Cuide sus finanzas en Semana Santa

La Semana Santa es una celebración que tiene un profundo significado religioso para millones de personas alrededor del mundo.

Edwin Ibarra 2 Abril 2025 10:03
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En muchos países, conmemora la Pasión, Muerte y Resurrección de Jesucristo, y se asocia con diversas tradiciones y actividades culturales. Sin embargo, también es una época en la que los gastos pueden aumentar significativamente, ya sea por viajes, actividades religiosas, o celebraciones familiares. Aquí te presentamos algunos consejos prácticos para cuidar tus finanzas durante esta temporada.

Consejos prácticos para cuidar las finanzas

Establece un presupuesto: Antes de que comience la Semana Santa, define cuánto estás dispuesto a gastar. Incluye todos los aspectos: viajes, comidas, regalos y actividades. Esto te ayudará a mantener el control de tus gastos. Considera siempre un 15% extra de tu presupuesto por los imprevistos.

Planifica tus viajes: Si planeas viajar, busca ofertas y compara precios de transporte y alojamiento. Reservar con anticipación puede ahorrarte una cantidad considerable de dinero.

Evita compras impulsivas: Durante esta temporada, es fácil dejarse llevar por las ofertas y promociones. Mantén tu presupuesto en mente y evita comprar cosas que no necesitas.

Organiza actividades en casa: En lugar de salir, considera organizar reuniones familiares en casa. Preparar una comida juntos puede ser más económico y significativo.

Aprovecha las tradiciones locales: Muchas ciudades ofrecen actividades gratuitas o de bajo costo durante la Semana Santa, como procesiones y eventos culturales. Infórmate y participa en ellos.

Controla los gastos en comida: Si bien es común hacer comidas especiales, intenta planificar menús que se ajusten a tu presupuesto. Cocinar en casa es generalmente más económico que comer fuera.

Aprovecha el tiempo de reflexión: Utiliza esta semana no solo para celebrar, sino también para reflexionar sobre tus hábitos financieros. Esto puede ayudarte a hacer cambios positivos a largo plazo.

La Semana Santa es una oportunidad para el crecimiento espiritual y familiar, pero también puede ser un desafío financiero. Siguiendo estos consejos, podrás disfrutar de la celebración sin poner en riesgo tu estabilidad económica. 

No debemos olvidar que el motivo real de esta celebración no sólo es la crucifixión de Cristo sino especialmente su resurrección que es la que nos permite creer y tener la certeza de una eternidad porque así como Él resucitó, un día todos los que creemos en Él resucitaremos por igual ¡Felices fiestas!


Edwin Ibarra

Médico Especialista en Cardiología y Ecocardiografía. Coach, conferencista y entrenador certificado por el Programa de John Maxwell, Pastor de la Red de Empresarios y Profesionales de Iglesia Bethania Quetzaltenango. Fundador de los Proyectos “Sanando el Corazón” y “Discipulado Empresarial 20/20”.


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OpiniónSemana Santa

Los amigos que traicionan, no son amigos

Arnoldo Soch Tzul 17 Abril 2025 10:15
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Como todos sabemos, la amistad es una relación recíproca cimentada en la confianza, respeto y solidaridad que se establece entre dos o más personas. No sé, pero me atrevería a indicar que, existen dos o tres categorías o niveles de amigos; por ejemplo, en el matrimonio, definitivamente la amistad es un pilar fundamental para que la relación sea sólida ante cualquier eventualidad, y es de primer nivel, porque, la familia es la base de la sociedad, también hay amistades de toda la vida -quizá, uno o dos- esas personas especiales, y, curiosamente ahora hay amigos virtuales, posiblemente jamás se han visto físicamente, pero, hay intercambio de palabras de solidaridad, experiencias laborales, etc. La amistad nace juntamente con el hombre. 

Sin embargo, a lo largo de la historia de la humanidad se ha demostrado que el hombre no es perfecto, en ese sentido está propenso a cometer errores, equivocaciones, desaciertos, en los preceptos religiosos se le conoce como pecado, es decir, acciones, palabras o deseos que ofenden a Dios. Por supuesto, cometer errores —transgresión de leyes— tiene una consecuencia y el hombre debe atenerse a las sanciones impuestas tanto por el Estado como por la iglesia.

Traigo todo esto a colación porque precisamente en muchos países de Asia, Europa y América se conmemora la Semana Santa, es decir, la pasión, muerte y resurrección de Jesucristo; no voy a abordar lo que representa el sacrificio hecho por el Hijo de Dios para la humanidad sino, el lado humano que no debemos descuidar, es decir, la amistad.

Como he dicho, la amistad es tan antigua como la humanidad, en la biblia encontramos varios relatos que hacen alusión a esto, en el libro de Isaías 41:8, Dios escogió a Abraham como su amigo, en el libro de Juan 15:15, Jesús enfatiza la confianza y transparencia mutua que debe existir entre amigos, no debe existir nada oculto, la amistad debe ser íntegra, sin reservas y con responsabilidad, valores y principios fundamentales para conservar una amistad franca y duradera, no debemos olvidar que somos humanos e imperfectos y ese aspecto nos lo recuerda contundentemente uno de los doce apóstoles que caminó veredas, calles y mares junto a Jesús -Santiago-, transcribo literalmente su capítulo 4:4 “¡oh almas adúlteras! ¿No sabéis que la amistad del mundo es enemistad contra Dios?, Cualquiera, pues, que quiera ser amigo del mundo, se constituye enemigo de Dios. Reitero, no quiero abordar el tema meramente religioso, pero, la vida cotidiana debe ser práctica y, sobre todo, con sentido común, pero, jamás de medias tintas —coloquialmente —hablando. O somos amigos —leales, honestos, sinceros, responsables— o, no somos amigos.

Para referenciar a las personas que dicen ser nuestros amigos, pero, no lo son, ahí tenemos a Judas Iscariote, tesorero de la comitiva que presidía Jesús -Maestro de maestros-, fue testigo de los milagros, escuchó una veintena de sermones, más de tres años a la par del Maestro, sin embargo, nunca entendió el significado de amistad/amigo, fue desleal, deshonesto, infiel, vil, ingrato, siempre tomó dinero para sí, sabiendo que no era suyo, cometió el error y/o pecado llamado TRAICIÓN.

Qué terrible la conducta de Judas Iscariote, qué falta de amor propio, para ponerle la guinda a su pastel, con un beso entregó a su maestro.

Los amigos siguen naciendo, sin duda, seguirán naciendo Judas Iscariote en todos lados, sin embargo, todos somos conocedores del bien y del mal, y, sabemos perfectamente las consecuencias de nuestras acciones alejadas a los principios y valores; una cosa es cierta, no debemos ser parciales, tibios o medias tintas, o somos amigos o no lo somos; los que procuran impunidad y corrupción por medio de nuestra infidelidad y deshonestidad, nos pagarán cualquier precio, pero, al traidor aunque se arrepiente, le espera una soga y un árbol como paga de su acción vil y traicionera.

“El sabio no sufre más cuando es torturado, sino cuando un amigo es torturado. Y es capaz de morir por ese amigo. Pues, si traiciona al amigo, su vida toda quedará arruinada debido a su falta de fidelidad y se verá incapacitado para avanzar.” Epicuro


Arnoldo Soch Tzul

Contador Público y Auditor, asesor financiero y fiscal de pequeñas y microempresas, exalcalde comunitario, auditor social desde hace más de 25 años.


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¿Por qué es importante reflexionar?

Si nunca hemos hecho estos ejercicios, les aconsejo hacerse estas preguntas para poder iniciar con un nuevo hábito de reflexión.

Crysta Nowell 17 Abril 2025 10:02
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En Guatemala es la época de vacaciones de verano, pero también el asueto de Semana Santa, y en este periodo escuchamos con bastante frecuencia la frase “es tiempo de reflexión”; sin embargo, pocas veces entendemos lo que realmente significa eso.

Desde el punto de vista de la psicología, se entiende reflexionar como la actitud o la capacidad de observar y pensar sobre uno mismo, sus actitudes, su inteligencia emocional, el autocontrol, la tolerancia hacia uno mismo y hacia los demás, entre otros. Todo esto nos lleva a desarrollar la capacidad de pensar y analizar nuestro comportamiento ante la sociedad y, sobre todo, a tomar conciencia de nuestros errores, aceptarlos y cambiarlos.

Si nunca hemos hecho estos ejercicios, les aconsejo hacerse estas preguntas para poder iniciar con un nuevo hábito de reflexión:

  • ¿Quién soy?
  • ¿Quién soy cuando estoy con otras personas?
  • ¿Cómo soy con las otras personas?
  • ¿Mis actitudes son agradables o desagradables?
  • ¿Me siento satisfecho/a conmigo mismo/a?
  • ¿Soy feliz?
  • ¿Qué me apasiona?
  • ¿Hago lo que me apasiona?
  • ¿Me molesta algo?
  • ¿Hago algo para alejar lo que me molesta?
  • ¿Cuáles son mis necesidades?
  • ¿Estoy aplicando mis valores morales y creencias en mi vida cotidiana?
  • ¿Cuáles son mis fortalezas y debilidades?

Cuando logre contestar todas estas preguntas sin sobrepensarlas mucho, habrá iniciado su proceso de reflexión. Con el tiempo, logrará hacerse preguntas más específicas, complejas y concretas de acuerdo con su vida cotidiana.

El objetivo de esto es conocerse a sí mismo y prestar atención a nuestro diario vivir y a la convivencia con los demás. La reflexión es una forma de aprender, de autoconocerse, resolver problemas, despejar dudas e incertidumbres y, sobre todo, crecer como personas.

Además, las personas reflexivas desarrollan el razonamiento y, por lo tanto, logran mantener la calma y confiar en sí mismas y en sus reacciones ante cualquier eventualidad. De lo contrario, el riesgo de no reflexionar conlleva reacciones emocionales inestables y abruptas.


Crysta Nowell

Psicóloga Industrial / Organizacional, Magíster en Gestión del Talento Humano, asesora en procesos de recursos humanos, capacitadora y especialista en reclutamiento y selección de personal.


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OpiniónReflexión

Semana Santa: fe y humanidad

La Semana Santa me deja una certeza: el amor de Dios es real, fiel y eterno.

César Pérez Méndez 16 Abril 2025 18:26
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La Semana Santa no es solo una tradición que heredamos, es una experiencia profunda de fe que nos confronta con lo que somos y con lo que estamos llamados a ser. Imperfectos, pero creyentes. 

Este Miércoles Santo recordamos la traición de Judas Iscariote, una figura que nos incomoda porque nos muestra lo peor del ser humano: la falta de lealtad, la ambición, la doble cara. Pero también es un llamado a revisar nuestra propia fidelidad: ¿somos leales?, ¿somos coherentes con lo que creemos?, ¿somos fieles a Dios? (Dios, ayúdanos) La traición de Judas duele, porque es humana. Pero la lealtad también es posible, y es divina.

El Jueves Santo, con la Última Cena, Jesús nos entrega más que pan y vino: se entrega a sí mismo. “Esto es mi cuerpo… esta es mi sangre”. No hay amor más grande que dar la vida por los amigos. Ese gesto me recuerda que compartir no es solo dar cosas, sino darse por completo, sin reservas. Me inspira a vivir con más generosidad y entrega.  Hagamos el esfuerzo. Comencemos. 

El Viernes Santo, la cruz no es solo un símbolo de dolor, sino de amor llevado al extremo. Jesús, en medio del sufrimiento, perdona, ama y se entrega. Su muerte me confronta con mis propias cruces: ¿las cargo con fe o con queja? Su ejemplo nos debe impulsar. 

Y llegará el Domingo de Resurrección. La tumba vacía es la mayor victoria: Cristo ha vencido la muerte. Y con eso, también vencen la desesperanza, el miedo y la oscuridad. Sin resurrección, nuestra fe sería vana. Pero con ella, todo tiene sentido.


César Pérez Méndez

Licenciado en Ciencias de la Comunicación (Usac), con tres maestrías en diferentes campos y Doctor en Investigación en Educación (Usac). CEO de La Voz de Xela, profesor universitario y conferencista.


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Semana SantaOpiniónFeHumanidad

El Milagro de la Cruz

1 Corintios 1:18 (NVI) "Porque para los que se pierden, la palabra de la cruz es locura; pero para los que se salvan, esto es, para nosotros, es poder de Dios".

Edwin Ibarra 15 Abril 2025 09:17
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La cruz es el símbolo central del cristianismo, representando no solo la muerte de Jesús, sino también su resurrección y el poder de la redención. A través de la cruz, se manifiesta el amor incondicional de Dios hacia la humanidad. Este amor se expresa en el sacrificio de Jesús, quien tomó sobre sí mismo nuestros pecados y nos ofreció la oportunidad de reconciliación con el Padre.

La  cruz tiene diversos significados los cuales quisiéramos comentar:

Redención: La cruz es el medio a través del cual se lleva a cabo la redención. Jesús, al morir, pagó el precio por nuestros pecados, ofreciendo a todos la posibilidad de una nueva vida en Él.

Amor divino: La cruz es la máxima expresión del amor de Dios. En Romanos 5:8 se nos recuerda que "Dios muestra su amor por nosotros en esto: en que cuando aún éramos pecadores, Cristo murió por nosotros".

Esperanza: La cruz no solo representa la muerte, sino también la resurrección. La victoria de Jesús sobre la muerte nos da esperanza y la promesa de vida eterna.

Para los creyentes, el mensaje de la cruz es poder. Este poder transforma vidas, sana corazones y restaura relaciones. En Gálatas 2:20, Pablo afirma: "He sido crucificado con Cristo; y ya no vivo yo, sino que Cristo vive en mí". Esta transformación es el milagro que ocurre cuando aceptamos a Jesús en nuestras vidas.

El milagro de la cruz es un recordatorio constante de que, a pesar de nuestras imperfecciones, hay un camino hacia la salvación y la vida plena. La cruz nos invita a vivir en libertad, a perdonar y a amar como Cristo nos amó. A medida que reflexionamos sobre este sacrificio, recordemos que su poder está disponible para todos aquellos que creen y confían en Él.

La cruz es un símbolo de esperanza, redención y amor divino. A través de ella, experimentamos el milagro que cambia nuestras vidas y nos llama a ser portadores de ese mismo amor hacia el mundo. Al meditar en su significado, encontramos no solo un desafío, sino también la fuerza que necesitamos para vivir conforme a la voluntad de Dios.


Edwin Ibarra

Médico Especialista en Cardiología y Ecocardiografía. Coach, conferencista y entrenador certificado por el Programa de John Maxwell, Pastor de la Red de Empresarios y Profesionales de Iglesia Bethania Quetzaltenango. Fundador de los Proyectos “Sanando el Corazón” y “Discipulado Empresarial 20/20”.


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OpiniónSemana Santa

Alternativas más elegantes al elegir tus prendas

Carol Contreras 14 Abril 2025 12:00
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Todos los estilos pueden tener una influencia elegante y sofisticada a través de utilizar algunas alternativas o trucos que permiten proyectar tu imagen de manera diferente. Muchas veces se confunde la elegancia con invertir en prendas costosas o marcas específicas. Sin embargo, puedes elegir prendas y accesorios de buena calidad, aun si estás son de segundo uso. De igual manera, todo mejora con mostrar educación, cortesía, buena postura y actitud.

Te comparto algunas alternativas que puedes encontrar fácilmente en esta temporada.

1. Short de denim ajustado y roto, sustituye por short de lino. La tela suele ser más fresca y cómoda, puedes elegir tonos neutros, combinando con camisa de botones, blusas de tirantes, de preferencia, fajando dentro del short agregando un delicado cinturón.

2. Joyería minimalista. El dorado está muy en tendencia y puedes elegir piezas delicadas que resalten tus looks. Un reloj de pulsera y collares que puedas lucir y combinar mezclando texturas y detalles.

3. Vestidos midi o largos. Elige estampados pequeños (florales, puntos o líneas verticales), que pueden ser colores lisos (mocca, fucsia, celeste, blanco, beige). Agrega unas sandalias en tonos neutros y no olvides el detalle del cabello siempre arreglado.

4. Sets o conjuntos. Son una de las mejores alternativas en compras. Pues permiten usarlos completos o de manera individual con otras piezas. Verifica que la tela sea de calidad y que no sea transparente.

La elegancia no se limita a un estilo específico, se trata de sentirte y verte bien. Invierte en calidad, corte y talla adecuada. Recuerda que en los pequeños detalles está, el poder de tu imagen.


Carol Contreras

Coach de Imagen


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El más grande y bello amor

Me hubiera gustado saber la fecha de aquel día que por primera vez en mi vida me hablaron del más dulce y sublime amor, solo recuerdo aquella vieja habitación iluminada por una ventana donde ingresaba una cálida luz, recuerdo como aquella historia, la más grande historia que hablaba de amor, tocó las fibras de mi corazón y es que en la escasez de mis 6 años, no había experimentado un amor tan grande e incondicional como ese, mis ojos desbordaron lágrimas de felicidad y por primera vez el amor me abrazo inundando mi corazón y cada parte de mi ser, asegurándome que a partir de ese día mi vida cambiaría.

La historia no hablaba de mi condición, solo hablaba de amor, un amor tan grande que aún no logro comprender y que al teclear estas líneas aún estremecen todo mi ser, de niña no concebía como aquel divino Ser, Bendito Ser, Amado Ser, había dado su vida a cambo de la mía, como no vivir agradecida, como no reconocer y enaltecer el nombre del bienaventurado hombre cuyo nombre es Redentor, Salvador Cristo Jesús amado Señor.

De esta manera es que llegó a mi vida la Gracia y hoy con plena confianza puedo gritar a los cuatro vientos que es la garantía que hace presentarme ante Dios; no hay absolutamente nada en esta vida, ni conducta aceptable, ni ofrenda, ni tributo sustentable que absuelva mi vida de pecado, más que su Gracia a través de la Cruz Redentora. Hoy con certeza digo: tengo un Padre de una y mil oportunidades porque pecaría de altivez y soberbia al decir que mi Padre es un Dios de segundas oportunidades.

Y en fechas como hoy, al despertar por la mañana, al culminar el día y cada día de mi vida, siempre habrá reconocimiento y gratitud para aquel que me amó sin ninguna condición, hoy comparto de su amor y recuerdo que con él, todo tiene sentido.


Los Influyentes · La Voz de Xela


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Disonancia cognitiva

Oswaldo Soto 12 Abril 2025 08:00
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Entre mayor se percibe la realidad, mayor es la salud mental.

Esta es la historia de un zorro que va por el campo, contempla unas uvas que ve deliciosas allá arriba. Intenta por todos los medios alcanzarlas hasta darse cuenta de que es imposible. Luego se aleja diciendo: “De todos modos están inmaduras, están agrías”, y se aleja. ¿Por qué cree usted que dijo eso? Porque algo interno le resuena mal. Por un lado, quiere disfrutar de las uvas y por otro, le es imposible alcanzarlas y para equilibrarse cognitivamente, racionaliza que están agrias.

Ahora contraste esta fábula con esta vieja historia: Un niño va al circo acompañado de su padre, mientras esperan la función, dan un recorrido alrededor de la carpa, donde están los animales. Encuentran un caballo, el niño dice: “perro”, el padre le dice: “No, ese es un caballo”. El niño arruga la frente y observa por unos minutos, luego vuelve a sonreír y continúan el tour, encuentran un elefante, el niño dice: “caballo”, el padre le dice: “No, ese es un elefante”. El niño vuelve a arrugar la frente, observa y luego vuelve a sonreír.

Lo que pasa dentro de la mente del niño se llama desequilibrio cognitivo, en donde el niño va ajustando constantemente sus esquemas mentales mientras va aprendiendo, en contraste con el zorro, que presenta una disonancia cognitiva, donde ya no va aprendiendo. El niño experimenta incomodidad benéfica, que aunque le roba la alegría por unos momentos, le hace crecer. El zorro intenta aliviar la incomodidad con una excusa, con desprecio y con desviar la mirada, así no evoluciona.

Muchas veces no percibimos la realidad, sino que nos relacionamos con una fantasía sobre ella. Entre más alejada de la realidad esté esta idea, menos salud mental tendremos. Podemos imaginar que los demás nos critican constantemente, cuando la realidad es que les importamos muy poco para estar dedicando tiempo a hablar sobre nosotros. Podemos imaginar que todo nos sale mal, comparándolo con los demás, todo les sale bien, cuando en realidad a todos una vez les va mal y a otras bien.

Tantos juicios y prejuicios que hemos dado por sentado, que nos es difícil poner a duda, porque les hemos tomado cariño, hemos invertido tantos recursos en afirmarlos, que, aunque sean falsos, no los queremos soltar. Hemos creado una estructura mental tan sólida que evitamos derribar cualquier parte. Es más, continuamos invirtiendo esfuerzo en mantener las viejas creencias.

Una mente abierta con disponibilidad de comprobar datos ya integrados, una actitud de guardar evidencias para que sean comprobables... es evolución, es salud mental, es salud física, es salud social. Le dejo la siguiente frase para que reflexione: “En aprender a vivir, se nos va toda la vida”.


Oswaldo Soto

Psicólogo clínico con más de 25 años de experiencia, docente universitario, escritor de temas de salud mental.


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Usualmente, se apedrea a quien habla con la verdad

P. Orlando Pérez 12 Abril 2025 07:00
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Quienes estamos en este tren de la vida y nos hemos atrevido a hacer algo, a romper paradigmas y ser creativos en la vocación y profesión que hemos elegido, en más de algún momento hemos sido y seguiremos siendo apedreados. No es fácil liderar a un grupo o comunidad de personas que no tienen ni idea de los cambios que se quieran implementar para bien de la misma.

Hay gente tan arrogante y soberbia que quiere seguir practicando las mismas costumbres que por décadas han venido realizando. Y como nadie les ha dicho que están equivocados, cuando se les dice, pegan el grito al cielo. Considero que las personas que están bajo nuestra responsabilidad deben caer en la cuenta, poco a poco, de que algunas costumbres culturales o hábitos comunitarios ya pasaron de moda y que no pueden seguir existiendo.

Cuando en esta vida se lidera de una manera diferente a un grupo o comunidad, va a ser común que haya algunos que no les parezca y van a querer derrumbarnos porque ciegamente creen que están en lo correcto. Es aquí cuando se debe tener la sabiduría suficiente para hacer caso omiso y buscar las mejores estrategias para que los que no quieren entender entiendan que hay tradiciones, costumbres e incluso normas que ya no tienen ningún sentido.

Un ejemplo de ese odio de parte de la gente es Jeremías: “Yo oía el cuchicheo de la gente que decía: denunciemos a Jeremías, denunciemos al profeta del terror. Todos los que eran mis amigos espiaban mis pasos, esperaban que tropezara y me cayera, diciendo: si tropieza y se cae, lo venceremos y podremos vengarnos de él”, (Jr 20, 10-13). Este es un testimonio de alguien que habló con la verdad, quiso renovar la mente y el corazón de su pueblo, pero fue odiado a muerte, a tal punto que quieren eliminarlo.

Otro testimonio de persecución es Jesús: “En aquel tiempo, cuando Jesús terminó de hablar, los judíos cogieron piedras para apedrearlo. Jesús les dijo: He realizado antes ustedes muchas obras buenas de parte del Padre, ¿por cuál de ellas me quieren apedrear?”, (Jn 10, 31-42). Siempre que surja un líder que quiera hacer cambios en las conciencias de las personas, nunca faltará alguien que quiera apedrearlo hasta asesinarlo.

Pues este fin de semana iniciamos la Semana Santa con el Domingo de Ramos. Jesús entra triunfalmente a Jerusalén para ser rechazado, escupido, negado y asesinado por hablar con la verdad, y para salvarnos.

Esta Semana Santa es una oportunidad que tenemos para reflexionar sobre nuestra propia vida y caer en la cuenta de que dentro de nosotros debe gestarse un verdadero cambio que debe expresarse con hechos concretos. Seguramente hemos apedreado a más de alguien y hemos sido apedreados por alguien. De nada sirve cargar bellezas de andas y vestirnos de cucuruchos si no nos atrevemos a cambiar y dejar de lanzar piedras a los demás. Las alfombras y las andas son bellísimas, ¡ojalá así esté también nuestra conciencia!

Pero lo más importante de esta Semana Santa es nuestra participación en la vida sacramental, es decir, hay que confesarse y asistir a misa. Lo demás es secundario. Esto lo entienden pocos. Para muchos lo más importante son las alfombras, las procesiones y la gastronomía. Esto último vale la pena si participamos en la liturgia de una manera plena.

Si dentro de usted hay varias piedras por ser lanzadas a su prójimo, deshágase de ellas. Dejemos a un lado el ojo por ojo y diente por diente. Recuerde que hay una justicia divina, la cual se hará presente en quienes nos han hecho daño en el momento menos pensado. Muera al pecado y resucite con Cristo.


P. Orlando Pérez

Sacerdote católico, Licenciado en Teología, Licenciado en Psicología General, catedrático universitario, con una maestría en Docencia Superior Universitaria.


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Principio cuántico de un salto de fe

Es entonces, en este falso salto de fe, donde entra en funcionamiento algo tan antiguo como el universo mismo: el karma.

José J. Guzmán 11 Abril 2025 17:36
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Acá hay algo asombroso. En el universo cuántico, las partículas subatómicas no tienen una posición fija; pueden superponerse en dos estados a la vez, hasta que ocurre el gran milagro de la existencia: la observación.

Es decir, la realidad puede estar en diferentes estados de probabilidad y de potencial, hasta que llega el observador y la coloca en una sola posibilidad, entre las miles que moldean el destino.

Tan solo cuando damos un salto hacia la observación, cuando miramos, cuando actuamos, las múltiples realidades del universo colapsan en una posibilidad concreta. ¿Es eso lo que muchos hemos llamado un salto de fe?

“¿Quieres dar un salto de fe? ¿O convertirte en un viejo lleno de remordimientos, esperando morir solo?”, le dice Dom Cobb a Saito, ambos personajes de la película El origen (2010) de Christopher Nolan, invitándolo a entrelazarse en una de las tantas probabilidades donde cada elección es una apuesta.

Ahora bien, cuando observamos, cuando elegimos dar un salto de fe, debemos tomar en cuenta que hay múltiples leyes que rigen el universo y, dependiendo del estado de conciencia en el que estemos en ese momento, así será la reacción que provoquemos con la acción que estamos tomando.

Hay un salto de fe genuino y hay uno falso. El primero nace de la conciencia, sabiendo que se ha cumplido con lo que corresponde, que se ha sembrado el bien, y ahora solo es hora de confiar. Por ejemplo, quien estudió, quien hizo las cosas bien, puede tener la incertidumbre de dar el salto de fe al momento de contestar un examen, pero tiene algo a su favor: la paz de que estudió.

El falso salto de fe, en cambio, es una forma sutil de evasión. Sucede cuando, en lo más profundo del corazón, uno sabe que está ignorando una realidad y algo importante —quizá una llamada que no hizo, una promesa que no cumplió— y decide dejarlo de lado. En lugar de corregirlo, decide saltar, esperando que el acto dramático de querer cambiar el rumbo de las cosas, o lanzarse a una nueva realidad, le borre las deudas pendientes.

Es entonces, en este falso salto de fe, donde entra en funcionamiento algo tan antiguo como el universo mismo: el karma.

El karma no es un castigo, no es una maldición. Es una resonancia, es equilibrio. Es una respuesta tan justa como exacta a las decisiones que nos ponen en nuestro lugar.

Si el universo funciona a través de la vibración, entonces todo lo que emites vuelve a ti, tarde o temprano, en la misma frecuencia. Ignorar esa realidad no elimina la función del karma, sino que la refuerza.

He aquí un ejemplo personal:

El fin de semana tenía muchas cosas que hacer. Sabía que debía hacerlas, sabía que eran importantes, sabía que eran un compromiso. Pensé, en mi ingenuidad, que el tiempo me daría margen, que me daría una tregua, que todo saldría bien. Quise convertir mi propia evasión en un salto de fe y me puse a hacer otras cosas, menos mis responsabilidades. Entonces, el karma llegó: terminé quebrándome la pierna.

El karma no es ningún castigo; es enseñanza. El cuerpo, el dolor, el golpe, son recordatorios de que hay un desajuste que necesita ser equilibrado.

Entiendo ahora que lo que ignoro no desaparece, sino que aparece en forma de equilibrio.


José J. Guzmán

José J. Guzmán (Quetzaltenango, 1993). Licenciado en Comunicación Social. Más de 10 años de experiencia en medios de comunicación. Tiene un libro de poemas publicados: “La Escena Absoluta” (2012).


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