El fenómeno de la emigración interna y externa —en cierto sentido— debe ser normal y natural, por razones laborales y estudio, entre otras causas, pero esta movilidad social debe realizarse en el marco de la legislación de cada país».
El problema de la emigración guatemalteca —especialmente hacia los EE. UU.— es que se realiza en el marco de la ilegalidad, es decir, en un alto porcentaje de los connacionales viajan ilegalmente. Y, durante el trayecto de este viaje arriesgan su integridad física e incluso sus vidas. En este sentido, cabe preguntar ¿Por qué en un alto porcentaje de los guatemaltecos viajan ilegalmente a los EE. UU? Previo, debo aclarar que este tema es multicausal y complejo, cada ciudadano tendrá sus propias respuestas. En mi caso, creo que una de las causas de la emigración es la injusta distribución de los recursos del Estado guatemalteco. Al respecto, a finales del siglo XX, los catedráticos de las aulas universitarias exponían a sus estudiantes que el 90 % de los recursos del Estado está en manos o controlados por 22 familias, ahora, señalan que son 33 familias, de seguro ha aumentado el número de familias por quienes han hecho gobierno durante la era democrática.
Esta realidad nacional es reconocida a nivel internacional, cuando se señala que los países que presentan mayor injusticia y desigualdad social en América Latina son: Brasil y Guatemala.
Pero ¿Qué genera la acumulación de la riqueza del país en manos de pocas familias? Entre otros efectos: pobreza, desempleo, subempleo, analfabetismo, desnutrición, enfermedades, marginación, explotación, difícil acceso al poder político y económico, refugio en la religión. Para reducir estos flagelos sociales es importante que la clase política y económica del país genere conciencia de esta realidad y propicien los cambios necesarios en la estructura social guatemalteca, de lo contrario, se agudizarán estos males sociales, y nadie podrá detener la emigración.
Otra de las causas de la emigración es el flagelo de la corrupción y la falta de conciencia social de las autoridades municipales, departamentales y nacionales. No obstante, los altos salarios que devengan, aún practican la corrupción y la falta de conciencia social. Sin embargo, el Ministerio Público, la Cicig, y otros sectores sociales, han emprendido una lucha titánica contra los corruptos, ojalá comprendamos y apoyemos estos esfuerzos, de lo contrario, —los corruptos— seguirán empobreciendo al pueblo y nadie detendrá la emigración.
Que los corruptos sigan gobernando y empobreciendo al país, el pueblo —de alguna manera— es cómplice al elegir a los mismos, cada cuatro años. En este sentido, deben participar en la política partidista los buenos profesionales y líderes sociales.
Finalmente, la inseguridad que prevalece —casi en todo el territorio de nuestro país— propicia la emigración. En algunos departamentos y municipios, los propietarios de terrenos y casas han abandonado sus propiedades y han emigrado por la inseguridad. El Estado, constitucionalmente, está obligado a garantizar seguridad a todos los guatemaltecos.