Según expertos en nefrología pediátrica en Guatemala, hay niños diagnosticados con enfermedades renales crónicas. El doctor Pedro Dávila, médico nefrólogo y director técnico de la Unidad Nacional de Atención al Enfermo Renal Crónico (Unaerc), revela que el 4 % de los pacientes tratados en esta institución son menores de 18 años.
Algunos casos pediátricos están relacionados con malformaciones o anomalías en el tracto urinario, lo que compromete el funcionamiento normal de los riñones desde una edad temprana.
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Estas condiciones, que pueden incluir obstrucciones en el conducto de la orina o la presencia de un solo riñón desde el nacimiento, pueden llevar a un deterioro progresivo de la función renal.
La nefróloga pediatra, doctora Sindy Méndez, de la Fundación del Niño e integrante de la Alianza Guatemala por la Salud Renal, advierte que muchas veces estas enfermedades pasan desapercibidas hasta alcanzar un grado avanzado, lo que dificulta su tratamiento efectivo.
Entre los síntomas que pueden manifestarse en niños con enfermedades renales crónicas se encuentran la anemia, la fatiga excesiva, la presión arterial alta y otros signos que pueden indicar un deterioro en la función renal.
Ante esta realidad, los expertos hacen un llamado a los padres para que estén alerta a posibles señales de problemas renales en sus hijos y adopten hábitos de vida saludables, incluyendo una dieta equilibrada y la práctica regular de actividad física.
Se destaca la importancia de realizar controles médicos periódicos, incluyendo exámenes de orina, para detectar tempranamente cualquier anomalía en el funcionamiento renal de los niños.