El pueblo de Quetzaltenango en su diversidad y pluriculturalidad, como una capital dormida del occidente del país, comanda las luchas sociales, cuyos principios son cero corrupción e impunidad. Por ello, cuando alguien nacido en esta tierra, o nacido en otra, pero quetzalteco de corazón, antepone a su seguridad, su vida y el amor de su familia, la lucha, encaminada a terminar con los corruptos, y buscar que todos aquellos que practican como algo común estos actos sean juzgados y sentenciados, se convierte en un ciudadano ejemplar de esta ciudad.
Pero todo héroe sufre persecución, y esta no es la excepción. La Dra. Virginia Laparra ha sido perseguida por todo el aparato gubernamental. Desde la Presidencia de la República, encabeza las acciones por Alejandro Giammattei, con toda la saña y odio, giró instrucciones a su fiscal Consuelo Porras, para armar casos, retorciendo la ley, con el apoyo de la Fundación contra el Terrorismo y los jueces que se prestan a estas acciones. Ante la ausencia de otros actores como Francisco Sandoval y Thelma Aldana, enfocan todas sus fuerzas criminales en contra de la exjefa de la FECI en Xela.
La Dra. Laparra como fiscal en el Ministerio Público actuó en representación de este, y bajo instrucciones de sus superiores, no lo hizo a titulo personal, por lo que, antes de llevar los hechos a los tribunales de justicia, debía tratarse como un caso administrativo. Sin embargo esto no le conviene al denominado pacto de corruptos. Este grupo busca venganza, no cumplimiento de la ley.
Quién denunció a la exjefa de la Fiscalía Especial Contra la Impunidad (FECI), es el abogado Lesther Castellanos Rodas, actual Relator contra la Tortura, lo que deja una nube gris sobre la imparcialidad del sistema y un claro conflicto de intereses. Además es una acción contraria a lo que el Relator debe hacer. Como tal, el abogado Castellanos debiera exigir arresto domiciliario para la Dra. Laparra, en cumplimiento con sus funciones. Pero esto va contra sus jefes y valores.
En la cárcel, la hoy acusada, a vivido un proceso constante de tortura, acaso no es lo que el relator debe evitar, sin importar quién sea el acusado y cuál el delito. A todas luces, nos enfrentamos a un asesinato político y social contra la Dra. Laparra. En los años ochenta se utilizaba la tortura física hoy es psicológica.
¿Por qué Virginia Laparra esta en la cárcel y Sandra Torres no, tampoco Manuel Baldizón? Esta pregunta ha recorrido mi mente durante las últimas semanas. Al no encontrar respuesta, debido a mis escasos conocimientos del Derecho Penal, consulte con abogados expertos, y la respuesta fue simple, por corrupción. Dos personas con delitos de impacto como Torres y Baldizón, con la capacidad de influir en los magistrados, jueces y fiscales gozan el beneficio de un arresto domiciliario, beneficio que se le ha negado a la Dra. Laparra, su estadía en el centro penitenciario es un acto de tortura para ella, para la familia y para el pueblo de Xelajú.
El reconocimiento por la valentía de la acusada se ha manifestado de diferentes formas, desde plantones en las calles, hasta la inspiración del canta autor Otto Mora.
Los versos acompañados del sonido que emana de las cuerdas de la guitarra, se entretejen en las historias de lucha y gallardía del pueblo, que no esta dispuesto a vivir de rodillas en una dictadura, por ello ve en Virginia a su heroína.
Con el permiso del autor, me permito compartir parte de la canción titulada Reclamo por Virginia:
Mujer que asumió la lucha,
La lucha por la verdad,
Verdad para la justicia,
Justicia contra la impunidad.
Mujer que usando las leyes,
Las leyes buscando la paz,
La paz que nos hace falta
Nos faltas hoy en Libertad.
Virginia no desesperes,
Virginia estamos aquí
Reclamo como mereces
Justicia pronta por ti.
Licenciado en Ciencias de la Comunicación, con tres maestrías en diferentes campos y Doctor en Investigación en Educación. CEO de La Voz de Xela, conferencista nacional e internacional y profesor universitario.