La consigna está dada y no hay vuelta atrás, el elefante está despertando poco a poco, la conciencia del hombre urbano de a pie y del hombre comunitario está redarguyendo, el espíritu de la madre tierra clama a viva voz a los cuatro puntos cardinales; el pasajero, el ave de paso, el migrante, el que fue tomado del polvo y al polvo volverá, ha aceptado, ha obedecido la consigna, NO MÁS BOLSAS PLÁSTICAS NI VASOS “DESECHABLES”.
En varios países del mundo –Puerto Rico en 2015 promulgó la ley 247, Ley para la Promoción de Bolsas Reusables y la Reglamentación del Uso de Bolsas Plásticas– decidieron desde hace varios años prohibir el uso de bolsas plásticas en los establecimientos comerciales. Para nadie es un secreto, este material ha causado gran daño al ecosistema, debido a que está hecha con un material que tarda en degradarse entre 400 a 500 años, lo mismo sucede con el vaso de duroport, botellas plásticas, pajillas entre otros. Los componentes con los cuales están hechos son tóxicos, y obviamente contaminan el suelo y el agua; los empresarios de los países industrializados empiezan a preocuparse debido a que más y más países están prohibiendo el uso de este accesorio. Los empresarios locales han argumentado que la solución está en el reciclaje y que la prohibición dejará a miles de personas sin empleo.
Los estudios realizados sobre el tema del reciclaje apuntan que únicamente el 1 por ciento de bolsas plásticas usadas es reciclada, y no dejan de tener razón, cada vez que llueve nos asombramos al ver los ríos convertidos en vehículos de cientos de toneladas de este material, los lagos y océanos convertidos en vertederos.
Como siempre, los “diputados” se han hecho de la vista gorda y no han querido legislar sobre este tema, sin duda, porque no les trae ningún rédito económico, sin embargo, en 2015 la Corporación Municipal de Cantel, Quetzaltenango, emitió un acuerdo en el cual prohibía a los comerciantes la venta de bolsas plásticas, como era de esperarse, hubo resistencia y casi no fructificó dicho acuerdo, pero la semilla quedó y hoy por hoy varias comunidades rurales del occidente del país, apoyadas por autoridades comunitarias y respaldadas por los concejos municipales, no se quedaron de brazos cruzados y relanzaron la necesidad, y ahora con más fuerza anuncian que es impostergable la prohibición del uso de bolsas y vasos desechables, no para el bien del medio ambiente, sino para el bienestar de las futuras generaciones que gozarán de un entorno ecológico más sano.
Llevar paneras, servilletas de tela, usar hojas de maxán o de plátanos no es malo, ni antiestético, ni produce enfermedad, ni es regresar a la época de las cavernas, es simple y sencillamente cuidar nuestro entorno ecológico.
Recientemente, la municipalidad de San Miguel Petapa, Guatemala, también se sumó a esta disposición; en el país resulta atípica esta medida, a pesar de que aún no tiene fundamento legal –decreto legislativo–, la población está consciente de su responsabilidad y se somete al escrutinio de su conciencia ecológica, dando a conocer la disposición por medio de carteles, afiches, avisos por emisoras comunitarias, etc., es digno de aplaudir e imitar estas acciones emprendidas. Definitivamente la prohibición vino para quedarse y ojalá sea para siempre.
De los padres de la patria, hoy por hoy, no esperemos nada, ellos están más preocupados por legislar a su favor, fabricando leyes para evitar ser procesados por sus actos corruptos al nada más dejar la curul. He comentado en algunos espacios en las redes sociales la necesidad de dar a conocer nuestra indignación por el “trabajo” realizado por la mayoría de diputados y funcionarios en detrimento de nuestra calidad de vida. Cambiemos las palabras “bolsas y vasos desechables”, por “diputados y funcionarios corruptos”, estoy seguro de que el medio ambiente, la salud, seguridad y educación mejorarán sustancialmente. SE PROHÍBE LA REELECCIÓN DE DIPUTADOS Y FUNCIONARIOS CORRUPTOS, causan severo daño al medio ambiente en detrimento de la calidad de vida de la población guatemalteca, no se degradan fácilmente, ni reciclados sirven.
Contador público y auditor, docente universitario y ex alcalde comunitario.