Cosechar va de la mano con las leyes de la naturaleza que consiste en la recolección del fruto de lo que previamente se sembró y que debe ser recogido en la época que corresponde al producto sembrado. Cosechar, cuando se ha sembrado adecuadamente, siempre será un motivo de alegría. Como empresarios y profesionales conocemos perfectamente esta regla ya que la vivimos todos los días en nuestras empresas
Es por eso que la cosecha tiene sus leyes que van de la mano con la siembra. Es lo que generalmente se conoce como la ley de la siembra y la cosecha. Una primera regla general para la cosecha es que cosechamos lo que no hemos sembrado. Esto significa que una vida siempre es producto de otra vida. Gozamos lo dicha de tener un techo porque nuestros padres lo construyeron. Gozamos de una estancia en el colegio o escuela privada por que nuestros padres sacrificaron varias cosas para poder enviarnos un estudio de mejor calidad. Una segunda regla consiste en que cosechamos lo que sembramos. Es de resaltar el pasaje bíblico: “Lo que el hombre siembra eso cosechará”. Si nuestras semillas son de amor, seguramente cosecharemos de vuelta amor. Al igual si mis semillas son de odio, eso vendrá de regreso. Si quieres mejorar tu cosecha conviene entonces cambiar la semilla. Una tercera regla a mencionar es que vamos a recoger en diferente temporada a la que sembramos. En esta regla va implícita una palabra clave: paciencia. La semilla se toma su tiempo ya marcado previamente. No podemos apresurar una cosecha de un producto que tiene su tiempo predeterminado. Es importante entender por ejemplo que el fruto de la siembra en nuestros hijos lo veremos pasada la adolescencia. Una cosecha de cocos frescos tarda hasta cinco años en que veamos el fruto. Generalmente los frutos duraderos de algo importante llevarán años en que sean visibles.
La siguiente regla debe producir alegria en nuestros corazones ya que si la semilla es buena la cosecha será buena. La regla dice: Vamos a recoger más de lo que sembramos. Oseas 8:7 Sembraron vientos y cosecharán tempestades..”. La naturaleza nos muestra esta regla por ejemplo con el maíz: Dos granos de maíz generan hasta mil granos en una mazorca; generalmente estos dos granos de maíz van a generar hasta 5 mazorcas. Como se puede ver en esta ley, cosechamos mucho más de lo que sembramos Ojo al tipo de semilla que sembramos.
La última regla a compartir dice: No podemos cambiar la cosecha del año anterior. Pero si podemos cambiar la cosecha del futuro sembrando mejor semilla hoy. No tenemos derecho a quejarnos por la cosecha de hoy porque no está en nuestras manos cambiarla. Es más, es imposible hacerlo, pero sí podremos tener un mejor futuro sembrando semillas en forma inteligente. Gálatas 6:7-9 reza: “No os engañéis; Dios no puede ser burlado: pues todo lo que el hombre sembrare, eso también segará. Porque el que siembra para su carne, de la carne segará corrupción; mas el que siembra para el Espíritu, del Espíritu segará vida eterna. No nos cansemos, pues, de hacer bien; porque a su tiempo segaremos, si no desmayamos.” Sembremos semillas que tengan fruto en la vida eterna.
Cardiólogo - Coach/Conferencista coachedwinibarra@gmail.com