Tal y como están evolucionando los acontecimientos, no es aventurado suponer que política y gubernamentalmente en Guatemala estamos transitando por vías de la corrupción, la decepción, el arrepentimiento, el desengaño y el hartazgo de la población, que no puede ver con buenos ojos el ejercicio del poder oficial y de los partidos políticos en nuestro país; basta un ejemplo. Hemos llegado a tal grado de descomposición, que creo somos el único país en el mundo donde un ministro (¡un ministro!) tiene el descaro y atrevimiento de confesar públicamente que no sabe nada, ni lo necesita, para desempeñarse, porque para eso tiene asesores. Según informaciones de prensa, tal designación fue, a pesar de la ignorancia del nombrado, por amistad o los favores entre las partes; lo más censurable del caso es que el Sr. presidente le haya reiterado su confianza y simpatía confirmándolo en el cargo.
Si a este botón de muestra agregamos la serie de desatinos atribuidos a los tres poderes del Estado que los medios de comunicación han señalado y siguen destacando, esa triste y dolorosa realidad, no hace sino confirmar la desilusión de la población frente al desgastado lema de “ni corrupto ni ladrón”, que no fue sino una quimera que tristemente se desvaneció desde que la nueva administración llegó al ejercicio del poder. Y aquí cabe el agregado y la aclaración de que no estamos generalizando.
Por donde quiera que le busquemos, no encontramos nada que dignifique a los partidos políticos; son tan pobres sus acciones y tan ajenas a las necesidades sociales, que se supone deben atender los diputados que representan a sus respectivos partidos, que en el mayor de los casos, con sus intervenciones parlamentarias, no hacen sino aumentar en la población el rechazo que siguen cosechando, gracias a su ineptitud y a su plena identificación con la corrupción, y a la firme oposición a que se aplique la ley a quienes la han violado, y por sus faltas deben ser sujetos de desafuero, principiando por el caso del presidente de la República, que con pruebas irrefutables, está acusado de financiamiento ilícito y los corruptos han impedido que se cumpla la ley.
Por eso, mucho más y lo que cotidianamente se viene señalando sobre el particular, es que: mientras los que gobiernan sean, en su mayoría corruptos, nunca podrán esperarse leyes que combatan la corrupción: un corrupto, ladrón, tránsfuga, reeleccionista y vividor del presupuesto del Estado, sin hacer nada por el país, jamás y nunca podrá apoyar y menos proponer leyes que combatan la corrupción, el robo al amparo del poder, el trasfuguismo y la reelección. Es menester reiterar que no se puede generalizar; la sociedad tiene plenamente identificados a los corruptos, a quienes la historia habrá de juzgar y poner en su lugar y que, a no dudar, puede ser motivo de vergüenza hasta para sus descendientes, aunque ellos no la hayan tenido cuando estuvieron en el ejercicio del poder.
La sociedad tiene también identificada a una pequeña parte de diputados, que siendo minoría se oponen a los corruptos, a pesar de los sobornos y presiones de siempre y que se supone son de variadas formas; también se comenta que esta minoría está luchando por aumentar, y de lograrlo, otro gallo le cantará a Guatemala en tanto llega el próximo proceso electoral, para saber si seguimos con más de lo mismo o por fin llegan los cambios que se siguen esperando en Guatemala.
Del financiamiento ilícito y todos los abusos y arbitrariedades atribuidas al partido oficial, es mucho lo que se ha y sigue comentando; no obstante, y ahora se pide su cancelación para que le haga compañía a los difuntos Partido Patriota y partido Líder, que resultaron tan corruptos, como muchos que les antecedieron. Desafortunadamente, y para infortunio de Guatemala y por todo cuanto se publicita y comenta, el partido oficial no resultó excepción sino la regla, pero a todo guajolote le llega su navidad, y en este caso, solo es de esperar que la ley se cumpla.
Soy un profesional comprometido con la transparencia, la crítica y la propuesta, e identificado con los problemas sociales; los intereses y necesidades de los de a pie. / lufesaldy@hotmail.com