La final del futbol nacional se definirá este domingo, en donde se espera sea una verdadera fiesta en la ‘Capital de la Amistad’, Guastatoya, El Progreso».
En estos días en los que se habla de futbol, final de la principal competición europea de clubes, 19 días para el inicio del Mundial y la disputa del título nacional, las emociones de los aficionados aumentan.
Enfocados en el campeonato local, luego de disputado el juego de ida entre Xelajú y Guastatoya, en el estadio Mario Camposeco, a donde el público quetzalteco se volcó para apoyar al representativo de la ciudad y el departamento, afortunadamente el evento deportivo transcurrió con calma, sin mayores incidentes, en parte por la organización, a la cual sin embargo aún le falta mejorar.
Ahora corresponde el partido en el estadio David Cordón Hichos, el domingo a las 14.30 horas, para el cual Guastatoya ya ha publicado un comunicado indicando que no se permitirá el ingreso de afición visitante, con base en lo establecido en el artículo 23 del Reglamento de Competencia; condición que debe ser respetada.
En cualquier caso, todas las medidas de seguridad que puedan ser tomadas en los eventos deportivos buscan resguardar la integridad de todos los que son partícipes del espectáculo. El tema ha cobrado auge después de lo ocurrido en Cobán, Alta Verapaz, en el encuentro de vuelta de las semifinales que jugaron el representativo local y el equipo de Guastatoya, donde este último resultó vencedor, y el bus en que viajaban fue apedreado y los vidrios quebrados. Sin embargo, otra forma de violencia en los estadios, que no se ha podido erradicar, es la verbal, que impide que esta sea una forma de entretenimiento familiar.
Lamentablemente la violencia en el deporte se presenta en las canchas y en las gradas, en Guatemala y los demás países, en competiciones profesionales y amateurs; pero no debe ser una regla, una justificación ni un mal ejemplo a seguir. En lo que se refiere al público de los eventos deportivos se suele identificar dos tipos: los aficionados y los fanáticos, y sucede que el fanatismo por lo general está ligado a la violencia, y no solo en este ámbito.
El fanatismo extremo puede generar graves consecuencias, porque los fanáticos, de manera consciente o inconsciente, olvidan que, si bien la pasión por su deporte y representativo puede ser muy grande, nunca deja de ser un evento deportivo y una forma de entretenimiento, y no una batalla con el rival, que antes que eso es un compañero de juego.
Y aunque Quetzaltenango no escapa a los acontecimientos lamentables, existe un antecedente positivo que debe servir como ejemplo; en 2015, Guastatoya eliminó en semifinales a Xelajú, el partido de vuelta se jugó en el Mario Camposeco y al final la afición aplaudió al equipo de Guastatoya y le reconoció como ganador.