Duro con el pecado, suave con el pecador.
Todas las personas hacen las cosas de la mejor manera que puede y saben hacerlo, sin embargo, se equivocan. A veces se comportan egoístas, iracundas, inconscientes… sin embargo eso no les hace malas. Nadie actúa por maldad pura.
Escriba en una hoja en blanco, cuantas veces usted ha hecho algo por pura maldad, sin ninguna justificación, ni motivo… le aseguro que su respuesta será, una hoja en blanco. ¿Usted se considera una persona mala? responderá que no. ¿Entonces por qué considera que hay personas malas?
La sociedad ha sido condicionada por las películas, a pensar que hay gente mala, que hay que castigar y alejarse de ellas. Pero esta idea causa que la sociedad se vuelva temerosa, rencorosa, castigadora. Si usted continúa con esta idea, entonces contagiará a otras de ese temor y resentimiento.
Jesús, cuando estaba en la cruz dijo: “Padre, perdónalos porque no saben lo que hacen”. O sea que estaba diciendo que eran ignorantes y por eso se equivocaban al torturarle y matarle. Y Pablo decía posteriormente: “Soy el peor de los pecadores, pero lo que hice, lo hice por ignorante”.
Quizás se preguntará: ¿Pero si existe la maldad? Claro que sí. Hay personas que dañan a las personas, animales y cosas y lo hacen a veces con mucha crueldad. Pero lo hacen por su programación, y muchas veces esta programación es religiosa. Están tan adoctrinados que destruyen grandemente y piensan que le hacen un favor a Dios. Se les puede llamar tontos, pero no malos.
Solo una persona inconsciente puede dañar a los demás, porque en realidad se daña a sí misma. Quizás podríamos considerar que es un loco, pero por su locura es que actúa así. Por supuesto que hay que cuidarse de alguien así, quizás encarcelarle, pero no le condenamos, ni odiamos. Si le comprendemos, entonces nosotros mismos nos liberamos del rencor, porque en realidad no hubo ofensa, porque no existió intención.
No necesitamos que nos pidan perdón, porque les comprendemos en profundidad. No necesitamos pedir perdón porque sabemos que actuamos por inconsciencia. Pedir perdón o reconocerlo es aceptar que hubo culpa o malicia. Si usted lo comprende todo, lo persona todo. Pero si vamos a quitar esa idea de “malos”, entonces también quitémonos esa idea de “buenos”, porque esto es un invento de la sociedad para controlar a sus miembros. Libérese ya de esa infantilidad de considerar a los demás como buenos o malos. Confiar en la naturaleza humana es confiar en la obra de Dios, que lo ha creado. Le dejo la siguiente frase para que reflexione: “El único perdón verdadero, es caer en la cuenta que no hay nada que perdonar”.
Psicólogo clínico con más de 25 años de experiencia, docente universitario, escritor de temas de salud mental para la familia, la pareja y el niño. <strong>YouTube:</strong> Mil tips de Salud Mental y Escalón Infantil <strong>Facebook:</strong> Oswaldo Soto Psicólogo