El equipo lanudo estuvo de cumpleaños este mes de febrero. Desde hace varios años se viene celebrando con diversas actividades anualmente, aunque los estatutos del club lo rezaban en sus artículos desde su fundación, pero no se realizaba. Fue hasta hace algunos años que se comenzaron a conmemorar los aniversarios del equipo con diferentes actividades.
En esta ocasión, se entregó la orden «Mario Camposeco» a dos insignes exjugadores del Club Xelajú MC de 1962, Armando «Coty» Díaz y Rodolfo «Coco» Chaves Lizano de origen costarricense, quien volvió después de 58 años de estar por Guatemala. Esta orden se había desvirtuado recientemente cuando se concedió a unas instituciones o personas que no tenían un vínculo directo con el engrandecimiento del equipo. En este caso, debería otorgarse a exjugadores, técnicos y directivos que hayan dejado huella a lo largo de la historia del Club. Por tal razón, considero que ahora se redireccionó el sentido de la misma, condecorando en vida a personas que hayan dedicado parte de su vida para la historia y crecimiento de la institución.
Una declaración de «Coty» que nos llenó fue cuando mencionó que esta medalla y pergamino se lo llevaría dentro de su ataúd para toda la vida, como muestra de su amor al equipo Chivo. Ya en su momento, se les había entregado de forma grupal al equipo que había obtenido el primer título en la historia del club en 1962. Ahora fue de forma individual, a Armando «Coty» Díaz por ser uno de los mejores centrocampistas que ha tenido el equipo a lo largo de su historia y por haber formado la famosa «Cintura de Oro» junto con René «El Canche» Pérez y Aníbal de León.
En el caso del costarricense Chaves Lizano, se le condecoró por ser el goleador Chivo en este título y por el triplete (hat-trick) en una final memorable e histórica para el fútbol de Guatemala, en el Estadio Mateo Flores, ante más de 50 mil personas. Anotó el primer gol a los 15 segundos, el segundo a los cinco minutos, driblando a tres adversarios, y el tercero en el segundo tiempo. Fue una locura que jamás olvidarán como futbolistas. Además, es considerado uno de los mejores extranjeros que ha pasado por el Club. Acá en Quetzaltenango, fue recibido como un héroe. Se ausentó 58 años de estas tierras donde triunfó; cuando vino y se fue, jugó en el Saprissa de Costa Rica también, sus únicos dos amores, como lo dijo en declaraciones.
El Xelajú MC tiene una historia desde su fundación el 24/02/1942 en aquella casa del Sr. Cohen. A partir de allí, ha tenido altas y bajas, pero siempre sus dirigentes lo han resuelto. En dos ocasiones de tres que ha descendido, ha ido a pasear a la liga de ascenso y ha resurgido como el «Ave Fénix».
En la historia del futbol de nuestro país, han existido muchos equipos que han tenido unos años de vigencia en diferentes épocas. Algunos han sido desafiliados y han vuelto a ligas de ascenso con otros nombres como Deportivo Jalapa (Tigres del Jumay), Juventud Retalteca (Juventud Retaltecos), y aún siguen bregando en la segunda o tercera división. Nunca más volvieron a brillar con luz propia.
Algunos definitivamente han desaparecido como Tipografía Nacional, IRCA, Aces del Minar o Del Monte, y otros equipos de tradición compiten en la liga de ascenso, pero ya nunca pudieron ascender, como Suchitepéquez, Sacachispas o Marquense.
Sintámonos orgullosos de la institución deportiva que tenemos. En Quetzaltenango y sus alrededores, se respira futbol, y el Xelajú MC es parte de la vida de muchas personas. Es un sentimiento aparte que se vive acá. Es la afición más fiel del país y un ejemplo para Centroamérica de cómo querer a un equipo aun en situaciones difíciles.
Es un equipo con una estructura de socios que eligen democráticamente a sus dirigentes, lo cual para muchos es un modelo a seguir. Es un equipo con una historia que contar y aún con leyendas vivientes a quienes condecorar. Sin duda alguna, es una institución que perdurará hasta la eternidad. ¡Que Viva Xelaju MC!