Según la Real Academia Española, el término ingobernabilidad se refiere a algo que no se puede gobernar, y como muchos aspectos en Guatemala, el sector del transporte pesado y buses extraurbanos se ha convertido en ingobernable para el gobierno nacional y para el gobierno legal, dejando desprotegidos a los usuarios quienes sufren las consecuencias de las malas decisiones gubernamentales.
La responsabilidad de regular y verificar el cumplimiento de los normativos que aplican al transporte pesado y buses extraurbanos es el Ministerio de Comunicaciones Infraestructura y Vivienda -MICIVI- a través de al Dirección General de Trasportes -DGT-, pero en la realidad solo se verifica el cumplimiento formal o papeleo, pero todo lo operativo no se verifica, dejando el terreno libre para que los transportistas sean amos y señores de las carreteras provocando un sin número de accidentes y percances responsabilizando en contados casos a los pilotos, pero, sin proceder legalmente contra los propietarios de los transportes.
En Quetzaltenango el transporte extraurbano y transporte pesado también han rebasado el límite de tolerancia que se les podría tener, basta con observar la velocidad a la que viajan los estos buses en la 29 avenida para tomar el periférico y salir de la ciudad, han llegado al descaro de utilizar el carril de en medio para no hacer cola e el tráfico, poniendo en riesgo a los vehículos livianos y peatones que circulan por el sector.
Algo que ha funcionado muy bien es la denuncia ciudadana, para ello al DGT ha puesto a disposición un número telefónico (aunque no es obligación de la población denunciar) al no existir un mecanismo para que el gobierno cumpla con la función de velar por el cumplimiento de normas y reglamentos, se pueden tomar videos, fotografías y números de placa para hacer las denuncias, con lo que se supone que los entes encargados procederán como corresponde. De esta manera se coadyuvará a mejorar la circulación, el respeto en las vías, y se obliga a las autoridades a que actúen de oficio, porque si hay que esperar en el tráfico también deben hacerlo con respeto el transporte pesado y los buses urbanos y extraurbanos.
Ante estas acciones, es necesario que la DGT tome su papel de regulador del transporte pesado, inicialmente para verificar que las unidades realmente se encuentren en buen estado, se respete el número de pasajeros que viajan, se respeten los reglamentos de tránsito, las vías y las paradas, porque el desorden que existe ha cobrado vidas de personas inocentes.
Según datos del Observatorio Nacional de Seguridad del Tránsito de la Policía Nacional Civil, el 39 por ciento de los accidentes ocurren en carretera, y la mitad de todos estos hechos ocurren en la ruta a occidente, con lo cual se comprueba que las rutas del occidente son peligrosas, además debe realizarse un registro real de los buses y transporte pesado que circula en las carteras de Guatemala, porque existe un subregistro de buses que circulan sin permisos.