Es también competencia de la Oficina del Centro Histórico formular proyectos para el desarrollo del Centro Histórico, de acuerdo con el reglamento correspondiente».
Entre las dependencias municipales en Quetzaltenango, pasando por la siempre señalada Empresa Eléctrica Municipal; la Empresa Municipal de Aguas de Xelajú, también con sus deficiencias, y la malograda Policía Municipal de Tránsito, una de las más criticadas ha sido la Oficina del Centro Histórico, creada para la protección del patrimonio cultural, y que tiene su fundamento en la Constitución Política de la República.
Esa facultad, sin embargo, que el Estado les otorga a las municipalidades para crear reglamentos en función de la preservación de los bienes y valores paleontológicos, arqueológicos, históricos y artísticos, pierde legitimidad cuando, en principio, no existe claridad en la catalogación de los bienes que en realidad se pueden considerar patrimonio cultural.
Si existe una oficina en donde los trámites son por demás engorrosos, es la del Centro Histórico, lo que hace pensar que en realidad la intención es impedir las mejoras en las construcciones dificultando el proceso; algo que incluso podría tener motivos subyacentes, olvidando sus funcionarios y empleados que el concepto de preservación se refiere a la protección anticipada a un daño o peligro, y no intentar resguardar un bien cuando ya está en ruinas.
Lo que existe ahora en gran parte de la zona 1 es un “cementerio” de casas, propiedades que no son habitadas y tampoco reconstruidas; esto, además, disminuye el costo de los inmuebles ante el poco interés de adquisición por los mismos motivos. Esa facultad para la protección del patrimonio cultural ha limitado el derecho a una vivienda para varias familias.
Pero estas no son las únicas quejas que recibe la referida dependencia, que ha sido señalada de autorizar trabajos que no cumplen con los requerimientos establecidos, e impedir otros que sí lo hacen. La molestia no es solo en el ámbito de las viviendas, sino también en el área comercial, en donde empresarios se han visto restringidos en sus proyectos, mientras que el parque central y otros sectores carecen de orden, siendo la OCH responsable al tener la competencia de dictaminar sobre todo lo correspondiente a comercio informal, transporte, circulación, tránsito y telecomunicaciones en las áreas determinadas como protegidas.
Les hace falta a las autoridades municipales tomar referencias de qué es en realidad un centro histórico y cómo debe ser su preservación; el mismo edificio municipal, el templete del parque y otras construcciones se encuentran en mal estado, lo que pone en riesgo a la población en general, porque las condiciones actuales se irán agravando con el tiempo, fenómenos naturales y demás sucesos.