Me atrevería a suponer que el Organismo Legislativo actual es uno de los peores y más controversiales que conoce la historia de Guatemala. Esa es la lectura que, desafortunadamente, se puede hacer de la mayor parte de los diputados en los más de dos años que llevan en el ejercicio del cargo que mal desempeñan; no se puede pensar de otra manera, pues el quehacer legislativo, con honrosas excepciones, así lo confirma; aunque algunos lo nieguen y otros lo oculten, esa es la realidad; allí están los hechos para reiterar esta percepción que recoge la opinión generalizada en el país. A partir del socialmente humillante y denigrante intento de quienes conformaron el pacto de corruptos con la pretensión de modificar el Código Penal para descaradamente intentar defender, blindar y hasta fomentar la corrupción y la impunidad, sin el menor disimulo, algunos diputados han dado declaraciones y asumido algunas actitudes, que según opinión de medios de comunicación y analistas, podrían derivar en una presunción de lo que puede calificarse como terrorismo y represión legislativos. Ejemplos para ilustrar esta presunción, los hay y en abundancia; son tantos que agotaríamos el espacio y todavía habría para más. Me limito a los últimos.
Palabras más, palabras menos; uno de los más grandes filósofos que se conocen dijo: “quien como yo concibe el mundo, no puede juzgar a una personan por una serie de acciones sucesivamente dadas porque ésta, con un solo acto en su vida, puede borrar toda su existencia”. Viene esta mención por las informaciones de prensa, atribuidas al diputado Linares Beltranena quien, aparte de auxiliar jurídicamente a militares, según se comenta, era buen abogado y resultó lo contrario como diputado, cambiando hasta la corbata por el corbatín. Es parte del pacto de corruptos e incondicional en los desaciertos que se siguen cometiendo; se le atribuye, en una intervención, pidiendo que retiraran de frente al congreso y que de detuvieran, a los manifestantes (represión químicamente pura), se asumió como defensor del alcalde de Patulul frente a los abusos y atropellos cometidos y un general presumiblemente acusado del homicidio de su propio padre; no oculta su megalomanía, narcisismo y otras “cualidades” más. Y qué decir del diputado Javier Hernández, que aunque quisiéramos observarlo con lupa, difícilmente encontramos una intervención sensata que lo identifique con los intereses y necesidades de la sociedad; sucede más bien lo contrario: tanto en actitudes anteriores como a partir de encabezar la defensa del presidente por el antejuicio de que fue denunciado, se ha convertido en paladín y campeón nacional y legislativo del equipo de defensores de la corrupción e impunidad imperante en el país. Caso digno de mención, es también el acto de terrorismo político e inquisidor manifiesto con la fracasada intención de interpelar al procurador de Derechos Humanos: los inmorales, invocando la moralidad; los corruptos, aparentando “combatir” la corrupción.
Han pasado ya más de dos años del ejercicio de la actual administración; el lema de “ni corrupto ni ladrón”, se convirtió en un mito más, una decepción y una nueva burla a la sociedad en general y a los electores en particular. Hemos y seguimos sosteniendo que los electores no votaron por quienes están en el ejercicio del poder, sino contra la corrupción y la impunidad pero, desafortunadamente, los electores se volvieron a equivocar, pues eligieron mal: pensaron en sus salvadores y encontraron a sus verdugos, que a través de la corrupción, el terrorismo y la represión políticos, pretenden convertir una dictadura gubernamental en un muro de contención; un muro donde siguen chocando las aspiraciones ciudadanas por construir una Guatemala libre de la rapiña y la corruptela con que los políticos siguen enriqueciéndose desmedidamente a costa del patrimonio nacional y el empobrecimiento de la mayor parte de la población. Para concluir; para no seguir equivocándose: ojo, mucho ojo y buen tacto para la próxima elección.
Soy un profesional comprometido con la transparencia, la crítica y la propuesta, e identificado con los problemas sociales; los intereses y necesidades de los de a pie. / lufesaldy@hotmail.com