La imagen de Lionel Messi viendo la Copa del Mundo de Brasil 2014 se volvió viral de inmediato. El astro argentino, que pudo haber alzado por primera vez el único trofeo que le hace falta en sus vitrinas, lloró, después de caer en el tiempo suplementario ante Alemania.
Los argentinos tuvieron oportunidades, pero las desaprovecharon y la Alemania de siempre no perdonó. Fue paciente para esperar, y aniquilar a un rival al que ya ha enfrentado antes.
En México 1986, de la mano de Diego Maradona, la albiceleste se coronó y en 1990 estuvo a punto de lograrlo de nuevo, pero un polémico penal marcado por el central Edgardo Codesal, les quitó la posibilidad del bicampeonato. Alemania fue el rival en aquellos años.
Messi, cansado de las críticas hacia él, no solo por no ganar la Copa del Mundo, sino la Copa América, decidió retirarse del seleccionado nacional. No obstante, volvió y está a un paso de ganar lo que se le ha negado en el ocaso de su carrera profesional.
En medio de ese dilema entre dejar a la Selección o continuar lo persiguió mientras ganaba todo con el Barcelona no solo en España sino en Europa. Quedaba una espina que hacía más profundo el dilema.
Pero ahora Messi vuelve a estar a un juego de tocar la gloria. En Rusia le dijeron adiós al Mundial en octavos de final. Francia, su rival en turno, se encargó de dejarlos en el camino.
Messi se vuelve a ver la cara con Kylian Mbappé, su compañero en el Paris Saint Germain. Se vuelve a enfrentar quien, quizás, sea, a partir de ahora, el nuevo referente del futbol mundial. Messi junto con Cristiano Ronaldo, que sostuvieron el protagonismo en los últimos 20 años, llegaron a su último mundial. Aunque nada está escrito en el futbol.
Los reflectores de todo el mundo están de nuevo alumbrando sobre “la Pulga”. ¿Podrá mantener el liderazgo que ha mostrado desde la Copa América que le ganaron a Brasil en el histórico estadio Maracaná? Este domingo se sabrá de qué está hecho. Lo que sí es que hoy comanda un equipo aguerrido, que da batalla, pero se enfrenta a una Francia igual de poderosa.
No será fácil, pero Lionel Messi espera que la imagen del 2014 ahora no sea solo viendo, con tristeza, la Copa del Mundo, sino que, alzándola, como hizo Diego Maradona en 1986 en México.
Quizás este 18 de diciembre sea el fin de las comparaciones por quién es el mejor de la historia, y cada uno ocupe el sitial que le corresponde en este deporte que apasiona a las masas en todos los rincones del mundo.