Esta semana un agujero se abrió en Villa Nueva, en una de las carreteras más importantes del país, por donde ingresan a ciudad capital miles de vehículos todos los días. Esta en riesgo el abastecimiento de alimentos para la ciudad capital y otros insumos que desde allí van para la Costa Sur. Según los medios de comunicación, las causas del hundimiento, con dimensiones de dieciocho metros de profundidad, es el colapso de un drenaje que pasa por debajo de la carretera. Algunos afirman que pasa por el sector una falla geológica, ya se inventaran algo más. Muy pocos se detienen a pensar, que este caso y otros con problemas similares son producto de la corrupción. Construcciones con materiales de baja calidad, sobrevaloración de obras y coimas a granel dan como resultado caminos y carreteras destruidas.
Al momento el libramiento de Chimaltenango, y luego de tres años de intervención, con altos costos, no ha presentado daños significativos, a no ser tramos inundados, sumamente peligrosos, hasta el momento a resistido. Claro, a un alto costo, porque los millones pagados con los impuestos de la población, pocos fueron utilizados en la obra, la mayor cantidad fue a parar a manos de los funcionarios del gobierno de Jimmy Morales. De esa obra se recuperaron más de cien millones, si esos que le costaron el puesto y enviaron al exilio al fiscal Sandoval.
Muy pocos recordaran que el actual presidente Giammattei prometió cero baches en las carreteras en los primeros seis meses de su gobierno. Otra de las tantas promesas hechas, y de las cuales ya ni el recuerda. El descaro llega a tal punto, que inauguran obras, para las cuales asignan nuevos recursos cada año, como sucede con la carretera de Cantel a la ciudad de Xelaju.
Pero el chocolate con el que hacen las carreteras se mezcla con el sudor y esfuerzo del trabajo de millones de guatemaltecos, que son los que al final pagan la construcción, la reparación, las coimas y los intereses a los bancos por los prestamos que el gobierno constantemente esta haciendo, con la casaca de que las obras son de beneficio para la población.
La recaudación del Impuesto al Valor Agregado es resultado del incremento en los precios de la canasta básica, y sí, es usted el que paga por el. Hasta el niño más pobre, en la aldea más lejana de este país contribuye cuando compra, por ejemplo, un lápiz, un cuaderno, un pan o una tortilla, todo tiene cargado al precio el impuesto. Ni decir el precio de un libro, el que es carísimo, ya que además tiene cargados impuestos aduaneros, impuesto sobre la renta y un sobre precio por el incremento del combustible.
La mayoría de guatemaltecos están preocupados por su trabajo, por el día a día. Afirman que la corrupción no les afecta. Sin embargo un agujero en la carretera vendrá a incrementar el valor del transporte, como lo hizo el incremento de la gasolina, el que finalmente recaerá en el precio de los productos de la canasta básica, o sea lo paga el más pobre.
Pero lo más injusto de todo, es que el ciudadano que necesita ir a su trabajo para luego regresar a su casa, ahora tendrá que recorrer más kilómetros. Si viaja en su vehículo, pagará más por la gasolina, los impuestos a la circulación de vehículos y el IVA. Si va en bus, seguramente ya esta pagando el doble del precio del pasaje. Y el tiro de gracia, deberá pagar peaje si desea utilizar carreteras seguras, use el transporte que use.
Profesor universitario, académico, profesional de las Ciencias Económicas.