El mejor regalo que me dieron mis padres es… mi hermano.
Todos los hermanos se pelean, a veces estos pleitos llegan a la edad adulta. Muchos padres no saben cómo intervenir, y hasta qué punto permitir que ellos mismos aprendan a solucionar los conflictos interpersonales.
A veces son los propios padres los que propician el conflicto entre hermanos, con la comparación, con tener un hijo preferido, con poner al mayor a que cuide al menor, incluso con darle autoridad para golpear y castigar.
Para propiciar en cada uno de los niños la capacidad de resolución de problemas los padres pueden usar la técnica de: “El que pega, pierde”, que consiste en que si uno de ellos, por obtener la pelota le pega al otro, entonces el padre interviene diciendo… el que pega pierde, y le quita la pelota y se la da al que no fue agresivo.
También, puede usar la técnica de: “La pelota está castigada”, que radica en que si el pleito es muy fuerte, entonces el padre quita el juguete que propicia la discordia y lo pone en alto por media hora… y les dice, la pelota está castigada, hasta que ustedes se pongan de acuerdo.
Además, puede usa la técnica de “En qué me equivoqué”, que reside en que cuando hubo un pleito, el padre los llama y les informa que cada uno va a decir en qué se equivocó. Entonces quizás uno de los niños dirá, “yo me equivoqué en arrebatarle el muñeco a mi hermano”, y el otro podrá decir: “yo me equivoqué en gritarle”. Luego decirles que son buenos niños y que vayan a jugar. Eso hará que ellos resuelvan responsablemente el conflicto, aceptando sus errores, sin sentirse culpables.
Y una técnica más puede ser: “Háblale a tu hermano, delante de mí”, que consiste en que si algo sucede fuera del alcance de los padres, el niño afectado le hable a su hermano de lo incómodo que se sintió y que le pida algo. Por ejemplo, si de camino a la escuela el hermano le pone apodos y lo desprecia frente a sus amigos, entonces el hermano puede mencionarle que eso le hace sentirse triste y que le pide que no lo deje atrás. El padre solo con su presencia vasta. Los niños aprenden a razonar, a hablar, a escuchar y a enfrentar los conflictos por sí mismos. No se trata de que no haya conflictos, sino que aprendan a solucionar conflictos.
Una historia muy bonita es la de aquella niña a punto de morir, que necesitaba urgentemente una transfusión de sangre, los médicos habían hecho exámenes de sangre a todos y nadie tenía un tipo compatible. Solo el hermanito podía ser donador, y aunque era contraindicado decidieron sacarle una mínima dosis de sangre. El doctor le pregunta al hermanito: “Niño, estarías dispuesto a dar tu sangre para que se salve la vida de tu hermanita”. El niño asustado dijo: Sí, firmemente. Cuando ya iba culminando la transfusión el niño dice: “Oiga doctor, y cuando muero yo…”
Le dejo la siguiente frase para que reflexione: “No hay amor más grande que da la vida por el amigo”.
Psicólogo clínico con más de 25 años de experiencia, docente universitario, escritor de temas de salud mental para la familia, la pareja y el niño. <strong>YouTube:</strong> Mil tips de Salud Mental y Escalón Infantil <strong>Facebook:</strong> Oswaldo Soto Psicólogo