Como empresarios y profesionales olvidamos muchas veces el valor de la paz familiar. Nos sumergimos
en todos los procesos mercantiles, reuniones, conexiones, etc., que nuestro sistema nervioso se ve
cargado con tanta emoción negativa, que terminamos llevando a casa toda la intensidad emocional
creando desequilibrio en la paz familiar. Por otro lado, puede ser una esposa pendenciera, gritona,
celosa que altera ese delicado equilibrio relacional familiar haciendo del hogar un infierno. El empleado
también puede estar en una situación de presión tal, que todo su equilibrio viene a ser como la soga
atada a dos estacas.
El solo hecho de vivir en este mundo desequilibrado hace de nosotros seres con desequilibrios. El rey
Salomón escribió varios Proverbios que desnudan esa realidad. Proverbios 17:1 Mejor es un bocado
seco, y en paz, Que casa de contiendas llena de provisiones. Nos pone en contexto de que aun con
dificultades en la provisión, eso es mucho mejor que tener llena la despensa, pero viviendo sin
contiendas.
“Hogar, dulce hogar.” ¡El origen de esta frase se la debemos a la canción ‘Home! Sweet Home!’
compuesta en 1823 por John Howard Payne y Henry Rowley Bishop, la cual formaba parte de la ópera
‘Clari, or the Maid of Milan’ (Clari o la doncella de Milán). Fue escrita en tiempo de la guerra de Secesión
en los Estados Unidos, que incluso provoco su prohibición debido a la deserción en ambos bandos, por
la nostalgia de su hogar. Así que tener una casa de contiendas sólo hace que evitemos regresar a ella
hasta que la noche nos lo permita.
Proverbios 27:15 Una esposa que busca pleitos es tan molesta, como una gotera continua en un día de
lluvia. Siendo la esposa un pilar fundamental de una familia, este proverbio es contundente cuando esa
influencia tiende al pleito continuo. En términos generales, con sus excepciones, es ella quien más
presencia física tiene en su casa. Las presiones de ser mujer, en especial en ésta era que nos ha tocado
vivir, hace que una mujer pueda ser potencialmente explosiva. Eso nos obliga a los varones e hijos a ser
prudentes en nuestras palabras y acciones siendo parte fundamental del equilibrio emocional de
nuestro hogar, para poder cumplir a cabalidad la frase: “Hogar, dulce hogar”.
Una medida práctica de ir convirtiendo una casa de contiendas en una casa de paz tiene que ver con la
inteligencia emocional, que no es más que la buena gestión de nuestras emociones y las de los demás.
En ese caso nuestra respuesta a una provocación venenosa es la que nos aconseja de nueva cuenta el
rey Salomón en esta frase: Proverbios 15:1 La respuesta amable calma los ánimos, pero la respuesta
áspera aumenta el enojo. Una respuesta amable ante un comentario dicho por alguien con tendencias a
ser contencioso, como lo decíamos depende de nuestra inteligencia emocional, pero un ingrediente
activo en ésta respuesta tiene que ver con el Espíritu de Dios en nosotros. Es nuestra fuerza mayor que
nos da la capacidad del dominio propio.
Ningún éxito empresarial, logro académico, etc., puede sustituir al valor que tiene el hecho de tener paz
en el hogar. Ninguno de esos logros puede disfrutarse a plenitud cuando no tenemos con quien
celebrarlo. Nos convertimos en seres solitarios que ponemos nuestro éxito empresarial o profesional
como un escudo para esconder nuestra casa de contiendas.
Por último, debemos recordar que tener una casa libre de contiendas no es un proceso automático. Se
debe trabajar en ello con todo el ahínco como que fuera un buen negocio.
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Cardiólogo - Coach/Conferencista coachedwinibarra@gmail.com