Después de una semana convulsa –aunque a decir verdad tenemos años de vivir y convivir con acontecimientos convulsos- no veo por ningún lado una salida a la crisis ocasionado por decisiones descabelladas de Giammattei y Consuelo Porras.
Debe ser algo especial, espiritual o de energía positiva o algo parecido, lo que se transmite al recibir la silla bicentenaria, reitero, no es la silla propiamente dicha, no es el objeto, sino lo que ella significa y/o simboliza para el pueblo que siempre se ha revelado contra su verdugo y que con creces ha luchado por una vida mejor, y no solo para el pueblo maya, sino para toda Guatemala.
Entonces, los pueblos –Maya, Xinca, Garífuna y ladinos- hoy más que nunca deben seguir dando los primeros pasos para articular conocimiento, experiencia y porque no decirlo, fracasos, desánimos, y así tejer y proponer juntos, un instrumento viable arropado de acciones éticas, respetuosas, honradas, de palabra de honor como nos enseñaron nuestros abuelos, todo ello, para construir esa nación o esas naciones que nos permita vivir con equidad y justicia. No estoy a favor de la derecha, izquierda, centro, comunismo, socialismo, etc., no, simple y sencillamente debemos y tenemos que vivir en armonía o como decimos los que profesamos una religión, en santa paz o como nos enseñaron nuestros abuelos, vivir en COMUNIDAD.
Sin lugar a dudas, la dirigencia de Cuarenta y ocho Cantones está finalizando una semana de mucho trabajo, de análisis, para no dar pasos en falso que comprometan ese pequeño paso dado la semana pasada; sentarse y hablar entre pueblos. Esa acción no debe perderse porque es vital para el desarrollo de lo que se viene, y lo sabe perfectamente la clase política y económica corrupta de este país y hará hasta lo imposible para que ese esfuerzo de unidad, se desvanezca, se esfume o como decimos popularmente sea una llamarada de tuza.
Que el objetivo principal no se pierda, es decir, que Giammattei y Consuelo Porras renuncien porque el primero no está gobernando para la mayoría de la población y la segunda, está procurando impunidad a favor de la minoría que se está aprovechando de los recursos de este país. Es que, los dos son una mancuerna diabólica, no les importa pasarse sobre el cadáver de su propia familia para conseguir sus más aviesos intereses. Pero, qué carajos le pasa a esta pareja de foráneos y advenedizos. Giammattei al estilo de los conquistadores viene y nos da una moneda de un quetzal con la efigie de Atanasio Tzul, para inmortalizar la obra del prócer de la independencia; no es prócer ni hay tal independencia. No joda Giammattei, no queremos espejitos, queremos –como bien lo dijo el Sr. Martin Toc- DESARROLLO INTEGRAL para toda Guatemala y así elevar nuestro índice de desarrollo humano, quiero recordarles que, actualmente ocupamos el puesto 127 de 196 países, el año 2019 estábamos en el puesto 126.
La que detenta el poder en el MP –Consuelo Porras- no se amilana ante nada, cambia a su personal de “confianza” como cambiarse de bolso de mano. Ayer dijo que tiene a la mejor profesional de toda la vida y hoy la está echando a la calle así por así. Sus movimientos causan estupor y temor, lamentablemente hay hermanos indígenas que se venden como Judas por unas cuantas monedas, sabiendo que mañana cuando ya no son útiles los echaran al poso de los leones o cuando la conciencia les remuerda, esos Judas se ahorcaran solos.
Nos dieron la silla, pero jamás nos sentaremos en ella, nos querrán dar espejos convertidos en monedas, pero, el pueblo está despierto y grita a los cuatro puntos cardinales, FUERA Giammattei y Consuelo Porras.
“Cuando los pueblos se cansan de las injusticias, suelen hacer tronar el escarmiento, tenemos la razón, y el que galopa sobre la razón no necesita espuelas. El pueblo avanza con los dirigentes a la cabeza o con la cabeza de los dirigentes…” Juan Perón.
Contador público y auditor, docente universitario y ex alcalde comunitario.