Estimado lector, gracias por esperar la segunda parte de este histórico mensaje escrito por un verdadero estadista, no como los que han gobernado al país en los últimos 50 años, estos susodichos creen que, porque se les impuso la banda presidencial como consecuencia del intercambio -estilo trueque- de votos por láminas y block, deben considerarlos estadistas, qué pena ajena, no llegan ni a estadistas de su barrio.
Sin más preámbulo, leamos, analicemos y reflexiones sobre lo escrito por el excelentísimo señor presidente Dr. Juan José Arévalo Bermejo.
“Pero además estamos dispuestos a apoyarlos en todo lo que un partido político puede constituir. Es decir: ofrecemos al nuevo gobierno el concurso de nuestros hombres para consolidar la revolución y le ofrecemos nuestra fe en que devolverán al pueblo las garantías que se le estafaron siempre. Los primeros manifiestos de la revolución nos han confirmado esta posición de fe. Tenemos fe en que todo lo que hagan será para honor de Guatemala y para felicidad del pueblo más sufrido de la tierra.
La única vez que he hablado con los integrantes de la Junta Revolucionaria me han dicho: diga usted a nuestro pueblo qué daremos elecciones libres, rigurosamente libres, como nunca las ha habido en Guatemala; pero pídales en nuestro nombre dos cosas: serenidad invariable y orden constante.
En efecto: la hora de las exaltaciones ha terminado. La revolución entra en su período constructivo, y tenemos que contribuir a consolidarla. Los problemas que se presentan ante el despacho de los hombres de la junta, son numerosos y muy graves. Tengamos la sensatez de no exigir que todo lo resuelven en tres días. Todo llegará a su hora. En estos días antes se atienden las cuestiones básicas. Dejémoslos en paz para que estas cuestiones básicas sean bien resueltas. Y, sobre todo, no oigamos la palabra interesada de los caídos, que pretenden crear una atmósfera de intranquilidad y de escepticismo ante el nuevo gobierno.
La Junta revolucionaria está perfectamente consolidada porque a las armas del ejército, ahora en su poder, se suma como una alianza indisoluble la simpatía popular, la fe popular, la resolución popular de acompañarla y de fortalecerla.
El Arevalismo es, desde julio, un elemento genuinamente popular. Ha constituido un fermento cívico en la república, que por dignidad política eligió el camino de la oposición a la dictadura. Naturalmente, esta fuerza política de oposición al régimen caído tiene que aplaudir y poner toda su fe en el nuevo gobierno. Somos elementos constructivos y no disociadores, y sólo adoptamos posturas defensivas o revolucionarias cuando nos ha tocado enfrentarnos con hombres sin escrúpulos.
En síntesis: el deber de todos los guatemaltecos en este momento es colaborar con el nuevo gobierno para mantener el orden en toda la república, e invito a mis amigos de los departamentos a que se pongan en contacto con las nuevas autoridades departamentales que designe la Junta Revolucionaria. Toda colaboración que se les preste constituirá una contribución a la implantación de la democracia en Guatemala, tantas veces soñada y exigida por nosotros”.
JUAN JOSE AREVALO
En ese orden de ideas, vivimos casi 10 años de primavera, tantos logros en tan poco tiempo, legado que aún gozamos después de 78 años, entre ellos están el derecho de libre sindicación, huelga y paro, indemnización laboral, creación del IGSS, derecho al voto de las mujeres y personas analfabetas, reformas al tema de la moneda, educación, autonomía de la única universidad pública, en fin, logros que posicionaron a la población en otra dimensión social, obviamente, eso no fue del agrado de los que se creen privilegiados celestiales y maquinaron a la perfección la caída de esta corta primavera.
Hoy, seguimos teniendo un gobierno que es un chiste, el anterior presidente del ejecutivo y el actual, han sido nombrados NO GRATOS por la población simple y sencillamente porque anteponen sus intereses particulares sobre los intereses comunes o generales.
Ojalá podamos dar ese paso al frente y que nuestras generaciones nos recuerden así como nosotros recordamos a los promotores de la Revolución del 20 de Octubre 1944.
Contador público y auditor, docente universitario y ex alcalde comunitario.