estereotipada del hombre y la mujer es falsa. Después de analizar a más de un millar de parejas de Brasil, Estados Unidos, Alemania, Japón y España, de entre 40 y 70 años de edad y más de 25 años de relación, concluyeron que los abrazos y besos hacen a los hombres más felices de lo que se pensaba, en tanto que para las mujeres esas demostraciones no significan nada.
Según el estudio: “La satisfacción de los hombres con su pareja depende de la salud, la intimidad física y las relaciones sexuales, mientras que en el caso de las mujeres, solo las relaciones sexuales permiten evaluar si la pareja es satisfactoria o no”. Otra publicación detalla una síntesis del informe publicado en la revista Archives of Sexual Behaviour. Para los investigadores, la lectura es clara: una mujer que en la cama es infeliz considera, aunque no se separe por ello, que la pareja fracasó.
Entre otros hallazgos figura que los varones que besan y abrazan seguido a sus parejas son tres veces más felices que el resto, y también encontraron que para las mujeres el sexo mejora con el tiempo, especialmente a partir de 15 años de relación. “Respecto a los factores que predicen cuan satisfechos se sienten los miembros de una pareja heterosexual, el estudio informa que para las mujeres, lo principal es la duración de la relación y su propia actividad sexual” dicen. Por eso, porque se preocupan por su “propia actividad”, me pregunto si las encuestadas habrán revelado cómo se abastecen de buen sexo mientras no lo encuentran en su casa…
Otro dato más que no agrega nada, pero que sí completa: los hombres japoneses están más contentos con su vida sexual que los estadounidenses y estos, a su vez, dijeron estar mejor que los brasileños y españoles. Las japonesas y brasileñas declararon estar felices con su vida sexual, no así las estadounidenses… y por casa, ¿cómo andaremos?
Los hombres son los primeros en decir te quiero
¿Cuántas veces te han dicho “te quiero” y no sonó sincero? Pronunciar semejantes palabras no es sencillo para algunas personas. Suena solemne y a veces nos sentimos un poquito cursis repitiendo la frase del póster que, sin embargo, a otros les sale con una facilidad extraordinaria, tienen gran capacidad para la oratoria o mienten. Para no deshojar un florero entero de margaritas, mejor hay que saber interpretar la letra chica de los sentimientos “líquidos” que nos depara esta sociedad contemporánea, como la describe el filósofo Zygmunt Bauman.
Unos psicoterapeutas norteamericanos comprobaron mediante una encuesta que los hombres son los primeros en expresar sus sentimientos diciendo “te quiero”, al contrario de las mujeres, que se toman su tiempo para confesarlos.
Hace unos años el Chicago Sun-Times publicó un artículo que reproduce los resultados de ese estudio, realizado y publicado también por la revista Journal of Personality and Social Psychology, y basado en un sondeo donde, en las dos terceras partes de las parejas heterosexuales consultadas, encontraron que fue el “miembro masculino” (sic) el primero en decir “te quiero”… antes de intimar, pues parece que la mayoría solo pronuncia la frase cuando aún no han tenido relaciones sexuales.
Como bien dice un buen amigo, “nosotros hacemos cualquier cosa por sexo”. Y sí, no hay fin más noble. En cualquier caso, no tienen la culpa, pues según la ciencia actúan impulsados por la biología. Los hombres sostienen los autores del estudio, están “programados” para desparramar semillas a lo largo y ancho del planeta, mientras que las mujeres lo están para seleccionar una pareja adecuada, por esa razón ellos recurren al latiguillo convencido de que tendrán más chance de conseguir sexo, apuntan. En ese caso, usan el “te quiero” como una forma de "cerrar el trato", estrategia que, a mi humilde opinión, está un poco pasada de moda.
Es una ingenuidad creer que una mujer va a entregar su corazón conmovida por una promesa de largo plazo. Entendemos de una vez que en este siglo y año 2024 los hombres y mujeres pedimos, de formas distintas, lo mismo: sexo, y si viene con cariño, ¡bingo!
Esa manipulación del lenguaje sentimental a la larga trae problemas de comunicación entre los sexos.
A menudo, los hombres necesitan relaciones sexuales para sentir intimidad con su pareja, mientras que las mujeres requieren justo lo contrario. Cuando el sexo no existe, él deja de mostrar afecto, lo que hace que a su vez ella quiera tener aún menos relaciones sexuales. Es un círculo vicioso y un buen ejemplo de por qué es tan importante para las parejas comunicar sus "necesidades" dice muy clarito, el ensayo.
Yo creo que en este contexto de palo y a la bolsa en el que vivimos, el “te quiero” dicho a una semana de conocerse, suena casi como una fórmula de cortesía, que se agradece, claro. Pero no deberíamos usar el “te quiero” en vano. El día que lo necesitemos de verdad puede que a nosotros mismos nos suene vacío de sentido.
PD. Los 500 años de historia de Quetzaltenango se acaban de cumplir este 15 de mayo y seguiremos celebrando, pero ¿a qué costo?
La Voz de Xela · Redacción
Las personas narcisistas
Detrás de este comportamiento pueden existir heridas de la niñez. Muchos narcisistas tuvieron que forjar una imagen de grandeza...
En la actualidad, comúnmente se suele hablar sobre las actitudes que muestran algunas personas ante un grupo o en una actividad social, y en estas conversaciones destaca el término “es una persona narcisista”. Sin embargo, pocas veces se conoce qué significa realmente este término y quiénes son las personas que en verdad presentan un complejo narcisista.
El narcisismo es un trastorno de la personalidad que se caracteriza porque la persona presenta un sentido de superioridad, una necesidad constante de ser admirada y, como consecuencia, una falta de empatía hacia los demás. Para entenderlo mejor, estas personas suelen exagerar sus logros, creer que son únicas, alabarse a sí mismas y mostrarse arrogantes con los demás; sin embargo, todas estas actitudes solo reflejan una gran fragilidad en su personalidad.
Las personas que presentan este rasgo pueden aparentar ser agradables y seguras de sí mismas, pero en relaciones más cercanas suelen ser manipuladoras, irrespetuosas y egocéntricas. Tienen un sentido de grandiosidad, donde constantemente buscan mostrarse importantes, únicos y talentosos. Procuran llamar la atención y recibir elogios; de lo contrario, si no lo logran, pueden reaccionar con agresividad o con actitudes que busquen atraer nuevamente la atención. No reconocen los sentimientos de los demás y tienden a ser manipuladores, abusivos y explotadores. Si reciben una crítica, reaccionan con rabia; además, suelen ser envidiosos, pues consideran que los demás no merecen lo que tienen y creen que solo ellos son capaces de alcanzar el éxito.
Detrás de este comportamiento pueden existir heridas de la niñez. Muchos narcisistas tuvieron que forjar una imagen de grandeza y una personalidad sobresaliente para poder llamar la atención, especialmente de sus seres queridos, quienes en muchos casos no les prestaban la atención necesaria por diversas razones.
Es importante que estas personas reciban terapia que las ayude a superar las heridas originadas en la infancia, ya que, al manifestar sus rasgos narcisistas con quienes las rodean, perjudican sus relaciones sociales, en especial las laborales y las relaciones íntimas o familiares. Como consecuencia, nunca logran establecer una buena relación con nadie ya que suelen espantar a las personas por estas actitudes negativas hacia los demás.
Crysta Nowell
Psicóloga Industrial / Organizacional, Magíster en Gestión del Talento Humano, asesora en procesos de recursos humanos, capacitadora y especialista en reclutamiento y selección de personal.
OpiniónPsicología
Ejecutan requisa en el Preventivo de Quetzaltenango
Ejecutan nueva requisa en el Centro Preventivo de la zona 1 de Xela.
Elementos de la PNC presentes en el centro carcelario.
La mañana de este jueves, elementos de la Policía Nacional Civil (PNC) y del Ministerio Público (MP) realizan una requisa en el Centro Preventivo de Quetzaltenango, ubicado en la zona 1, como parte de un operativo para detectar objetos ilícitos dentro del centro carcelario.
Durante la intervención, los agentes inspeccionaron celdas y posibles caletas con el objetivo de localizar aparatos tecnológicos, drogas o armas.Este operativo se suma a una serie de inspecciones que las autoridades han efectuado en el establecimiento, donde en ocasiones anteriores se han decomisado teléfonos celulares, cargadores y otros objetos prohibidos utilizados para cometer delitos desde el interior.
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Las autoridades penitenciarias señalan que las requisas se desarrollan de forma sorpresiva y periódica para mantener el orden y la seguridad en el recinto.
Hasta el momento, no se han detallao los resultados del operativo.
QuetzaltenangoRequisasHechos
La alegría sigue
La alegoría sigue, el sueño está vivo y la emoción se respira en cada rincón de la ciudad. ¡Vamos Xela!
La historia de Xelajú continúa escribiéndose con pasión, entrega y esperanza. Esta noche, el equipo de Xela se enfrenta a Deportivo Marquense en un duelo cargado de simbolismo, tradición y orgullo regional. Chivos versus Leones. Cada encuentro entre ambos representa más que tres puntos: es una alegoría del espíritu quetzalteco que no se rinde, que lucha hasta el final y que sigue soñando con grandeza.
Ojalá Xelajú logre la victoria, no solo por el impulso anímico que significaría, sino porque permitiría al equipo mejorar sus probabilidades en la tabla del torneo nacional, fortaleciendo su presencia competitiva. En este cierre de año futbolero, sumar puntos es vital para mantener viva la aspiración de pelear por los puestos de privilegio.
Pero mientras el balón rueda, las miradas también se proyectan más allá de nuestras fronteras. El ambiente futbolístico de Xela está marcado por la gran final internacional en Costa Rica, donde Xelajú buscará dejar huella en el ámbito centroamericano. La Voz de Xela tendrá enviados especiales para una cobertura completa, dinámica y cercana a la afición, llevando cada detalle de esta hazaña a miles de seguidores.
Y como parte del fervor que despierta este histórico momento, hoy, previo a la narración en streaming de La Voz de Xela, se realizará el sorteo del primer boleto aéreo ida y vuelta para que un aficionado viaje a la final de ida en Costa Rica. Una experiencia única posible gracias a Paulinos Parque Comercial y La Voz de Xela.
La alegoría sigue, el sueño está vivo y la emoción se respira en cada rincón de la ciudad. ¡Vamos Xela!
César Pérez Méndez
Licenciado en Ciencias de la Comunicación (Usac), con tres maestrías en diferentes campos y Doctor en Investigación en Educación (Usac). CEO de La Voz de Xela, profesor universitario y conferencista.
OpiniónXelajú MC
Reventa de boletos: un delito legal
Esta práctica ya es habitual y se ha legalizado hasta el punto en que los revendedores están organizados por medio de una asociación de vendedores independientes de boletos.
En Guatemala existen varias actividades que se realizan con total impunidad; dentro de estas está la reventa de boletos, o “mercado negro”, como comúnmente se le conoce.
Este sector se dedica a adquirir boletos de eventos deportivos, culturales, musicales y artísticos, entre otros, para después revenderlos a precios exponenciales, generando jugosas ganancias.
En este marco de ideas se puede verificar que existe un sinnúmero de ilegalidades que se cometen y que ninguna institución responsable verifica.
Por ejemplo, a todas luces, en los partidos oficiales ya existe una estructura que tiene el privilegio de adquirir todos los boletos que pueda sin restricción alguna, obligando al consumidor final a pagar dos, tres o hasta cuatro veces el verdadero precio de las entradas.
Esta práctica ya es habitual y se ha legalizado hasta el punto en que los revendedores están organizados por medio de una asociación de vendedores independientes de boletos. ¿La pregunta que surge es si realmente estos vendedores están amparados por alguna figura legal? Si lo están o no, ¿cuál es la figura jurídica que utilizan y quiénes son sus representantes?
Este sector está organizado porque tiene representantes, y es importante que la Superintendencia de Administración Tributaria verifique si estos revendedores están tributando los impuestos correspondientes; esto, debido a que no extienden factura a ninguna de las personas a quienes les revenden los boletos.
Bajo este contexto, es notorio que los revendedores forman toda una estructura en la cual no participan únicamente ellos, sino también empresas de espectáculos y autoridades deportivas que les permiten actuar de esta manera para obtener mayores ganancias y no declarar ingresos. Prácticamente, esta actividad ilícita se está tratando de solapar y de presentar como lícita a la sombra de las autoridades correspondientes, que no actúan.
Vilma del Rosario Xicará
Con más de 20 años de experiencia en finanzas, auditoría pública, impuestos y rendición de cuentas. Docente universitaria, Contadora Publica y Auditora, y Dra. en Auditoría Gubernamental y Rendición de Cuentas y Transparencia en la función pública.
OpiniónSociedad
Generalidades sobre los principios y valores (parte I)
Ambos orientan nuestras decisiones, determinan nuestras prioridades y moldean nuestro carácter.
Hoy iniciaré una serie de cuatro artículos sobre principios y valores. Necesitamos regresar a nuestras bases morales y espirituales por el bien personal, familiar y porque no, también de nuestra nación
Los principios y valores son fundamentos esenciales de la conducta humana. Ambos orientan nuestras decisiones, determinan nuestras prioridades y moldean nuestro carácter. Sin embargo, aunque están estrechamente relacionados, no significan lo mismo.
Los valores son cualidades que una persona considera importantes para guiar su vida. Son convicciones internas que dan sentido a nuestras acciones y reflejan lo que apreciamos como bueno o correcto. Ejemplos de valores son la justicia, el respeto, la bondad o la solidaridad. Estos valores inspiran y motivan nuestro comportamiento diario.
Los principios, en cambio, son verdades universales y permanentes que sirven como normas de conducta. Mientras los valores pueden variar culturalmente, los principios son inmutables y trascienden el tiempo. Un principio no se adapta al contexto, sino que permanece firme. Por ejemplo, “amarás a tu prójimo” o “no robarás” son principios que vienen directamente de la ley moral de Dios.
En la vida cristiana, tanto los principios como los valores se encuentran en la Palabra de Dios. La Biblia revela el carácter santo y perfecto del Creador, quien nos enseña cómo vivir conforme a Su voluntad. Los valores bíblicos no son meras sugerencias, sino llamados divinos a la transformación del corazón y a la obediencia espiritual.
“Lámpara es a mis pies tu palabra, y lumbrera a mi camino”. — Salmo 119:105
Por lo tanto, la Biblia es la fuente suprema de nuestros principios y valores. En ella encontramos dirección para cada aspecto de la vida: cómo actuar con justicia, amar con sinceridad y vivir en integridad. A medida que meditamos en la Escritura, el Espíritu Santo forma en nosotros un carácter semejante al de Cristo, permitiéndonos reflejar la luz de Dios en nuestras acciones diarias.
Edwin Ibarra
Médico Especialista en Cardiología y Ecocardiografía. Coach, conferencista y entrenador certificado por el Programa de John Maxwell, Pastor de la Red de Empresarios y Profesionales de Iglesia Bethania Quetzaltenango. Fundador de los Proyectos “Sanando el Corazón” y “Discipulado Empresarial 20/20”.
OpiniónValores
El valor de las pequeñas cosas
Tengo una fuerte inclinación por la apreciación de las flores, los colores, las formas, los olores y la incontable diversidad, pero de las flores que me hacen reflexionar, son estas pequeñas, de color amarillo vibrante que prosperan más en los días cálidos anunciando la llegada de la primavera, añadiendo un toque de color, luz y brillantez al paisaje, salpicando el césped con sus pétalos amarillos, siendo esta especie, un icono del despertar de la naturaleza, generalmente después del invierno.
El periodo de floración de estas chispeantes y coloridas flores amarillas, muchas veces tan pequeñas que a menudo consideramos una simple hierba pasando desapercibidas por transeúntes, tienen un ciclo de vida fascinante y lleno de sorpresas, ofreciendo una continua fuente de néctar para las abejas y otros polinizadores, contribuyendo con la supervivencia, la biodiversidad y no menos importante, aportando beneficios curativos.
La metamorfosis de esta pequeña plántula hasta convertirse en esa delicada esfera de semillas que bailan con el viento son un verdadero testimonio de resiliencia por la capacidad que poseen para prosperar en condiciones adversas, la belleza en su característico color y de valoración en las cosas pequeñas.
Seguramente si usted disfrutó jugando en la captura de estas enigmáticas flores para soplar sus semillas y pedir muchos deseos, es parte de la generación que coincide, que la naturaleza no solo es belleza, sino una recopilación de conocimientos.
El diente de león, siendo una flor tan pequeña, nos habla de resiliencia, adaptabilidad, disposición, libertad y flujo natural de la vida.
No escatime el valor de las pequeñas cosas; cada vez que divise a su paso esta pequeña y sencilla flor o para muchos “simple hierba” piense en el valor absoluto que existe hasta en las cosas más insignificantes.
Y sin después de esto, tiene duda del propósito de todo cuando hizo el creador, dirija su mirada a las pequeñas cosas, porque para Dios todo tiene sentido, buen inicio de semana.
Silvia Morales Paniagua
Docente de nivel primario y básico con Especialidad en Ciencias Naturales. Licenciada en Administración Educativa y Magíster en Educación Superior.
¿Por qué no hago el bien que quiero, sino el mal que no quiero?
“Puesto que no hago el bien que quiero, sino el mal que no quiero; y si hago lo que no quiero, ya no soy yo quien lo hace, sino el pecado que habita en mí”, (Rm 7, 18-25). En este breve texto se resume toda la ética paulina. Si Pablo afirmaba esto de sí mismo, es porque ya lo había experimentado en su propia vida. Posiblemente en su tiempo de perseguidor de los cristianos tuvo algún momento de lucidez ética, pero pesaba más su maldad, que la bondad de su vida.
Esta confesión de Pablo se repite a lo largo de toda la historia de la humanidad. Pienso en este momento en el gran San Agustín de Hipona, quien por muchos años se vio dominado por el peso del mal reinante en su vida, hasta que lo alcanzó la misericordia de Dios, gracias a la intercesión de su madre santa Mónica. Años después, el gran iniciador de la vida monástica benedictina, San Benito de Nursia, experimentó en su propia vida el peso de sus propios pecados, y él dominó el pecado de algunos hermanos de su propia comunidad. Cuenta la historia que un día San Benito tuvo tentaciones carnales y se lanzó sobre una zarza. Se dice de él también, que un día uno de sus hermanos de comunidad lo quiso envenenar. Pero salió vencedor.
Para vencer al mal hay que hacer el bien. El problema es que no siempre hacemos el bien que queremos. Muchos de nosotros terminamos haciendo el mal que jamás soñamos hacer. Pensemos en nuestra propia realidad de pecado. En más de alguna ocasión, nosotros nos arrepentimos de ciertas acciones inmorales que hemos hecho, por ejemplo, una mentira, un chisme, un desliz carnal, etc. No lo queríamos hacer, pero terminamos haciéndolo. ¿Qué es lo que pasa dentro de nosotros? ¿Será que hay un demonio interno o un espíritu inmundo de esos que menciona Jesús en el evangelio, que nos impulsa a obrar mal?
Agrega Pablo: “Descubro, pues, en mí esta realidad: cuando quiero hacer el bien, me encuentro con el mal”. Uno sale de su casa tranquilo y en paz, pero en la calle a uno le pasan mil cosas. Nos pueden asaltar, robar, insultar, etc. El mal no se duerme y está, en todas partes, en personas concretas. En el tráfico no queremos insultar a nadie, pero más de alguna vez, por las estupideces que algunos conductores comenten, uno termina agrediéndolos verbalmente. ¿Por qué no somos capaces de quedarnos callados y mantener la paz? La respuesta es sencilla: porque somos libres.
Normalmente, no queremos “pelar” a nadie, pero cuando lo sentimos, ya hemos criticado un montón de veces a más de alguna persona. No queremos mentir, pero decimos “mentiras piadosas” a cada rato. No queremos decir malas palabras, pero las decimos en automático. No queremos ser corruptos, pero cuando se tiene la oportunidad de tomar dinero que no nos pertenece, lo hacemos.
Hay constantemente una desconexión entre la inteligencia y la voluntad, puesto que sabemos lo que tenemos que hacer, pero terminamos haciendo el mal que no queremos. Este es un drama interno constante. “Todos sabemos lo que nos cuesta hacer, a lo largo del día, el bien que la cabeza y el corazón nos dicen que tenemos que hacer: situar a Dios en centro de la vida, amar a los hermanos, incluso a los enemigos, vivir en esperanza, dominar nuestros bajos instintos”, (Aldazábal, 1998, pág. 207).
P. Orlando Pérez
Sacerdote católico, Licenciado en Teología, Licenciado en Psicología General, catedrático universitario, con una maestría en Docencia Superior Universitaria.
Entre fiambres y agradecimientos, no disfraces
Que noviembre sea un mes donde más familias disfruten de lo nuestro: el fiambre, los barriletes, las flores, el compartir en familia y los sabores que nos unen.
Cada año, al llegar los últimos días de octubre, las redes y las calles se llenan de disfraces, calabazas y dulces. Muchos disfrutan el Halloween como una actividad inofensiva de pedir dulces o una oportunidad para divertirse en familia. Lo respeto profundamente, porque en la crianza de cada hijo nadie debería imponer su manera de pensar.
Sin embargo, ahora que soy mamá, mi mirada hacia estas celebraciones es radical. Mi hijo aún no es consciente de lo que ocurre este día, pero yo sí lo soy. Conociendo el trasfondo de esta fecha, he decidido que no lo disfrazaré ni participaré en actividades de Halloween. Para nosotros será un día normal, porque me pregunto con convicción: ¿qué relación tienen las tinieblas con la luz?
Prefiero sembrar en mi hijo amor por nuestras raíces y por las tradiciones que realmente nos identifican como guatemaltecos.
Que noviembre sea un mes donde más familias disfruten de lo nuestro: el fiambre, los barriletes, las flores, el compartir en familia y los sabores que nos unen.
Y sí, hay tradiciones extranjeras que también pueden tener un hermoso sentido si las vivimos con propósito. En casa, por ejemplo, adoptaremos el Día de Acción de Gracias (Thanksgiving), no por moda, sino por gratitud. Este noviembre celebraremos nuestro primer Thanksgiving, agradeciendo por la vida de mi bebé Máximo Caleb y por todo lo que Dios nos ha permitido vivir juntos.
Porque al final, cada familia tiene el derecho a ser guiada por sus valores, sus creencias y su forma de celebrar la vida.
Marleny Mejía Franco
Abogada y Notaria - Directora Ejecutiva de La Voz de Xela
Vanushka y el pecado de la tentación (cuento)
No encontró más respuestas que el asombro de lo simple: “Escribir su nombre, con algo que sirva para escribir, en un lugar vacío de su tumba”.
Érase una vez un hombre que, enloquecido por los delirios del amor no correspondido, decidió buscar la tumba de Vanushka: una gitana que, en su viaje por Xela, en Guatemala, cuentan que murió de amor y que desde entonces y desde su morada eterna, hace favores.
Cegado por ese último recurso para evaporar la magnánima exacerbación de su soledad, recorrió cantinas para que la gente le dijera, de alguna forma parecida a la ciencia, qué había que invocar ante la gitana para que se consumara el amarre y su amada Beatriz fuera finalmente siempre suya.
No encontró más respuestas que el asombro de lo simple: “Escribir su nombre, con algo que sirva para escribir, en un lugar vacío de su tumba”.
Avergonzado por su propio rostro exasperado, entró por la parte trasera del camposanto, conocida como la loma, a la medianoche. Borracho y enamorado, halló solitario el lugar donde el cuerpo de Vanushka fue enterrado tras diluirse en algo parecido a la amargura y descubrió tantos nombres de mujeres y hombres escritos por personas de otros tiempos que buscaron lo mismo en el otro mundo al no encontrarlo en esta tierra.
En un pequeño espacio, entre el nombre inentendible de un hombre y entre el nombre inentendible de una mujer, escribió con un trozo de carbón el nombre de Beatriz. Después se marchó por donde llegó.
Beatriz nació reflejando el cielo y el sol. Era de huesos largos, piel de Blancanieves y ojos de avellanas tiernas. Ultracatólica y liberal. Era una mujer que la sabiduría del tiempo no había podido repetir. Se conocieron en una fiesta modesta de cumpleaños siendo los amigos de otros amigos. Ella lo rechazó por muchos años e incluso llegó hasta odiarlo por su terquedad. Sin embargo, la función de lo que ningún humano puede comprender, comenzó a ejecutar en su corazón un mecanismo, que, hasta entonces, ella nunca supo que tenía: Las intensas ganas de estar con él y entregarle su vida.
Él encontró a Beatriz enamorada, rendida a sus pies y a lo que él mandara. Suya para siempre.
Beatriz se instaló en la sencilla casa apenas adornada con flores de plástico. Llevó sus muebles, su matrimonial cama de princesa, su colección de zapatos y vestidos y su alma. Sin embargo, con el paso de los días, lo que inició siendo un amor desesperado comenzó a llenar de frío todas las habitaciones de la morada, como si fuera una mala temporada.
La mujer enflaquecía más cada día. El brillo de sus ojos color miel estaba transmutando a un negro profundo que no mostraban pupilas y en cambio manifestaba el abismo. El encanto de su personalidad ahora intoxicaba el ambiente cada vez más y más helado. Sus palabras, que antes parecían poemas, ahora eran para él una inexorable redundancia que primero importunaba y luego causaba delirios que se consumaban en náuseas y vómitos.
Llegó a la conclusión de que lo que le había exigido a Vanushka, solo era un vago espejismo del amor y que Beatriz estaba siendo obligada, ya sin el arquetipo de la voluntad, a entregarse en cuerpo y espectro.
Cuentan que Vanushka fue abandonada por el amor de su vida y fue la vida misma, llena de vacío, la que terminó por consumir su inocente corazón.
Él abandonó a Beatriz a su suerte, una y otra vez, extasiado cada vez más por su propio terror. Pero a donde quiera que iba, ella siempre lo encontraba. Arrepentido por su propia desdicha, le contó la verdad como una resignación que le permitiera el derecho a la redención.
—¿Qué fue lo que me hiciste? —Le preguntó Beatriz con una furia sin irritación, con lágrimas que no enjuagaban sus marchitos ojos, con un alma que no era alma.
Sin embargo, Beatriz logró recuperarse y dicen que se fue a un lugar muy lejos después de recibir su libertad.
En cuanto a él, cuentan que se llevará a la tumba los sacrificios que tuvo que pagar para lograr el desamarre y devolverle a ella lo que le fue arrebatado.
Dicen que fue condenado, para siempre, a no conocer el amor.
Todavía aparece por las calles de Xela, envejecido y arrastrando los pies, como si cargara una cruz cada vez más pesada.
José J. Guzmán
José J. Guzmán (Quetzaltenango, 1993). Licenciado en Comunicación Social. Más de 10 años de experiencia en medios de comunicación. Tiene un libro de poemas publicados: “La Escena Absoluta” (2012).
OpiniónLeyendas