En un año ya se habrá elegido nuevas autoridades para el 2020-2024, a menos de que haya segunda vuelta presidencial, una importante decisión que definirá el rumbo de un nuevo periodo».
Este día finaliza el sexto mes del año, y mañana comienza el segundo semestre, a la vez que empieza la cuenta regresiva para las elecciones generales de 2019, que, de acuerdo con lo establecido, la primera vuelta será en junio. Es decir que, a menos de 365 días para elegir nuevo Gobierno nacional y local y legisladores, se habla muy poco del tema y existe incertidumbre sobre las propuestas que se vayan a presentar.
Las actuales autoridades están por finalizar su periodo, lo cual es positivo considerando su incompetencia, pero el futuro tampoco es alentador, a seis meses de que el Tribunal Supremo Electoral convoque a elecciones, el panorama ha cambiado poco, los partidos políticos surgen de intereses espurios particulares, que luego van creciendo progresivamente, y no de la organización ciudadana real, sucede incluso con comités cívicos. Al final lo que quedan son organizaciones políticas con dueños.
A pesar de que ya se conocen algunos nombres y partidos que participarían en las próximas elecciones, la desestabilización de las organizaciones políticas y el rechazo hacia los funcionarios y políticos en general ha provocado que nadie desee figurar como antes ocurría, en cierta forma para evitar quedar expuesto y que su participación corra riesgo.
En todo caso, Jimmy Morales, actual presidente, necesitó solo de cinco meses para ganar los comicios, y el alcalde de Quetzaltenango, Luis Grijalva, en unos meses pasó de estar relegado en las encuestas a ser electo como jefe edil. Por lo que estas elecciones podrían decidirse en poco tiempo, dado que esta vez no existen virtuales ganadores, lo cual no es del todo malo, pero podría ser aprovechado por cualquiera; algo que la población debe tomar en cuenta para no ser sorprendida.
Algunos puntos que considerar es que varios de los políticos solo se moverán de partido o crearán nuevas organizaciones, y algunos funcionarios y exfuncionarios intentarán aprovecharse de su posición; por ello, hay que exigir un proceso más transparente, evitar el voto inconsciente o lineal y estar mejor informado.
Este es un tema que debe hacer reflexionar, porque algo tiene que cambiar para justificar y dar valor a las manifestaciones y movimientos ciudadanos, de tal modo que se supere todo lo que ha sucedido en el país y en la ciudad, la inestabilidad política y social, la lucha de podres y el retraso en el desarrollo.