Este día se conmemora el Lunes Santo, cuando se recuerdan dos actos que anticipan la Pasión y Muerte de Jesucristo, ambos se encuentran relatados en la Biblia.
El primero está en el Evangelio de San Marcos, capítulo 14, versículos del 3 al 9: Estando Él en Betania, sentado a la mesa en casa de Simón el leproso, vino una mujer con un frasco de alabastro de perfume muy costoso de nardo puro; y rompió el frasco y lo derramó sobre la cabeza de Jesús. Pero algunos estaban indignados y se decían unos a otros: “¿Para qué se ha hecho este desperdicio de perfume? Porque este perfume podía haberse vendido por más de 300 denarios, y el dinero dado a los pobres”. Y la reprendían. Pero Jesús dijo: “Déjenla; ¿por qué la molestan? Buena obra ha hecho para Mí. Porque a los pobres siempre los tendrán con ustedes; y cuando quieran les podrán hacer bien; pero a Mí no siempre me tendrán. Ella ha hecho lo que ha podido; se ha anticipado a ungir Mi cuerpo para la sepultura. Y en verdad les digo, que dondequiera que el evangelio se predique en el mundo entero, también se hablará de lo que ésta ha hecho, para memoria suya”.
Mientras el segundo pasaje al que se suele hacer referencia en esta conmemoración, es cuando Jesús expulsó del templo de Jerusalén a los mercaderes.
Distintas confesiones cristianas incluyen esta liturgia en sus ceremonias de este día, en el que la actividad religiosa aún no es tan notoria, porque los días principales están marcados a partir del Jueves Santo, y dado que el asueto oficial comienza en esa misma fecha; sin embargo, sectores como el educativo gozan del descanso a partir de este lunes.
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